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Psicología y salud mental

Mi hijo juega mucho a los videojuegos, ¿debo preocuparme?

Los peligros del abuso de los videojuegos
Sapos y Princesas
Sapos y Princesas
Fecha de actualización: 12.03.19

A medida que la tecnología ha avanzado, los videojuegos se han convertido en un fenómeno de masas. El catálogo es cada vez más amplio y hay jóvenes que se están convirtiendo en jugadores expertos y, de paso, ganando unas impresionantes sumas de dinero solo por dejar que otros los vean echar una partida. Su auge preocupa a muchos padres que comienzan a preguntarse cuándo el abuso de este entretenimiento pasa a ser una obsesión que consume la vida de sus hijos.

Tanto es así que hace varios meses la Organización Mundial de la Salud determinó que la adicción a los mismos se podía catalogar como una enfermedad mental. Y esta ha sido una decisión que ha levantado mucha controversia en el sector, ya que muchos consideran que provoca alarmismo frente a este hobby.

Pero el hecho es que diversos estudios ya se están centrando en la dependencia hacia las nuevas tecnologías y pasatiempos online y offline para analizar cómo está afectando a los jóvenes de hoy en día. Los americanos Pew Research Center publicaron un informe en el que se recogían datos impresionantes sobre el uso de este tipo de entretenimientos.

Sorprende el hecho de que el 84% de los adolescentes americanos tengan acceso a una consola en su casa y que el 90% jueguen en diferentes formatos (bien a través del ordenador, de un teléfono móvil o de una de estas máquinas especializadas), por lo que es una práctica que está totalmente extendida y forma parte de la vida de la mayoría de menores. Aquí es cuando nos surge la pregunta: ¿qué podemos hacer para promover un consumo responsable?

Abuso de los videojuegos: ¿Cuándo es demasiado?

Jugar tiene numerosos beneficios para el cerebro, es por eso que muchas nuevas metodologías de aprendizaje se basan en la gamificación para motivar a los estudiantes y ayudarles durante la adquisición de nuevos conocimientos y habilidades. Y la principal culpable de esto es la dopamina, un neurotransmisor que, cuando libera más cantidad de la habitual, produce una intensa sensación de placer. Al enfrentarse a los retos impuestos y conquistarlos una y otra vez, esta sustancia crea un estado de euforia, satisfacción y bienestar a la que es fácil ‘engancharse’.
Los peligros del abuso de los videojuegos

Pero el abuso de los videojuegos puede llevar a situaciones muy peligrosas para los jóvenes. Algunos llegan a obsesionarse de tal manera que dejan que tome control de su vida. Esto le pasó a Cam Adair, un exjugador de hockey que tras varias lesiones tuvo que dejar este deporte y lo cambió por esta forma de entretenimiento. Su competitividad le llevó a desarrollar una adicción que provocaba que mintiera a sus padres para poder pasar innumerables horas jugando e incluso, a raíz de esta, llegó a plantearse el suicidio. Tras tocar fondo, decidió dejarlos completamente de lado y alzar la voz para poner el foco en este problema. Además, también se dedica a ayudar a otras personas que se encuentran en la misma situación en la que él estuvo para que puedan retomar el control de sus vidas.

Tener en cuenta su discurso es especialmente importante para padres de niños preadolescentes desde la llegada de Fortnite. Este entretenimiento online está poblando titulares en todo el mundo debido a la dependencia que provoca entre los más pequeños. Hay dos casos que llaman especialmente la atención y de los que podemos aprender.

El pasado verano, una niña inglesa de tan solo nueve años fue ingresada en rehabilitación después de que la sorprendieran en medio de la noche, tras haberse orinado encima porque no quería dejar de enfocarse en la pantalla. Anteriormente, en el colegio, los profesores habían notado que la niña estaba cansada y no era capaz de concentrarse en clase debido al abuso de los videojuegos por parte de la joven. Tal era su afán que llegó a pegar a su padre en la cara cuando intentó confiscarle la consola, según narran ellos mismos para el periódico Mirror. Ahora, intenta recuperar la salud tras pasar alrededor de 10 horas al día absorbida por el famoso título.

Otro caso alarmante es el de un chico de 12 años que, en únicamente tres días, gastó cerca 700 libras de la tarjeta de su padre en Fortnite. La razón es que se les ofrece la oportunidad de comprar equipamiento para poder tener algo de ventaja en la partida. Si nos descuidamos, el abuso de los videojuegos por parte de los niños puede desembocar en un agujero en el bolsillo bastante importante, debido a la falta de responsabilidad y la necesidad de ganar de nuestros hijos.

Pero esta no es la única manera de toparnos con una sorpresa en el banco por culpa de esto. Epic Game, creadora de Fortnite, cuenta con un programa que incentiva a creadores de contenido para su videojuego, populares por recibir donaciones por parte de todos sus seguidores. Es tan fácil como ir a la tienda e introducir el nick de dicha persona, del mismo modo que se hace con la equipación.

El abuso de los videojuegos ocmo Fortnite tiene efectos negativos

Qué medidas podemos tomar

Algunas de las señales de abuso de los videojuegos a los que debemos prestar atención es la falta de descanso, los cambios de humor evidentes y la apatía. En realidad, estar enganchado a esta forma de entretenimiento no difiere de la sensación que se pueden producir con otras cosas como la comida, las compras o las drogas. Y para evitar llegar a este extremo, hay varias cosas que podemos hacer para mantener la situación bajo nuestro control.

En primer lugar, no dejar a su disposición los datos de ninguna tarjeta bancaria para que puedan comprar sin medida aquello que desean en el juego. Esta ventaja añadida es un estímulo extra que podemos evitar fácilmente. Además, no olvides que la mayoría de consolas y dispositivos disponen de la opción de control parental. Con ella, se puede limitar el acceso a la red, controlar la edad recomendada de acceso a cada título e incluso marcar un límite de gasto en la tienda de la misma. Así nos aseguraremos de marcar bien los límites de uso de estos dispositivos para nuestros niños.

Pero lo más importante es que hagan una utilización controlada y consciente de la consola. Así que lo mejor es crear un horario en el que se refleje el tiempo de ocio, pero también en el que haya momentos para estar en familia y realizar otras actividades lejos de la tecnología. Si adaptarse a estas normas les cuesta al principio, ¿por qué no empleas un enchufe inteligente que tenga la opción de temporizador? De esta manera controlarás cuándo este aparato se puede encender y cuándo no.

En cuanto al tiempo recomendado, es fundamental que limitemos el acceso a este tipo de plataformas a tan solo una hora al día, más rato expuesto tiene como consecuencia una sensación de dependencia que podría llevar a casos tan graves como los nombrados anteriormente.