Desde pequeños, los adultos intentan distanciarnos del miedo para protegernos de las cosas negativas que suceden en el mundo. ¿Pero, es esto realmente beneficioso? A lo largo de toda nuestra vida, y eso incluye la etapa infantil, el sentimiento del miedo está muy presente en nuestro día a día, por lo que es importante tener el conocimiento y las herramientas necesarias para saber cómo gestionarlo.
Según varios estudios, las historias de terror ayudan a los niños a saber diferenciar entre lo que está bien y lo que está mal, además de servirles de ayuda en situaciones difíciles que se les presenten en el futuro y ayudarles a explorar y expresar sus emociones. De esta manera, las historias de miedo pueden ser muy beneficiosas en su crecimiento personal, teniendo así una versión más real y verídica del mundo.
Uno de los beneficios de conocer y tratar el miedo en la literatura es que el lector tiene el control absoluto, pudiendo decidir qué nivel de implicación tiene con la historia y teniendo el poder de decidir si seguir con ella o por el contrario, pararla. La lectura de terror infantil genera además unos sentimientos entre los niños que les hacen reaccionar, enfrentarse a situaciones concretas y en los que deben aprender a gestionar sus temores o, dicho con otras palabras, al hablar del miedo les ayudamos a prepararse para la vida.
Por otro lado, la recepción del sentimiento de miedo que tienen los lectores también es diferente, siendo esta menos agresiva y aprendiendo a distinguirlo y contextualizarlo después en la vida real.
Asimismo, si se combinan el género de terror con el humor hace que la lectura del libro sea más amena y entretenida y esto ayuda al joven lector a tener todavía más control sobre la situación, y que pueda distinguir y explorar a su ritmo los sentimientos y reacciones que experimenta ante este tipo de situaciones.
