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Psicología y salud mental

Qué opinan los expertos sobre la posible relación entre porno y violaciones grupales

Relación entre porno y violaciones
Fuente: Canva
Sapos y Princesas
Sapos y Princesas
Fecha de actualización: 25.05.22

Las agresiones sexuales cometidas contra mujeres por parte de varios varones empiezan a convertirse en algo habitual. Dentro de lo abominable que resultan estos crímenes dañinos y carentes de cualquier muestra de empatía, llama la atención la corta edad de algunos de los autores y de sus víctimas. Una tendencia que lleva a que nos preguntemos si el fácil acceso a contenidos basados en este tipo de conductas tiene algo que ver con el progresivo aumento de estas entre nuestros jóvenes y adolescentes. Pero antes de adentrarnos en la posible relación entre porno y violaciones grupales, recordaremos el reciente caso ocurrido en la Comunidad Valenciana. La información disponible pone de manifiesto la premeditación y la crueldad con las que actúan los autores de estos brutales acontecimientos. Y, además, sorprende el hecho de que incluso encuentren un apoyo incondicional en parte de su núcleo más próximo.

Qué influencia puede tener la pornografía en la comisión de estos delitos

Pero, lamentablemente, el que acabamos de describir no es el único caso en el que un grupo de varones somete y agrede sexualmente a una mujer. Además, como nos recuerda la psicóloga y sexóloga Diana Sánchez, llama la atención que los autores sean cada vez más jóvenes. Según ella, existen muchas evidencias científicas que apuntan al fácil acceso a los contenidos pornográficos en Internet como uno de los desencadenantes del fenómeno. “Hay muchas peticiones de expertos pidiendo que se regule la edad de acceso a pornografía en línea desde hace años. Pero las autoridades no toman nota y miran a otro lado”.

Redes sociales, un factor de riesgo
Redes sociales, porno y violaciones grupales, una peligrosa combinación | Fuente: Canva

Ana de Miguel Álvarez, filósofa y profesora de la Universidad Rey Juan Carlos, hace referencia en esta publicación a la cultura de la violación. Una tendencia que justifica actitudes que, de no haber sexo de por medio, serían intolerables. Dentro de las relaciones íntimas es posible, sin embargo, insultarlas, tirarles del pelo, penetrarlas colectivamente, deleitarse con su cara de estupefacción y sufrimiento y erotizar el desprecio y la violencia.

Conductas tremendas que se normalizan

En palabras de Diana Sánchez, la exposición a materiales audiovisuales de tal índole “hace mucho daño porque un niño o una niña aún no tienen suficientemente claras las diferencias entre lo real y lo ficticio. Tampoco saben diferenciar entre una sexualidad sana e integral y lo que es vejar, denigrar o incluso violar”. Un asunto que se agrava al entrar en una espiral continua de consumo de estas escenas. Fruto de este comportamiento, el cerebro se acaba acostumbrando a ellas y minimiza su gravedad o hasta las normaliza.

Para esta experta, las redes sociales representan otra circunstancia agravante en la irrupción de este tipo de actos. Desde su experiencia profesional, afirma que están detrás de muchos de los problemas que actualmente se están encontrando en las consultas con menores. Al igual que lo solicita para los contenidos pornográficos, Diana Sánchez considera imprescindible que se regulen estas plataformas y se legisle de una forma efectiva y real.