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El carnaval en el mundo: las fiestas más icónicas y patrimonio mundial

Los carnavales son esas celebraciones coloridas y alegres que tiñen cada rincón del planeta, algunas de las cuales han sido reconocidas por la UNESCO por su impacto cultural. Son una expresión única de la tradición de las comunidades donde se organizan, y atraen a miles de visitantes cada año. A continuación, exploraremos algunos de los más icónicos y que, a su vez, fueron declarados carnavales Patrimonio Mundial.

Desde monstruos con aterradoras máscaras que persiguen a los habitantes de la ciudad hasta divertidos bailes con disfraces, cada región tiene su forma y sus motivos para festejar, mientras abren sus puertas e invitan a miles de turistas a unirse a sus costumbres. 

Descubre en esta lista cómo han evolucionado estas fiestas a lo largo del tiempo y por qué siguen siendo un emblema de orgullo para los locales. 


1. Carnaval de Barranquilla, Colombia

Carnavales patrimonio mundial Colombia, Barranquilla
El de Barranquilla es uno de los más famosos del mundo | Fuente: Facebook oficial del CDB

Cuando Shakira decía en su canción “¡en Barranquilla se baila así!”, llevaba muchísima razón, porque el movimiento será la huella imborrable que cualquiera que lo visite se llevará en el corazón. Si el destino te lleva de paseo por la maravillosa Colombia en épocas de carnaval, piérdete al menos un fin de semana en el Departamento del Atlántico y disfruta de uno de los espectáculos más fascinantes del país visitando la sede del evento cultural más importante de la república. Fue declarado Patrimonio Cultural de la Nación por el Congreso de Colombia en 2001 y, por si esto fuera poco, Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO en 2003.

Cada año, esta ciudad caribeña se convierte en escenario del folclore, la música y la danza regional de una forma tan única que trasciende todo tipo de divisiones y épocas: el Carnaval de Barranquilla reúne expresiones emblemáticas de la memoria e identidad del pueblo barranquillero y del Caribe colombiano.

Una de sus particularidades es la increíble convivencia de distintos tipos de manifestaciones culturales. Tanto contemporáneas, modernas, tradicionales y folclóricas, todas son esenciales en una fiesta que le da identidad como nación. Además, su capacidad de movilización social supera todo tipo de diferencias. Durante varios días, se celebra con desfiles, concursos, bailes y música tradicional, y es una atracción turística sin igual si además del espectáculo se le suma el júbilo marca registrada de un pueblo tan amigable como acogedor.

Prepárate para una alegría absolutamente contagiosa entre disfraces, melodías y colores, ¡porque los colombianos saben cómo divertirse!


2. Carnaval de Recife, Brasil

Frevo, Recife carnavales Patrimonio Mundial
Frevo, corazón de los carnavales que son Patrimonio Mundial en Recife, Brasil | Fuente: Canva

Sabemos que en la memoria colectiva de muchos es normal asociar Brasil a la idea de carnaval, y llega a nuestra lista de la mano de una de las festividades más esperadas del país. Si bien el carioca es increíble, este enorme país sudamericano no es solo Río de Janeiro. Cada año, el estado de Pernambuco se convierte en una celebración llena de color, música y alegría, y a diferencia de otras festividades locales, se enfatiza más en las tradiciones de la región, dándole un toque único e inigualable.

Una de sus principales características es la aparición de su invitado estelar: el frevo, catalogada como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco en diciembre de 2012. Esta música popular brasileña es un ritmo acelerado y enérgico que se baila con un paraguas y se acompaña con bandas de música en vivo. Este tipo de bandas son una de las principales atracciones del Carnaval de Recife y llenan con melodías y júbilo las principales calles de la ciudad.

Además de estos desfiles, que invitan a todos a unirse (incluido el Desfile do Galo da Madrugada, el más grande del mundo), también incluye concursos de baile, espectáculos y la elección de la “Rainha do Carnaval”. Como extra, en la Noite dos Tambores Silenciosos podrás ver cientos de tambores sonando al compás de ritmos como samba, afoxe, maracatus y reggae.


3. Carnaval de Podence, Portugal

Festival de Caretos de Podence, en Portugal
Festival de Caretos de Podence | Fuente: caretosdepodence.pt

Esta vez, la lista de los carnavales que son patrimonio mundial nos lleva a Europa, más precisamente a nuestro país vecino. Al norte de Portugal, en la zona de Trás os Montes, se abre al mundo la tradición de los Caretos de Podence al son de los cascabeles y las máscaras artesanales, dibujando con amarillos, rojos y verdes las callejuelas de la aldea.

