10 Claves para potenciar el liderazgo de las niñas

Cuando hablamos de niñas y ambición, el patrón es claro: a las chicas no se les suele animar a ser líderes. Si queremos que esto cambie, todos debemos asumir nuestra parte de responsabilidad, y encontrar la manera de alentarlas a tomar la iniciativa y a desarrollar su máximo potencial. Como padres, abuelos y cuidadores, hay pequeños cambios que cada uno de nosotros podemos hacer para fomentar el liderazgo de las niñas, la confianza en sus capacidades y su determinación a la hora de alcanzar sus metas.

Un camino cuesta arriba

La ONG Plan Internacional publicó en 2019 el informe Tomamos la iniciativa: las niñas y jóvenes cambian los rostros del liderazgo. En él, alrededor de 10.000 niñas y mujeres jóvenes de diecinueve países del mundo compartieron sus experiencias y opiniones sobre lo que significa este concepto, qué condiciones creen que son necesarias para convertirse en líderes y qué les ayuda o les impide lograrlo en su entorno.

Aunque la mayoría de las encuestadas aseguró que confiaba en sus habilidades para liderar a otros, el 60 % creía que las mujeres tienen que esforzarse más que los hombres para ser respetadas. Y el 93 %, que las que han llegado a tener funciones ejecutivas han tenido que experimentar contacto físico no deseado en algún momento.

Estos datos son poco alentadores y, aunque ya han pasado unos años desde que se elaboró el informe y queramos pensar que las cosas han mejorado algo, aún queda muchísimo por hacer. De hecho, esta organización alertaba entonces de que, al ritmo actual de progreso, harán faltarán unos cien años para alcanzar igualdad de género en la participación política.

Cambiar el mensaje

Obviamente, las circunstancias difieren mucho de una zona del mundo a otra, pero incluso en los países desarrollados debemos seguir remando con fuerza en la misma dirección, la de la igualdad de oportunidades y la eliminación de los sesgos de género. Eso es lo que trata de hacer, por ejemplo, la fundación Inspiring Girls. Su objetivo es aumentar la autoestima y la ambición profesional de las niñas en edad escolar. En su web puede leerse un mensaje tristemente revelador: “¿Sabías que a los 6 años las niñas aspiran a las mismas carreras profesionales que los niños? En cambio, a los 7 años sucumben a los estereotipos de género y desisten de la idea.”

Con la intención de revertir esta tendencia nació precisamente esta entidad. Entre sus iniciativas está el Programa Liderazgo y Empresa, que lleva ya dos ediciones con muy buenos resultados y que pretende reforzar las aptitudes de liderazgo de las participantes a través de la experiencia de referentes femeninos de éxito, con el fin de estimular su confianza.

Decálogo para estimular el liderazgo de las niñas

En paralelo a este tipo de proyectos en el ámbito social, que siempre son muy loables y bienvenidos, está la influencia que podamos ejercer sobre ellas en el terreno particular. En la rutina de la vida diaria, los adultos tenemos múltiples oportunidades para modelar conductas y animar a las niñas a ser auténticas, asertivas y seguras de sí mismas. Y lo más eficaz es no solo transmitirlo con palabras, sino con nuestro propio comportamiento. Importa más lo que hacemos que lo que decimos que hay que hacer.

Aquí tenéis algunos consejos que pueden suponer una gran diferencia en el modo de hacer emerger la capacidad de dirigir, de estar a la cabeza de cualquier grupo, de nuestras hijas y nietas.

1. Anima a tus hijas e hijos por igual

Ya en la educación secundaria, los padres dan más valor al liderazgo de los niños que al de las niñas. Por eso, debemos reflexionar sobre los diferentes mensajes que les transmitimos sobre la ambición y el éxito futuro. Pregunta a tu hija si cree que hay algo que ella pueda hacer para cambiar el mundo. Invítale a que te cuente lo que significa liderar para ella. ¿Se ve a sí misma como líder? ¿De qué manera ve que ejerce ahora esta función y cómo le gustaría hacerlo en el futuro?

2. Sé consciente de la manera en que hablas con ella

Las niñas aprenden pronto que un exceso de confianza puede llevarlas al ostracismo, y prueba de ello es el modo en que suenan sus palabras cuando se comunican. Muchas empiezan las frases con una disculpa (“No estoy segura de que esto sea correcto, pero…”). O utilizando expresiones que transmiten su inseguridad y debilitan sus convicciones, como “no sé qué te parecerá, pero quizá esta pueda ser una solución”. Es importante que las madres seamos conscientes de cómo nos comunicamos delante de nuestras hijas, evitemos suavizar nuestras opiniones con renuncias o disculpas. Y animarlas a manifestar su parecer con firmeza, sin miedo, sin dudas. Y con educación, claro, eso siempre; una recomendación que, como es obvio, vale para ambos sexos.

