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Cómo evitar que los niños se pierdan en vacaciones

Durante las vacaciones, los juegos al aire libre, la playa, las visitas a lugares concurridos y una mayor libertad y laxitud en las normas hacen que los niños tengan más posibilidades de despistarse y perder de vista a sus padres, con el susto que supone para toda la familia.

Las playas son uno de los sitios más propicios para este tipo de incidentes. En 2022, de las 39.166 atenciones en playas y aguas continentales (pantanos, lagos y ríos) que los servicios de Cruz Roja realizaron, 585 fueron por menores extraviados. Pero se estima que los datos globales son muy superiores, ya que la vigilancia de cada playa corre a cargo de distintas organizaciones locales. En algunas comunidades se pierden hasta cuatro niños al día, mientras que en zonas de gran afluencia la cifra puede ascender a diez niños cada 24 horas.

Aunque la mayoría de ellos aparece en 30 minutos, aproximadamente, lo mejor que podemos hacer es evitar este mal trago. Los consejos que os detallamos a continuación os ayudarán a conseguirlo.

Consejos para evitar que los niños se pierdan durante las vacaciones

1. Advertencias básicas necesarias

No hace falta angustiar al niño ni transmitirle miedo, pero sí indicarle con firmeza todo lo que tiene que hacer en caso de que no os encuentre. Es preciso explicarles que nunca deben jugar fuera de vuestra vista, por lo que necesitan estar atentos y saber dónde están sus padres y familiares, mirando cada poco rato y sin despistarse ni hablar o irse con desconocidos. Y decirles que, si en algún momento se desorientan, que se queden donde están, porque si empiezan a caminar sin rumbo pueden empeorar la situación.

2. Conocer los datos de residencia

En cuanto lleguéis a vuestro lugar de vacaciones, enséñales la dirección exacta de vuestro hotel o apartamento. Si aún no se saben vuestros números de teléfono móvil, intentad que los memoricen o apuntádselo en una pulsera. Los que son más mayores y disponen de su propio teléfono deben saber que, además de acudir a vosotros, pueden recurrir al teléfono 112 para cualquier tipo de emergencia.

3. La tecnología, un apoyo

La tecnología puede venir en nuestra ayuda en estos casos. Los relojes inteligentes son un ejemplo. Con algunos es posible recibir y emitir llamadas a una agenda controlada por los adultos, incluso los hay que cuentan con un botón SOS para que el niño o la niña lo pulse cuando se despiste y no vea a sus padres, quienes lo localizarán fácilmente gracias al GPS integrado.

4. Lugares de encuentro

Además de los datos de contacto, asegúrate de que se saben vuestros nombres y apellidos completos. Un buen recurso para los más pequeños es enseñarles de una forma lúdica los caminos a casa desde los lugares que más frecuentáis, como la playa o la heladería, así como concretar puntos de encuentro en caso de que se despisten.

5. Pedir ayuda a figuras de autoridad

Hay que explicarles que, si se pierden, intenten acudir siempre a figuras de autoridad, como policías municipales, nacionales o socorristas, cuando estén en la playa, para que ellos les ayuden a encontrar a sus padres con los datos de contacto que les habéis enseñado.

6. Puntos de referencia en la playa

Cuando lleguéis a la playa, pedidles que se fijen bien en el lugar en el que habéis colocado vuestras cosas; saber identificar la sombrilla, por ejemplo, es muy útil. Y, sobre todo en playas muy concurridas, procurad que tengan un punto de referencia como unas duchas, las rampas de acceso o el lugar en el que están los socorristas. Y muy importante: mientras permanecen en el agua, no los perdáis de vista, ya que es fácil que la corriente los arrastre y los aleje de la zona donde estáis situados.

Vacaciones: tener puntos de referencia
Reconocer la sombrilla de la familia ayuda a los niños a localizar su sitio | Fuente: Canva

7. En grandes aglomeraciones

Si acudís en vacaciones a eventos o lugares donde haya grandes aglomeraciones, se aconseja que lleven una pulsera con vuestro teléfono apuntado, por lo que pudiera pasar, aunque lo ideal es que no os suelten la mano ni se despisten en ningún momento. Al llegar, marcad un punto de encuentro al que acudir si se pierden.

8. Varios, mejor que uno solo

Cuando son un poco más mayores y ya pueden ir solos a algunos sitios (a por un helado o a comprar pan, por ejemplo) es preferible que vayan acompañados por más niños y, por supuesto, tienen que conocer bien el camino de ida y de vuelta. En cualquier caso, resulta imprescindible que avisen, a sus padres o a los adultos a su cargo, y pidan permiso para alejarse cuando vayan a ir solos a algún sitio. Y, claro está, que jamás acepten nada de un desconocido.

Qué deben hacer si se pierden

1. Volved sobre vuestros pasos

En el supuesto de que nuestro hijo o hija acabe perdiéndose durante las vacaciones, el consejo más inmediato, por muy difícil que nos resulte ponerlo en práctica, es mantener la calma. Como primera medida, lo mejor es volver sobre nuestros pasos para ver dónde se ha podido entretener y, si hemos pactado un punto de encuentro, ir hacia allá para comprobar si se ha dirigido allí. 

2. Pedir ayuda

Cuando ninguna de estas acciones haya tenido éxito, el segundo paso es acudir a una figura de autoridad para dar el aviso, ya que en seguida pondrán en marcha los mecanismos estipulados para encontrar al niño. Asimismo, si existe la posibilidad de llamarlo por un megáfono, hagámoslo.

3. Buscarlo en el agua

En los extravíos que se producen en la playa, es fundamental que alguien de la familia se quede en la toalla, por si el niño o la niña termina por volver por su cuenta. Quien vaya a buscarlo, que lo haga en dirección al oleaje, ya que a menudo los menores se dejan llevar sin darse cuenta, sobre todo si van con colchonetas, flotadores o juguetes hinchables. Según los expertos, los niños perdidos se sienten más seguros con el viento en la cara, por lo que también debemos tenerlo en cuenta a la hora de buscarlos.

4. Cómo obrar cuando por fin aparece

Una vez que encontremos a nuestro hijo, lo mejor es no enfadarse ni regañarle, sino transmitir cariño e intentar calmarle, ya que ha sido un momento también muy angustioso para él. Una vez pasado el susto, sí es importante que hablemos con el niño o la niña para que entienda qué ha hecho mal y cómo evitar que vuelva a pasar.

Como no podía ser de otra manera, este fenómeno ha dado lugar a la aparición de multitud de objetos y aplicaciones que nos ayudan a encontrar a los niños perdidos de forma más rápida y eficaz: desde ayuntamientos que reparten sus propias pulseras con chip, como el de Castellón, pasando por aplicaciones y geolocalizadores.

Ojalá ningún padre tenga que utilizarlos y que paséis unas vacaciones en calma y llenas de momentos inolvidables juntos. ¡Feliz verano!

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