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Salud Infantil

Manual de instrucciones del recién nacido: Consejos muy útiles para padres primerizos

Manual de instrucciones del recién nacido: Consejos muy útiles para padres primerizos
Sapos y Princesas
Sapos y Princesas
Fecha de actualización: 05.01.16

Dicen que algunos bebés vienen con un pan bajo el brazo, lo que todavía no hemos escuchado es que alguno venga con manual de instrucciones. ¿Os imagináis? En varios idiomas y con un apartado de errores comunes al final. Para la mayoría de padres, los primeros meses del recién nacido son algo más que unas cuantas noches sin descansar demasiado; todos dicen que el bebé solo come, duerme y hace sus cositas, pero en realidad se están olvidando de algún que otro detalle: la cura del cordón, los cólicos, vómitos, diarreas y un listado largo de cosas acabadas en ‘itis’, que nos van a tener muy entretenidos.

Para tranquilidad de muchos, en unos meses la práctica la vamos a tener más que aprendida y vamos a ser capaces de gestionar esto, el trabajo, las tareas de la casa y todo lo que se nos presente; pero hasta que llegue ese momento, seguro que nos vendrá bien tener algún lugar de referencia al que acudir sin tener que usar el comodín “llama a mi madre”.

1. Aterrizar en casa

La llegada a casa después de salir del hospital, clínica o sitio donde hayamos dado a luz, va a ser siempre algo sorprendente; es el momento en el que solos delante de nuestro bebé nos vamos a tener que ir acostumbrando a realizar las tareas relacionadas con el cuidado del niño sin ayuda de enfermeras o doctores. Siempre tendremos a nuestro pediatra de confianza cerca para acudir ante cualquier cosa que se salga de lo normal, pero desde los primeros días en casa hasta que vayamos a la primera consulta con el pediatra, viene bien tener claras algunas cosas básicas.

2. La visitas al pediatra

El pediatra va a ser una pieza clave durante los primeros años de vida de nuestro hijo, por lo que es importante que sea una persona accesible y que tenga un poco de mano izquierda con los niños. Partimos de la base que todos son pediatras y todos tienen los conocimientos necesarios para hacer su profesión, por tanto, el trato que tengan con nuestros hijos en las consultas va a suponer ahorro de lágrimas y crisis de ansiedad cada vez que tengamos que ir a visitarlo.

3. La alimentación

Dicho esto, empezamos hablando de la alimentación. Este punto es especialmente valioso durante los primeros días de vida del bebé para evitar que pierda más peso del que es debido (suele ser entre un 10% y un 12%). Esto es algo totalmente normal, ocasionado por varios factores como la expulsión del meconio o primeras heces o la eliminación de líquido. El objetivo es que en poco tiempo recupere el peso que tuvo al nacer y, si es posible, que lo aumente, por lo que debemos estar muy atentos.

Si hemos optado por la lactancia materna nos tenemos que asegurar de que la realizamos correctamente. Las enfermeras nos pueden ayudar con la técnica y la postura antes de abandonar el lugar donde hemos dado a luz. Y si vemos que no es suficiente, podemos informarnos sobre el servicio que ofrecen las asesoras de lactancia, unas profesionales que se dedican en exclusiva a instruir sobre esto a las mamás y si no, siempre está la matrona para resolver todas las dudas que te puedan surgir.

Al poco de dar a luz notaremos que nos sube la leche con cierto calor y un aumento de peso en la zona del pecho, esto nos indica que ya estamos preparadas para amamantar al bebé. Una vez arrancamos con este proceso, la pista que nos va a indicar que todo funciona correctamente y que lo estamos haciendo de la manera adecuada, es el aumento del peso del niño (aproximadamente unos 150 g).

¿Cada cuánto hay que darle el pecho?

La mejor guía es que nos dejemos llevar por el instinto materno que nos dirá cuándo; si nos despistamos ya se encargará el bebé de recordárnoslo de la única manera que sabe hacerlo, llorando.

Si hemos optado por la alimentación de fórmula, la cantidad con la que iniciar el proceso nos la indicarán donde hayamos dado a luz y, más adelante, nuestro pediatra nos irá informando. Al igual que con la lactancia materna, será nuestro bebé el que nos indique que tiene hambre o que ya está satisfecho, no debemos obligarle a comer más porque no se haya acabado el biberón.

Manual de instrucciones del recién nacido

4. El descanso del bebé

Por norma general, el tiempo que pasan durmiendo es superior al que pasan despiertos, por ello será necesario despertarlos cada 2 o 3 horas para invitarles a comer si ellos no se acuerdan. Estimularlo durante las tomas, acariciándoles, apretando suavemente su pie o hablándoles, servirá para impedir que se duerma a media toma y por ello deje de comer lo que necesita.

5. Las deposiciones y micciones

El bebé realizará deposiciones líquidas y amarillentas normalmente después de cada toma. Estas pueden variar ligeramente de tonalidad en función de la leche que le estemos administrando, lo que tenemos que vigilar es que no haya cambios bruscos en textura y color si no hemos modificado la marca de leche. El pis puede venir en cualquier momento y este será claro. Los bebés con leche de fórmula hacen más que los que son alimentados con leche materna. Podemos estar hablando de unas 10 micciones diarias.

6. Hipo y vómitos

El hipo y los vómitos son normales en los bebés, no te asustes, pero siempre alerta que la cosa no vaya a más. De momento, una toalla preparada después de cada toma nos puede ser de gran para evitar las manchas de leche y su mal olor.

Tanto con un tipo de lactancia como con el otro, hacer que el niño eructe puede ser necesario para ayudarle a vaciar el aire acumulado durante la toma y evitar los cólicos posteriores. Con darle palmaditas suaves mientras reposa en nuestro hombro, será suficiente.

Es evidente que no existen las fórmulas exactas cuando hablamos de bebés y, mucho menos, manuales de instrucciones; pero ya veréis que, una vez pasado por ello, ¡estaréis en condiciones de escribir uno vosotros mismos!

Sira Bellot
Consultora en Maternidad y Paternidad