3. Haz que tu hogar respire igualdad

¿Sabías que la brecha salarial empieza en el hogar? Nuestra casa es un aula muy poderosa para nuestros hijos. ¿Hace tu hija las ‘típicas tareas de chicas’ como la limpieza o poner la lavadora, mientras que tu hijo saca la basura y poco más? Intercambia esta asignación de responsabilidades y distribúyelas por igual. Si finalmente eres tú quien termina haciendo las tareas para evitar discusiones, asegúrate de no hacer el trabajo de un niño más que el de una niña.

4. Enséñale a respetar sus sentimientos

A las niñas a veces se les dice que deben ‘superar’ sus sentimientos o dejar de ser ‘tan sensibles’ Enséñale a respetarse a sí misma, haciéndole saber que está bien sentir lo sea que sienta y que puede hablar libremente de ello. Además, ser receptiva y empática, y tener una buena inteligencia emocional son excelentes cualidades para un líder.

5. Madres y abuelas: sed modelo de comportamiento asertivo

Las niñas a menudo responden a lo que se les pide, aunque no estén de acuerdo, lo que puede hacer que después aparezca el resentimiento. Tu hija necesita que le enseñes cómo establecer límites en las relaciones y que hacerlo no supondrá que estas terminen. No obstante, en caso de que acabaran en ruptura, sería porque esa relación no era realmente de calidad y no merecía la pena, así que, ¿por qué preocuparse?

Da ejemplo de ello. Deja que ella vea cómo rechazas una tarea cuando estás sobrecargada y explícale por qué. Y cómo te desenvuelves ante un conflicto de manera constructiva, ya sea con un amigo cercano, un familiar o un compañero de trabajo. Todo eso le servirá más que cualquier explicación.

6. Padres y abuelos: sed conscientes de vuestra influencia

Las niñas cuyos padres están involucrados positivamente en sus vidas también tienden a tener una mayor autoestima y estar más dispuestas a probar cosas nuevas. Padres y abuelos deben ser conscientes del poder de sus palabras y acciones. Ellos importan. Mostrar respeto por las mujeres que forman parte de su vida y de las de ellas les ayudará a desarrollar altas expectativas hacia el resto de los hombres.

7. Aprovecha el potencial del deporte y otras actividades

Las actividades extracurriculares aportan una formación y entrenamiento en liderazgo muy atractivo para las niñas. El deporte puede ser especialmente positivo para ellas, pero si a tu hija no le interesa especialmente, anímala a buscar otra actividad en la que pueda formar parte de un equipo, como un grupo de teatro, de ajedrez, una banda de música o de algún proyecto de tecnología; seguro que hay una alternativa que se ajuste a sus gustos.

8. Analizad juntos los mensajes de los medios

Pregunta a tu niña lo que está viendo y leyendo, y por qué le gusta. Escoge una película o programa de televisión y pregúntale cosas como ¿qué tipos de mensajes acerca de las niñas y las mujeres nos está transmitiendo? ¿Cómo se retratan las relaciones entre niñas y mujeres? ¿Están esas relaciones basadas en la confianza y el cariño? Se trata de tener una conversación sobre ello, no de darle una charla. Hazle saber tus preocupaciones, pero recuerda que te tendrá más en cuenta si hacéis juntos el análisis.

9. Deja que resuelva ella misma sus problemas

Cuando tu hija tenga un problema, haz una pausa y pregúntale: “¿qué quieres hacer al respecto?” Si ella dice, “no sé,” anímala a considerar estrategias que podría utilizar para hacer frente a la situación y luego pregúntale acerca de los posibles resultados. Tu confianza en su capacidad para resolver problemas por su cuenta es fundamental para construir la suya propia.

10. Anímala a dejar su zona de confort

Muchas niñas tienen dificultades para asumir riesgos porque les preocupa fracasar o decepcionar a los demás. Alienta a la tuya a probar cosas nuevas acordes con su edad, desde ir a un evento en el que no conozca a mucha gente, hasta dejar que compruebe la cuenta con la cajera del supermercado. La valentía es una habilidad que se adquiere poco a poco. Hazle saber que la primera vez que haga algo no tiene por qué hacerlo perfecto. Solo tiene que intentarlo.

En el camino para aprender a ser buenos padres y madres, debemos recordar que las palabras a menudo marcan la diferencia. Así que seamos conscientes de lo que decimos a nuestros hijos e hijas.