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Adelgazar a cualquier precio se paga caro, el peligro de la anorexia y la bulimia

Actualmente, los Trastornos de Conducta Alimentaria (TCA) son más precoces y agudos. Suelen aparecer al final de la infancia o durante la adolescencia. Según el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, 1 de cada 100 a 200 chicas sufren anorexia y de 1 a 3 adolescentes de cada 100 padecen bulimia.

No existe una causa única, pero “se estima que es una interacción de diferentes fuentes. Por una parte, se conoce que puede existir cierta predisposición genética, que interactuaría con variables personales de los adolescentes (por ejemplo, haber tenido en la infancia sobrepeso o ser perfeccionista). Por otra, están las variables del entorno, por ejemplo vivir en un contexto en el que se sobrevolara la delgadez” señala José Ignacio Baile, Doctor en Psicología en la Universidad Pública de Navarra. No es un secreto que la sociedad nos impone unos cánones de belleza y estética basados en una flaqueza extrema.

Por ello, para prevenirlo se podrían recurrir a ciertas medidas sociales aunque de difícil implantación (cambiar los modelos de belleza). «También cambiar las fuentes de autoestima femeninas, quitando tanto valor al aspecto físico», sugiere el psicólogo. «Respecto al trabajo en familia, es muy importante conocer a los hijos. Si se tiene a uno que tuvo problemas de sobrepeso en la infancia, que sufrió burlas por ello, que ahora en la adolescencia está muy preocupado por la imagen corporal, que quiere controlar la alimentación, que es muy perfeccionista… deben encenderse las alarmas para abortar en los inicios las conductas (quitar alimentos, querer comer solo, hacer ejercicio de forma excesiva…) que podrían desembocar en un trastorno grave».

Algunos signos alarmantes son «aquellos relacionados con una excesiva preocupación por la imagen corporal (verse siempre gorda, sobrevalorar la delgadez, etc.), fundamentar el autoconcepto y la autoestima en el aspecto físico, y especialmente el inicio de comportamientos alimentarios alarmantes: dietas, eliminación de ciertos alimentos del consumo habitual, comer a escondidas, no querer hacer comidas familiares, por ejemplo».

Existen numerosas campañas en las redes sociales y páginas web que pueden incitar a estas enfermedades que los padres deben conocer:

  • El reto #A4challenge ya es un éxito en Instagram. La meta es que tu cintura no mida más de 21 centímetros, el ancho de un folio A4. A lo que otros en contra de este hashtag han contestado con #Notpaperthin.
  • Página pro trastornos alimentarios: www.muydelgada.com
  • Página pro trastornos alimentarios: amigasanaymia.blogspot.com

Sin embargo, existen otras campañas que luchan contra la anorexia y la bulimia:

  • En 2007 Isabella Caro saltó a la fama al protagonizar una campaña de la marca Nolita completamente desnuda. La campaña dio la vuelta al mundo y se convirtió en un símbolo de la lucha contra la anorexia, ya que el eslogan rezaba: «No anorexia, no-l-ita».

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  • Anna Riera, estudiante de Psicología de 18 años, logró que Inditex retirara unos maniquís esqueléticos de los escaparates y ahora les pide que fabriquen tallas más grandes que la 44. En diez días ha recogido 42.000 firmas.
  • Becky Leigh Hopper, una chica de 23 años, publicó una foto en su Twitter criticando los maniquís de Topshop.

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Este tipo de trastornos afectan tanto a hombres como a mujeres. Sin embargo, solo entre el 5% y el 10% de los afectados son varones y en estos es más frecuente la bulimia que la anorexia nerviosa. Estos casos de TCA «son más raros estadísticamente. Se estima que por cada hombre afectado hay 9 mujeres, pero existen situaciones clínicas graves», afirma Baile.

Superar este tipo de trastornos es posible. Para el especialista «con un buen tratamiento puede haber una muy buena recuperación. En algunos casos se podrá hablar de curación bastante completa, en otros casos quedarán ciertos estilos cognitivos y ciertos comportamientos que convendrá cuidar durante muchos años para que no haya recaídas, ya no exclusivamente en un trastorno del comportamiento alimentario, sino en otros posibles trastornos psicológicos cercanos en sintomatología. La recuperación depende de muchos factores como cuanto tiempo se lleva con el trastorno, el nivel de afectación corporal, el apoyo social, entre otros.»

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