Sin duda, planchar es una actividad tediosa. Sin embargo, resulta necesaria en algunos casos y para determinados tipos de tela —como algodón, lino o seda— o de prendas —como camisas y vestidos, entre otros—. La buena noticia es que existen aparatos que ayudan a agilizar esta tarea, como la plancha de vapor y los centros de planchado.
Este pequeño electrodoméstico no solo quita las arrugas, sino que además alarga la vida útil de la ropa al hidratar los tejidos con humedad. También trata las prendas con mayor suavidad que una plancha seca y ayuda a desinfectarlas, eliminando gérmenes y olores. Por último, al acelerar el calentamiento de los tejidos, favorece un planchado más rápido.
Qué tener en cuenta al elegir una plancha de vapor
Las de vapor tienen múltiples ventajas. Sin embargo, hay ciertos parámetros que conviene conocer antes de comprar una, para optar por el modelo que mejor se adecúe a tus necesidades. Son los siguientes:
1. Potencia
Cuanto más potente es, más rápido se calienta y mayor presión soporta. Para eliminar arrugas en todo tipo de telas, la potencia debe ser superior a 1600 W en aparatos de planchado horizontal.
2. Material de la suela
Puede ser de acero inoxidable, aluminio pulido o revestimiento cerámico (este último es el más aconsejable para proteger la ropa de quemaduras). Procura que sea resistente a los arañazos y que pueda deslizarse sobre cualquier tela.
3. Golpe de vapor y presión
El golpe de vapor es la cantidad de vapor que puede soltar por minuto y debe ser de entre 70 y 100 gramos por minuto, mientras que la presión es la fuerza con la que sale el vapor y tiene que ser mayor a 5 bares.
