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Sospecho que mi hijo es adicto a la tecnología, ¿lo es?

La adicción a la tecnología nos preocupa como padres. Las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC) nos ofrecen multitud de posibilidades de conocimiento y aplicaciones útiles. Han cambiado la forma en la que nos relacionamos, nuestros hábitos de ocio, e incluso la forma de aprendizaje en entornos formales y cotidianos.

La facilidad de acceso inmediato a contenidos, interacciones e información, resultan tremendamente atractivas, en especial para los adolescentes, que en su proceso de desarrollo necesitan autoafirmarse, reconocimiento social entre iguales y afianzar su personalidad. Por ello son un grupo de especial riesgo a quedar atrapado en adicciones a las redes y TIC.

¿Qué es una adicción tecnológica?

Se trata de un tipo de adicción psicológica, caracterizada por un abuso perjudicial de una conducta. La persona ya no utiliza las tecnologías para divertirse, relacionarse o informarse, sino que se hace dependiente de los dispositivos o la red, llegando a convertirse en una obsesión que le genera un fuerte malestar si deja de estar conectado. Los tres ciberámbitos de mayor riesgo son las páginas web de contenido pornográfico o violento, los sitios de juegos y apuestas y las comunidades virtuales.

Pero ¿por qué puede resultar tan adictivo internet?

Según Enrique Echeburúa y Ana Requesones, autores de la guía para educadores Adicción a las redes sociales y nuevas tecnologías en niños y adolescentes, los factores que parecen fomentar sus cualidades adictivas, son la facilidad de acceso y disponibilidad, la experiencia de distorsión del tiempo mientras se está conectado, la percepción de anonimato y un sentimiento de desinhibición que permite la posibilidad de representar diferentes roles o de revelar aspectos incómodos u ocultos de uno mismo sin riesgos.

Las causas que llevan a un uso disfuncional y descontrolado de las tecnologías de red suelen ser problemas o circunstancias personales o socio-familiares y necesidades emocionales no cubiertas: sucesos vitales importantes o estresantes, dificultades en las relaciones, sentimiento de soledad e inseguridades con los que no sabe enfrentarse o no es consciente, que le llevan a evadirse de una realidad que no acepta.

¿Cuáles son las conductas sospechosas de enganche adictivo?

  1. Pérdida de interés por actividades que antes hacía y le resultaban gratificantes.
  2. Excesiva preocupación por conectarse a Internet, o utilizar el móvil, u otros dispositivos a todas horas, lo que interfiere en sus rutinas diarias.
  3. Ánimo depresivo, irritable, inquietud y falta de concentración, trastornos del sueño.
  4. Cambios en su rendimiento académico, pérdida de amistades.
  5. Negar u ocultar su comportamiento, conectándose a escondidas, y perdiendo la noción del tiempo de uso.

¿Qué podemos hacer las familias para prevenirlo?

Es fundamental educarnos y educar desde los primeros años, responsabilizándonos de formarnos e informarnos adecuadamente acerca de los riesgos, y aprender hábitos para tener un buen uso de dispositivos, móviles, tablets e Internet, que podamos después transmitir a nuestros hijos.

Es vital trabajar los vínculos afectivos y comunicativos en familia. Construir un concepto de sí mismo y una sana autoestima requieren de tiempo y mimo por parte de las personas significativas que los rodean.

Cuanto más se conozcan a sí mismos, y sean capaces de expresar sus sentimientos e inquietudes con total confianza de ser escuchados y aceptados tal y como son, tendrán más habilidades para tolerar frustraciones y resolver conflictos, y sabrán pedir ayuda en casa si lo necesitan, porque sentirán un clima de confianza y apoyo que les animará a hablar.

Nosotros responderemos como modelos coherentes y predecibles, con normas y límites claramente expresados, razonados y consensuados, hablando los problemas y mostrándonos afecto expreso y respeto todos, adultos y niños.

Algunas estrategias que lo facilitan 

  1. Enséñales y practica un uso constructivo de Internet y dispositivos.
  2. Navega con ellos y ten una rutina de control de tiempos de uso.
  3. Desconecta redes cuando no las utilices, y haz que sea una norma común en casa.
  4. Enséñales a disfrutar de otras actividades en común y con amigos desde pequeños.
  5. No utilices las TIC como distracción o premio sino como herramienta lúdica y educativa.
  6. Marca límites claros y mantenlo como norma de la casa.
  7. En la adolescencia ellos ya tendrán interiorizadas unas buenas pautas de uso.

Si tienes dudas o necesitas información, desde Padres 2.0 ofrecen ayuda y asesoramiento a familias a través de la Línea de Ayuda La Niña de la Tablet (LNDLT)

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