Este evento ancestral, que estuvo a punto de perderse en el tiempo, logró preservarse por voluntad de su maravillosa comunidad. Gracias a eso, hoy día, cuando la performance comienza, los jóvenes ataviados con trajes de flecos y caretas de nariz puntiaguda corren y deambulan haciendo ruido, causando algo de caos e interactuando con los vecinos o turistas que se los crucen.

Pero espera, porque esto surgió hace muchos años y no es un espectáculo porque sí; tiene sus raíces en ceremonias rituales antiguas, que en la actualidad, aunque se han modificado, invitan a participar de la desenfrenada actuación. Los caretos gritan, saltan y recorren el lugar, entrando en algunas casas donde los invitan a comer y beber, celebrando que los fríos meses de invierno pasaron y comienza la fertilidad de la pronta primavera.


4. Carnaval de Granville, Francia

Carnaval Granville Francia patrimonio mundial carro alegorico
Carro alegórico en Granville, Francia | Fuente: normandie-tourisme.fr

Visitamos ahora a nuestro vecino del norte y recorremos sus calles cargadas de confeti, porque llegamos a Granville, en la bellísima Normandía. Considerado el más importante de todo el oeste de Francia, permite a todos sus visitantes disfrutar de desfiles de carros alegóricos, bandas de música, bailes y una emocionante batalla de confeti.

A finales de 2016, la Unesco reconoció su importancia y su valor cultural para la comunidad y se ha convertido en una tradición transmitida de generación en generación. En esta localidad normanda y los municipios cercanos, desde su inicio con el concierto y la entrega de las llaves de la ciudad al Rey del Carnaval, no cesarán los festejos durante cuatro días.

¿Te gustan los desfiles de carrozas y la música? Aquí se preparan durante meses para construirlas, junto a varias efigies satíricas y divertidas. Escucharás serenatas en el centro e incluso podrás degustar los alimentos y bebidas que se reparten durante las celebraciones.

Podrás ver los bailes en diferentes puntos, pero el último día tiene lugar el desfile principal hacia Rue du Port. Allí se oficia el juicio al Rey del Carnaval, y quemarán el muñeco de papel maché en el puerto. ¿Crees que todo ha terminado? No, ¡porque continuación comenzará la guerra de confeti!


5. Fiesta de los busós de Mohács, Hungría

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Los carnavales de los ‘busós’ son considerados patrimonio cultural mundial | Fuente: Wikimedia Commons

Si tu idea de diversión es ver cientos de monstruos ahuyentando el invierno, tu sitio está en Hungría. A finales de febrero, en una ciudad situada al sur, encontraremos uno de los más interesantes carnavales elegidos como patrimonio mundial: la fiesta de los busós de Mohács o Busójárás.

Su objetivo es celebrar el fin de la temporada de frío y el comienzo de la primavera. Si te preguntabas por su nombre, proviene de estos personajes con disfraces aterradores, generalmente hombres, que llevan máscaras de madera y grandes mantos de lana. Originalmente era una fiesta tradicional de la minoría croata de Mohács. Hoy se ha convertido en un emblema local y en una forma de conmemorar su pasado.

La fiesta está llena de cultura e historia y es muy diversa, para que todos se entretengan por igual. Hay concursos de disfraces infantiles, una exposición de obras de talladores y artesanos de máscaras y un desembarco de quinientos busós que arriban en barcas por el Danubio.

Al llegar, comienza su desfile, acompañados por coches de caballos y automóviles engalanados de manera extravagante. ¿No te parece suficiente para ser una celebración increíble? Pues espera la quema del ataúd que simboliza el invierno en una fogata ubicada en la plaza mayor, para que todos puedan regodearse con festines y conciertos. Eso sí, ¡los busós jamás pueden revelar su identidad!

6. Carnaval de Basilea, Suiza

Fiesta de final del invierno en Basilea
Máscaras del Carnaval de Basilea | Fuente: Canva

Es uno de los íconos indiscutidos de Suiza y una de las fiestas más grandes entre los carnavales protestantes. Fue incluido en la lista de la UNESCO por su originalidad y es una expresión única de la cultura y la tradición de la ciudad de Basilea.

