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Psicología y salud mental

Niños transgénero: ¿cómo saber si tu hijo lo es?

Niños transgénero
Sapos y Princesas
Sapos y Princesas
Fecha de actualización: 02.09.19

En 1977 fue la primera manifestación a favor de los derechos trans en España, en ella participaron 5.000 personas. En 2018, la OMS deja de considerar la transexualidad como una enfermedad mental. Son pocos los estudios que han abordado este tipo de casos en el mundo. En la mayoría de los países en los que se ha analizado la prevalencia se observa una incidencia en adultos de 1 de cada 11.900 hombres y una de cada 30.400 mujeres.

El género es una construcción social que conlleva un conjunto de roles, comportamientos y actitudes que definen a los hombres y mujeres. Es posible que un niño no se sienta a gusto con el que se le asignó cuando nació y esto debe ser atendido y comprendido por sus padres.

¿Cómo se desarrolla la identidad de género en la infancia?

El término “identidad de género” hace referencia a cómo nos sentimos y vivimos con nuestro cuerpo y cómo lo llevamos al ámbito público, es decir, cómo expresamos ese sentimiento a través de nuestra vestimenta, comportamiento y apariencia personal.

Esta identidad comienza a edades bastante tempranas y puede ser independiente del sexo con el que se nace y de la orientación sexual que se tiene. Por lo general, la identidad de género suele formarse en diferentes etapas entre los 2 y los 4-5 años.

  • Etapa 1. El niño toma conciencia de las diferencias físicas entre los chicos y las chicas.
  • Etapa 2. Puede identificarse en un sexo concreto.
  • Etapa 3. Aparece la identidad de género.

Niños transgénero

¿Cómo sabemos si nuestro hijo es transgénero?

Muchas veces los padres escuchamos campanas, pero no sabemos exactamente dónde poner el foco de nuestra atención para llegar a conclusiones veraces y prácticas. Algunas de las señales en las que debemos fijarnos para saber si nuestro hijo es transgénero, son las siguientes:

  • Rechazo del género asignado. Afirmaciones del tipo “soy una niña” en el caso de los chicos y viceversa.
  • Vestimenta o peinado. En el caso de las niñas se niegan a llevar el pelo largo, o cuando hay una ocasión especial, los chicos insisten en que les pongamos una falda.
  • Nombre o apodo. Nuestro hijo indica a sus amigos que le llamen por otro nombre o directamente nos hace esta petición a nosotros.
  • El juego y las relaciones sociales. Suelen tener amigos del género con el que se identifican y buscan desarrollar juegos propios del que imitan.
  • Consistencia de las señales. Esto es muy importante, hablamos de identificación con el sexo opuesto cuando las conductas mencionadas son estables en el tiempo.

¿Qué podemos hacer los padres?

En primer lugar, observar pacientemente. A veces estos cambios que podemos notar están relacionados con el descubrimiento y la maduración sexual y no se mantienen en el tiempo.

Si finalmente llegamos a la conclusión de que nuestro hijo puede ser transgénero, es importante que sepamos transmitirles nuestro apoyo, así como nuestro amor incondicional. Es muy probable que se sienta desconcertado y sobrepasado por sus emociones. Es fundamental que abordemos el tema con él o ella con total naturalidad, creando un clima de calidez y aceptación donde se pueda expresar.

A veces, puede resultar desconcertante cómo actuar en estas ocasiones, lo mejor es acudir a unidades específicas de asesoramiento. La identidad sexual es una parte muy importante del ‘ser’ de una persona. Es nuestra responsabilidad respetarla y ayudar a nuestro hijo a que la desarrolle y la acepte plenamente, ya que contando con nuestro apoyo, todo será significativamente más fácil para ellos.

Úrsula Perona
Psicóloga infantil
Colaboradora de Sapos y Princesas


La fábrica de los niños transgénero

Portada: La fábrica de los niños transgénero
Portada: La fábrica de los niños transgénero

Autoras: Céline Masson y Carolina Eliacheff
Editorial: Ediciones Deusto
Para padres

Desde hace algunas décadas, las solicitudes de cambio de sexo entre niños y adolescentes se han disparado de forma alarmante, tanto en Estados Unidos como en Europa. El peso de la cultura LGBTQI ha dado una mayor visibilidad a la ‘disforia de género’, que traduce una sensación de inadecuación entre el sexo de nacimiento y el que se ‘siente’.

Se le hace creer así al niño, que puede estar experimentando problemas de identidad sexual en su etapa de inmadurez, que puede autodeterminarse y elegir su sexo en función de sus vivencias. Varios países están avanzando hacia una legislación en la que basta con querer cambiar de sexo para poder hacerlo, sin el consentimiento de los padres ni el consejo médico, y basándose únicamente en los sentimientos, que se erigen como la verdad.

En La fábrica de los niños transgénero, las psicoanalistas Céline Masson y Carolina Eliacheff alzan la voz contra la peligrosa ideología transgénero, exponiendo cómo la transidentidad (la necesidad de vivir con un género diferente del sexo asignado al nacer) es un fenómeno eminentemente ideológico. Una tendencia cultural de naturaleza sectaria y dogmática que prescinde de la realidad biológica y que se transmite y contagia a través de las redes sociales.

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