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Consejos para perder el miedo al agua y estar seguros en la piscina por edades

Aprender a nadar y perder el miedo al agua son metas que se fijan muchos padres. Aquí os proponemos algunas ideas para que pongáis en práctica en la piscina:

Enseñar al bebé

A partir de los cuatro meses se puede llevar a los bebés a natación aprovechando los reflejos innatos que empezarán a perder a partir del año. Las clases se desarrollan en piscinas adaptadas para ellos en las que el agua está a unos 32 grados y no duran más de 30 minutos. Os damos algunos consejos antes de empezar:

  • Consulta al pediatra, él te dirá si el bebé está preparado para empezar las clases.
  • Unos días antes de comenzar, puedes ir reduciendo la temperatura del baño en casa poco a poco hasta los 32 grados, la temperatura que tendrá la piscina.
  • Si usas juguetes para el baño, es recomendable que los lleves también a la piscina. Así se sentirá identificado.
  • Es importante que en las clases no haya más de 10 niños.
  • En las lecciones aprenderás a sostener al bebé correctamente para continuar el aprendizaje durante las vacaciones.
  • No te desanimes si tu hijo llora el primer día. Es normal que al principio le den miedo las clases, pero acabarán encantándole. Debes de tener paciencia y no mostrar nunca miedo para que el bebé no se desmotive.
  • El objetivo a esta edad no es que el niño aprenda a flotar o empiece a hacer movimientos de natación, sino que se sienta seguro y disfrute del agua.

A los 3-4 años

A partir de esta edad los niños ya pueden empezar a adquirir los movimientos de la natación, y además lo harán de manera natural y lo aprenderán mejor que con una edad más avanzada. Lo más relevante es no forzarle a entrar en el agua, sino convencerle de que la piscina es un lugar muy divertido. No le obligues, bajo ningún concepto.

  • Para empezar, entra con él en el agua y sostenle por debajo de las axilas, entonces pídele que patalee o que chapotee con las manos. Se sentirá seguro contigo sujetándole y acompañándole en esta experiencia.
  • Más adelante, cuando tenga un poco más de confianza, puede agarrarse al bordillo de la piscina y salpicar con las piernas.
  • Pronto empezará a darse cuenta de que puede flotar y después aprenderá a nadar con elementos de ayuda como la tabla de corcho o el cinturón de tablas.
  • Es mejor evitar el flotador porque el niño puede darse la vuelta con él puesto y los manguitos que dificultan los movimientos de los brazos y retrasan el aprendizaje.
  • El momento de empezar a nadar sin ayuda varía mucho de un niño a otro, pero, por lo general, suele tardar alrededor de un año.
  • Enséñale cómo juegan otros niños en el agua. Si aun así tiene miedo, será mejor dejarlo para más adelante.

Perder el miedo al agua

Cómo vencer el miedo al agua

Este es uno de los factores que más impiden a los niños aprender a nadar de manera natural. Es por ello que es tan importante enseñarles a vencer ese temor.

  • No forzar al niño a entrar en el agua, puede hacer que el miedo aumente en lugar de desaparecer.
  • Enséñale que la piscina es un lugar divertido al que puede llevarse sus juguetes. Pídele que tire algún juguete pequeño al agua para que vea cómo flota.
  • Para que se familiarice con la piscina puedes sentarte con él en el bordillo para que se moje los pies o acercaros al agua y que se moje la cara.
  • Siempre debe ver una sonrisa en ti para aumentar la confianza en sí mismo.

¡Al agua pato!

Y algo crucial es tener en cuenta estos consejos de seguridad en la playa.

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