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Síndrome de la madre ausente: qué es y cómo prevenir que se desarrolle

Síndrome de la madre ausente
Fuente: Canva
Sapos y Princesas
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Fecha de actualización: 26.08.23

El vínculo maternofilial es una de las conexiones más profundas que existen, eso está claro. Precisamente por eso, cuando se debilita o, en el peor de los casos, se pierde, las consecuencias no son buenas. Lo que se conoce como el síndrome de la madre ausente puede manifestarse de diferentes formas y tiene un impacto significativamente negativo en el desarrollo emocional, cognitivo, y social de los niños. Te contamos qué es y cómo evitarlo.

¿Qué es el síndrome de la madre ausente?

Se produce cuando un hijo o una hija siente que no está recibiendo el apoyo emocional necesario de su madre. Esto ocurre por muchas razones, como la falta de tiempo debido al trabajo o las múltiples obligaciones, o cuando se atraviesa por situaciones personales difíciles.

Aunque ella pueda estar físicamente presente, la ausencia emocional suele tener un impacto profundo. Recuerda que la óptica de tus hijos es acorde a su edad y su madurez, y aunque a veces nos ausentemos por motivos razonables y válidos, es probable que ellos no logren comprenderlos desde su lógica, lo que puede llevar a conflictos de apego. Ante la perspectiva infantil de esta carencia, podría terminar por aparecer el síndrome de la madre ausente.

sindrome de la madre ausente
La madre es una figura de apego fundamental en la infancia | Fuente: Canva

Entendiendo el apego

El apego es esencial en la vida de nuestros hijos e hijas, y se construye con la unión y seguridad emocional que brindan sus figuras de contacto más cercanas. Ese vínculo es, precisamente, el que les permite sentirse más confiados y contenidos en cada etapa de su crecimiento. Son los cimientos sólidos —o no, dependerá de la familia— sobre los que construirán sus estructuras afectivas, sociales y anímicas.

En la mayoría de los casos, la conexión más fuerte que un niño establece es con su madre, y la inician inmediatamente después del nacimiento. Sin embargo, también puede (y debe) crearse con el padre, así como con otros familiares o personas cercanas, como los abuelos. Contar con varias figuras de apego favorece aún más su desarrollo, por lo que es importante crear una red amplia y segura, lo que permitirá, además, que no todo recaiga sobre la madre. 

Para comprenderlo mejor, ten en cuenta que el lazo afectivo que se forma entre un niño y su madre desde temprana edad es esencial. Durante los primeros años de vida, aprenden a confiar, a regular sus emociones y a establecer relaciones seguras a través de la conexión con sus cuidadores principales.

El apego seguro, aquel en el que siente que puede acudir a su madre en busca de consuelo y seguridad, sienta las bases para relaciones saludables en el futuro. Cuando este vínculo no se construye de forma adecuada, podría dar lugar a sentimientos de soledad, rechazo e inseguridad.

¿Cuáles son sus consecuencias? 

1. Problemas de autoestima

Los niños que experimentan una falta de conexión emocional con su madre corren más riesgos de desarrollar baja autoestima y una percepción negativa de sí mismos. Incluso sentir que no son lo suficientemente valiosos o amados. 

2. Dificultades al vincularse

La ‘ausencia’ de la figura materna puede acarrear dificultades para establecer relaciones íntimas y seguras en la vida adulta. Al manifestarse el miedo al abandono, es probable que aparezca tarde o temprano un conflicto a la hora de confiar en los demás, abrirse y vincularse.

3. Problemas de regulación emocional

La falta de un apego seguro dificulta la capacidad del pequeño para manejar sus emociones de manera saludable. Le será algo difícil expresar bien sus sentimientos y podría recurrir a comportamientos poco adaptativos.

4. Búsqueda de aprobación externa

Los niños con síndrome de la madre ausente tienden buscar constantemente la aprobación de los demás, ya que no han experimentado una validación real en casa. Esto podría volverles dependientes de la validación externa para sentirse queridos.

Síndrome de la madre ausente: falta de apego y seguridad
Este síndrome podría traer problemas de autoestima, vinculación y autorregulación | Fuente: Canva

Cómo prevenir el síndrome de la madre ausente

Las consecuencias descritas son realmente preocupantes, pero prevenirlo y construir un vínculo sólido y seguro es posible. Estas son las consideraciones y las pautas más importantes para conseguirlo: 

1. Tiempo de calidad

Asegúrate de pasar tiempo de calidad con tus hijos e hijas todos los días. Esto implica estar presente emocionalmente, escuchar de forma activa sus preocupaciones y demostrar interés genuino en sus actividades.

Como es lógico, todas las madres podemos tener días buenos y malos. Por eso es crucial entender que la relación se construye a lo largo del tiempo, así que no te desanimes si algún día te parece particularmente difícil; descuida, es normal. ¡Cada nuevo día es una otra oportunidad de hacerlo mejor!

Las dosis estables de afecto serán los ladrillos con los que tus hijos construirán su fortaleza en el futuro. No desaproveches la oportunidad de acompañarlos, contenerlos y estar presente, por ellos y por ti. El tiempo pasa para todos, y disfrutarlo de forma consciente será clave. 

2. Comunicación abierta

Fomenta una comunicación abierta y honesta con tus hijos. Construye un espacio en el que se sientan cómodos compartiendo sus sentimientos y pensamientos contigo. La confianza es importantísima a la hora de brindarles seguridad, así que no subestimes las buenas charlas.

3. Apego seguro

Responde de manera sensible a sus necesidades emocionales. Bríndales consuelo y apoyo cuando lo necesiten, para que desarrollen un apego seguro contigo. No importa si el problema que plantean te parece nimio, probablemente para ellos sea un suceso trágico producto de su edad y madurez.

Acompáñalos recordando que a su edad había muchas cosas que también a ti te asustaban. Y, sobre todo, intenta tener paciencia. No solo con tus hijos, sino también contigo misma. A menudo, la maternidad está idealizada y no siempre es un camino de flores y paisajes soleados. A veces llueve y truena, pero no te olvides de que siempre escampa. 

4. Establecer rutinas

Las rutinas en la infancia proporcionan a los niños una sensación de seguridad y previsibilidad fundamental. Establecer horarios regulares para actividades familiares puede parecer algo menor, pero no lo es; les ahorra la sensación de caos e inestabilidad.

5. Cuida de ti misma

Como madre, también es importante cuidar de ti y mantener un equilibrio entre tus responsabilidades y la maternidad. No siempre es fácil, y cada familia es un mundo, pero para poder brindarle a tus hijos lo mejor, también debes ofrecértelo a ti misma.  

En definitiva, es esencial que tomemos medidas para construir un vínculo sólido con nuestros hijos e hijas, proporcionándoles tiempo de calidad, apoyo emocional y una comunicación en la que prime la confianza. Al hacerlo, estarás proporcionándoles la base afectiva necesaria para su bienestar. Cuida de ti, e intenta encontrar un punto medio sano; enseñándoles con acciones que siempre estarás allí para ellos, pase lo que pase.