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Salud Infantil

Por qué algunas mujeres tienen una baja producción de leche materna o hipogalactia

La hipogalactia causa ansiedad en la madre
No poder amamantar a su bebé suele generar mucho estrés en la madre
Sapos y Princesas
Sapos y Princesas
Fecha de actualización: 28.02.22

Una preocupación frecuente en las madres de recién nacidos es saber si producirán la cantidad de leche necesaria para alimentar a su bebé. Lo cierto es que algunas mujeres tienen problemas con la lactancia debido a un trastorno de la glándula mamaria, una alteración conocida como hipogalactia.

Esto representa un dolor de cabeza para los padres, ya que la leche materna provee al niño de los nutrientes necesarios para sus primeros meses de vida, además de protegerlo de diversas enfermedades como la diarrea y la neumonía. Afortunadamente, en la mayoría de los casos esta afección suele ser temporal y fácilmente tratable. 

Causas de la hipogalactia

Aunque muchas veces una deficiente secreción láctea es causada por un problema físico de la madre, no siempre ocurre así. Existen casos en que una perturbación psicológica, motivada por el estrés o la ansiedad, le impide a la mujer desarrollar una normal producción de leche.

Veamos los distintos factores que influyen en esto:

1. Renunciar pronto al amamantamiento

La mente es muy poderosa. Si no se ponen límites a los pensamientos negativos, pueden propiciar síntomas físicos perjudiciales sin que exista una verdadera causa en el organismo.

Por ejemplo, si una mujer siente temor de no poder dar pecho a su bebé por una baja producción de leche, es posible que se vea alterado el normal funcionamiento de las glándulas mamarias y el líquido no salga con fluidez.

Durante las primeras 48 horas de vida, el neonato se alimenta del calostro, la primera sustancia que emana de los pezones. Este contiene agua, proteínas, carbohidratos, grasas y otros componentes necesarios para esa etapa inicial.

“A partir del tercer día, si mama de forma adecuada, más de 8 veces y hace 3 o más deposiciones por jornada, se puede decir que se está nutriendo correctamente”, se indica en un artículo de la Asociación Española de Pediatría (AEP).

Después de transcurridas las primeras semanas, los senos se ablandan y el niño comienza a realizar las tomas con mayor frecuencia. Si tu hijo se muestra relajado y alegre, y cambias entre 4 y 5 pañales diarios, es un indicativo de que está tomando la cantidad que necesita.

La hipogalactia afecta a la lactancia
Si el bebé no hace un buen agarre, no podrá succionar con fuerza | Fuente: Canva

2. Problemas con el extractor

A veces ocurre que hay leche suficiente, pero al utilizar el extractor se detiene la secreción o sale muy poca. La cantidad de líquido que se saca con el aparato es menor de la que puede obtener el bebé con la succión. Si el amamantamiento transcurre sin problemas por la vía natural, síguelo haciendo de esa forma.

3. El niño exige más alimento

Durante el primer año de vida existen algunos picos de crecimiento en los que tu hijo requerirá de una mayor ingesta. Sin embargo, hay madres que tienen problemas para incrementar la producción láctea y deben complementar las tomas con cremas, sopas y zumos.

Generalmente, el organismo responde adecuadamente a la nueva necesidad y el pecho comienza a generar más leche durante esas etapas de mayor consumo.

4. Posición inadecuada o mal agarre

Cuando no se ubica al niño en la postura correcta o hace un mal agarre con su boquita, tendrá dificultades para vaciar la mama completamente. Aunque al principio comience succionando bien, no terminará saciado en su totalidad.

Si esto no se rectifica a tiempo, el organismo dejará de producir la cantidad de alimento que necesita para su edad. “Lo ideal es que alguien experto en lactancia (el pediatra, la matrona o la enfermera) evalúe la toma y ayude a corregir la postura, si esta no es la adecuada”, recomienda la AEP.

5. Hipoplasia mamaria

Cuando los senos tienen un reducido tejido mamario (hipoplásicos), la producción láctea termina viéndose afectada. Un especialista en mastología puede confirmar una hipoplasia, después de comprobar que las areolas sobresalen mucho de la piel y que los pechos tienen una gran separación entre ellos.

6. Síndrome del ovario poliquístico

Las mujeres que lo sufren tienen problemas para concebir y a veces también presentan dificultades al amamantar. Por suerte, existen medicamentos recetados por los obstetras que ayudan a elevar los niveles de leche, comentan los especialistas del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona.

Hipogalactia: conviene poner al pecho al niño antes de que llore por hambre
Los médicos recomiendan darle pecho al niño antes de que comience a llorar por hambre | Fuente: Canva

Cómo saber si un bebé está bien alimentado

Si debido a la hipogalactia tu hijo no se está nutriendo de forma adecuada, probablemente veas cambios en la orina y las deposiciones, y así como alteraciones en su estado anímico.

En caso de tener dudas al respecto, debes consultar al pediatra cuanto antes. El médico te hará preguntas relacionadas con la lactancia y el comportamiento del menor en los últimos días.

Técnicas de relactación y recomendaciones

Las madres que tiene este problema no tienen que renunciar a la idea de dar pecho para siempre. Por suerte, en la mayoría de los casos se trata de un trastorno temporal que puede revertirse con la asistencia médica adecuada.

Veamos algunas de las técnicas que ayudan a que el niño pueda ingerir el alimento correctamente:

1. Amamantar a demanda

Acerca el pezón a su boquita únicamente si siente hambre. Algunas de las señales más habituales son cuando mueve la boca hacia los lados y succiona tu dedo con fuerza. No es recomendable retrasar las tomas, ya que si esperas hasta que llore se podría dificultar el proceso del amamantamiento.

2. Procura el agarre adecuado

La forma correcta es cuando los labios cubren toda la areola, con el inferior doblado hacia afuera (evertido). Después de varias tomas, la madre sabrá reconocer si el bebé está succionando con toda su fuerza.

La hipogalactia: el extractor de leche puede ayudar en ocasiones
Si tienes dificultades para que la leche salga, no dudes en usar un extractor | Fuente: Canva

3. Déjalo a su ritmo

Debe ser el niño quien decida cuánto tiempo desea tomar de cada seno. Él mismo se despegará al sentirse saciado o cuando se haya vaciado la mama. En el segundo escenario, podrías ofrecerle el otro pecho para que continúe con su alimentación.

4. Estimula el área

A veces solo hace falta un masaje en los senos para estimular las glándulas mamarias y mejorar la producción de leche. Comienza presionando suavemente la parte superior cercana al cuello y poco a poco desplaza la mano hasta llegar a la areola.