Cómo hacer una mesa de estación de invierno según el método Waldorf

En la educación Waldorf, las mesas de estación son una parte fundamental de la enseñanza y la celebración de las distintas épocas del año. Con la llegada del frío, esta actividad tiene un significado especial al enfocarse en la quietud y la reflexión. En esta ocasión cambiamos la decoración recargada que invade las celebraciones de fin de año por una más sencilla llena de elementos naturales para hacer una mesa de estación de invierno. 

Crea una destinada a la contemplación y la conexión de los niños con la naturaleza, donde destaque este momento de su ciclo anual, el descanso y la renovación que supone el invierno antes de una nueva primavera llena de actividad. Una composición alineada con la filosofía Waldorf que apuesta por el equilibrio, la armonía y la conexión con el entorno natural, y que permite a los niños aprender de forma activa y participativa.

1. Protagonismo para los libros

En esta mesa de estación de invierno los libros son los protagonistas. Lecturas sobre cómo afrontan los animales esta época del año, la pausa que hace la naturaleza, la nieve. Sobre ellos cuelga una rama seca de la que caen unos copos de nieve hechos con bolas de algodón cosidas entre sí por un hilo de pescador o un fino blanco. Otras muestras de naturaleza que puedes colocar en la decoración son unos trocitos de acebo, de muérdago o incluso un poco de musgo puesto sobre un trozo de corcho natural o una corteza de árbol; eso sí, ten en cuenta que no debéis salir al campo a cogerlos porque están protegidos y está prohibido hacerlo (y multado).

Añade otros dos escenarios más. En el primero, con una base de color blanco, pon algunas figuras de muñecos de nieve y animales invernales como osos polares y pingüinos. El segundo, sobre un fondo (cartulina o fieltro) azul, puede contener un tarro con bolas de algodón que representen la nieve y algunas piñas recogidas en el campo.

2. Apuesta por la madera

En las mesas de estación, los elementos naturales, como la madera, tienen un significado especial. Juega con pequeños muñecos de este material, animales de madera como alces, cervatillos y osos, y soportes hechos con discos de ramas gruesas o troncos de árboles procedentes de la poda, o cuencos. No olvides tampoco añadir palos y ramas de árboles, algunas hojas y láminas o dibujos hechos por los niños representando el invierno.

Completa con frutas y frutos como naranjas, bellotas, castañas y piñas. Otro elemento decorativo que puedes usar son las rodajas de frutas secas, especialmente de cítricos, que, además, darán un aroma especial a tu mesa de estación de invierno. Colócalas sobre el escenario o crea con ellas una guirnalda para colgar.

3. Fauna invernal

Esta mesa de estación de invierno está centrada en la naturaleza y la llegada de la Navidad. Con esta idea creativa nos trasladamos al Polo Norte, donde los animales conviven con Papá Noel en las fechas previas a su partida para el reparto de los regalos. Pero el invierno va más allá de las celebraciones.

Por eso es importante que animes a los niños a que vayan modificando su mesa a medida que avancen los días. No se trata de un sitio solo para mirarlo, sino de una actividad con la que aprender observando y jugando. Osos polares, pingüinos, focas que salen de agujeros creados en la capa de hielo, renos y caballos conviven con abetos nevados. Completa si quieres con libros que hablen sobre la estación y cómo es la vida de la fauna en la época más dura del año en los lugares de frío extremo.

4. La magia del invierno

Los gnomos son los personajes centrales de esta mesa de estación de invierno basada en la metodología Waldorf que recrea un mundo mágico ubicado en una naturaleza nevada. Para dar realismo a la escena, busca una tela blanca y una figura de un árbol sin hojas, cuya base debe quedar envuelta en la capa de nieve que cubre la base.

Sobre este tapiz, coloca animales de campo que no hibernen, como los conejos, y algún pájaro de plumaje blanco sobre las ramas. Incluso puedes crear madrigueras con algunos arcos de madera de los juegos infantiles o hechas con la base de una botella de plástico cubierto con fieltro blanco para que se mimetice con el entorno. Completa con piñas, abetos y una vela que parezca una hoguera. Coloca alrededor de ella a los gnomos.

5. Invierno de calma

Madera, telas naturales, plantones de pinos y recuerdos de las salidas al campo en forma de ramitas, piñas y piedras conforman la base de esta idea que representa un invierno sereno y sosegado. Los colores fundamentales son el blanco de la nieve y el azul del cielo, que también toma protagonismo en el lago rodeado de guijarros.

Junto a las figuras de madera se pueden colocar algunas otras hechas a mano por los niños, como copos de papel pinocho colgados, con un hilo de pescador, de las ramas más altas de la composición. Otro de los elementos que invita a los niños a la calma que transmite la naturaleza en esta estación son las velas puestas en los laterales de la mesa.