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Psicología y salud mental

La relación entre pobreza y bajo rendimiento escolar: ¿cómo afectan los problemas económicos a los niños?

Pobreza y bajo rendimiento escolar
Fuente: Canva
Sapos y Princesas
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Fecha de actualización: 13.03.22

Aunque ya se conocía la relación entre pobreza y bajo rendimiento escolar, no existían hasta ahora indicios de las causas que pueden estar detrás de tal fenómeno. ¿Se debe a factores externos que condicionan el adecuado desempeño de los niños o, por el contrario, a un influjo en su desarrollo neurológico que dificulte su aprendizaje? Gracias a dos investigaciones recientes, estamos más cerca de desenmascarar esos efectos negativos que la precariedad económica proyecta sobre la evolución académica de la población infantil. 

Un ensayo pionero con familias reales

La primera de ellas, la de Baby’s First Years, fue iniciada en mayo de 2018 y aún se encuentra en fase de recopilación de resultados. En dicha iniciativa colabora un millar de mujeres estadounidenses que, desde el nacimiento de sus hijos, viene recibiendo una contribución económica cada mes. A una parte de ellas se les proporciona algo más de 330 dólares. A la restante, la simbólica cantidad de 20 dólares. Estos pagos se prolongarán hasta el 52º mes de la vida del menor.

Estudios en bebés desde el nacimiento sobre pobreza y bajo rendimiento escolar
Los estudios en bebés, cerca de desvelar la relación entre pobreza y bajo rendimiento escolar | Fuente: Canva

A lo largo de su crecimiento se van recopilando datos cuantitativos y otros cualitativos a través de entrevistas a las madres. En las mismas, transmiten sus experiencias personales desde que perciben ese dinero extra, abordando aspectos como el significado que tiene para ellas, en qué cosas suelen gastarlo y de qué manera piensan que ha podido cambiar su día a día.

Las diferencias en la actividad cerebral de los bebés, un hallazgo prometedor

A falta de obtener todos los resultados y analizarlos convenientemente, existe un estudio complementario al anterior llevado a cabo por expertos de seis universidades estadounidenses. Tras las pruebas realizadas, se empiezan a disipar las incógnitas que rodean la relación entre pobreza y bajo rendimiento escolar. Utilizando la misma muestra de bebés, se procedió a examinarles con un encefalograma al año de edad.

Curiosamente, quienes habían recibido la ayuda de 330 dólares demostraron una mayor estimulación en las bandas de frecuencia media y alta. Este indicador está vinculado a un mejor desarrollo cognitivo, socioemocional y comunicativo. Frente a ellos, los niños de las familias a las que se entregaban 20 dólares registraron resultados peores. Ello demuestra, en palabras de los investigadores, “el impacto causal de una intervención de reducción de la pobreza en la actividad cerebral de la primera infancia”.

El nexo entre las condiciones económicas y las habilidades cognitivas

Según ellos, esos contrastes detectados en las pruebas “reflejan la neuroplasticidad y la adaptación al entorno” y, al mismo tiempo, “muestran un patrón que se ha asociado con el desarrollo de las habilidades cognitivas posteriores”. Ahora abren la puerta a una nueva fase del estudio. En ella deberán valorarse los aspectos concretos que se ven influidos por esa mejora económica. Entre estos elementos se encuentran los gastos recurrentes del hogar, la empleabilidad de las madres, las conductas de los niños durante la crianza y el nivel de estrés familiar.

Pobreza y desarrollo cognitivo
La pobreza parece incidir en el desarrollo cognitivo | Fuente: Canva

Pobreza y bajo rendimiento escolar, una relación que hay que seguir investigando

Pese a los prometedores resultados y expectativas futuras, los autores del estudio reconocen ciertas limitaciones del mismo. En primer lugar, tan solo se han podido examinar los casos de menos de la mitad de las mil participantes en la investigación principal. Y es que, por cuestiones relacionadas con la pandemia, no fue posible entablar una cita con todas las madres para practicar las pruebas cerebrales a sus bebés.

Los expertos involucrados tampoco tienen realmente claro si las modificaciones en la actividad intracraneal de los niños pueden proyectarse a largo plazo. Por razones obvias de tiempo, todavía no se ha podido determinar el impacto de las ayudas económicas durante etapas más avanzadas de la infancia.