Tiene raíces ancestrales celtas y germánicas, por lo que en sus inicios estaba colmado de simbología para despedir el invierno y de rituales de fertilidad. Sin embargo, tras la reforma protestante, fue restringido y prohibido, lo que llevó al Carnaval de Basilea a convertirse en un movimiento de protesta contra las autoridades represivas.

Los tambores y pífanos son un sello de la fiesta, al ritmo de las comparsas, las bandas de vientos y los poemas. Mientras tanto, por las calles transitan personajes de todo tipo, como los Dummpeters, los Uelis, los Blätzlibajass y los Harlekin, vistiendo sus disfraces y sus ‘Larve’ (máscaras), confeccionadas a mano. Estés donde estés, en una plaza o en uno de sus abarrotados bares, podrás escuchar los conciertos y verás pasar las artísticas carrozas que reparten flores.


7. Carnaval de Binche, Bélgica

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Binche es uno de los carnavales que son Patrimonio Mundial más curiosos | Fuente: carnavaldebinche.be

Llega el turno de los famosos ‘Gilles’ y uno de los carnavales más curiosos del continente europeo, así que nos trasladamos al sur de Bélgica, a la ciudad medieval de Binche. Es conocido por este particular personaje principal. Para los locales, convertirse en uno es un gran honor e invierten mucho tiempo y dinero en prepararlo todo.

Para quienes no los conocían, son como payasos con trajes, máscaras de cera y zapatos de madera. Pueden verse al compás del tambor, principalmente el Martes de Carnaval, cuando hacen su gran aparición; saliendo con los campesinos, pierrots y arlequines, todos desfilando alrededor de Binche. El lunes sí que no hay que perdérselo: es especial para la juventud, con una gran batalla de confeti y un castillo de fuegos artificiales.

Durante tres días la ciudad se llena de sombreros de plumas de avestruz, instrumentos de percusión y bailes de disfraces. Disfruta de las calles y cafés invadidos por muchedumbres, bandas de música y danzas en la plaza Mayor mientras el paisaje urbano se ilumina con los fuegos de artificio.


8. Carnaval de Oruro, Bolivia

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El de Oruro es patrimonio cultural | Fuente: Bolivia Turismo

En Sudamérica se esconde otra joya cultural entre las sierras: el Carnaval de Oruro. Es de los más renombrados de Bolivia y tiene sus raíces en ceremonias precolombinas que se fusionaron con la tradición cristiana para preservarse, tras la llegada de los españoles en el siglo XVII. Después de todo, este rincón conocido como La capital del folklore boliviano era un lugar sagrado para el pueblo Uru, y la presencia de los dioses andinos se mezcló con los íconos cristianos.

La fiesta, que se celebra cada año durante seis días, se caracteriza por un despliegue de artes populares en forma de máscaras, tejidos y bordados. Su evento principal es una increíble procesión con más de 28.000 bailarines y 10.000 músicos que recorren durante veinte horas, sin interrupción, los cuatro kilómetros del circuito, desfilando al compás de danzas típicas como la diablada, la morenada, los caporales, los suri sicuris y los waka waka, entre otros.


9. Carnaval de Imst, Austria

carnaval imst austria mascara
Imst, uno de los carnavales patrimonio mundial desde 2012 | Fuente: Imst Tourismus/Franz Oss

El último de la lista lo encontraremos en el corazón de Europa, en Austria. El Carnaval de Imst se festeja cada cuatro años y tiene como principal atracción el desfile de Schemenlaufen, donde los bailarines disfrazados y enmascarados hacen su aparición. Estas parejas de hombres que bailan con trajes de cascabeles y esquilones (que pueden llegar a pesar hasta 35 kilos), danzan combinando saltos y reverencias.

Además de estos espectáculos, podrás ver a deshollinadores con máscaras que trepan por las paredes de las casas, brujas que gritan a la multitud, y osos que muestran su fuerza a los visitantes.

Este festejo es un fruto de un esfuerzo colectivo que involucra a toda la población. Los vecinos aprenden en las escuelas cómo confeccionar los trajes utilizados en el desfile, los herreros forjan los cascabeles y los esquilones, y los habitantes esculpen las máscaras de madera. La artesanía tradicional puede transmitirse en las familias o aprenderse en cursos especiales, pero todos trabajan juntos para enaltecer y sostener esta antigua tradición, para ir legándola de generación en generación.


Si aún quieres conocer más cosas sobre esta fiesta, no te pierdas nuestro especial de carnaval para descubrir las mejores ideas de disfraces, planes, recetas y manualidades. 

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