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Educación en casa

In fraganti: ¿cómo actuar si pillas a tu hijo haciendo algo que no debería

pillar a tu hijo in fraganti
Fuente: Canva
Sapos y Princesas
Sapos y Princesas
Fecha de actualización: 30.04.24

Pillar a tu hijo in fraganti, o haciendo algo que no debería, es una situación que probablemente hayas vivido en algún momento. Mientras son pequeños, los padres podemos sorprenderlos haciendo alguna trastada, diciendo una mentira o adueñándose de algo que no les pertenece. Pero a medida que van creciendo, las consecuencias pueden ser más significativas.

A veces ocurre que lo que hemos descubierto nos deja tan perplejos que no sabemos cómo reaccionar: ¿nos enfadamos?, ¿ignoramos lo que hemos visto?, ¿le castigamos?

Dado que pillar a tu hijo in fraganti es algo habitual en la infancia y adolescencia, os compartimos una serie de consejos que podrían ayudaros a afrontar esta situación de una forma positiva y educativa.

Antes de actuar, párate y reflexiona

En primer lugar, antes de decir o hacer algo, es importante tomarse un momento para reflexionar sobre si lo que ha hecho tu hijo es realmente tan grave como parece inicialmente. A veces, el cansancio, el estrés o el enfado pueden magnificar situaciones que en realidad no son tan catastróficas.

Asimismo, es crucial reflexionar sobre si existe cierta responsabilidad por nuestra parte en esa pillada in fraganti. En este sentido, conviene revisar nuestras propias expectativas de crianza, la coherencia y claridad de los límites que marcamos, o los prejuicios que tenemos acerca de algún tema específico (como puede ser el sexo o el consumo de sustancias), ya que estos aspectos podrían explicar el comportamiento de nuestro hijo en un momento dado.

Una vez hecho este ejercicio de reflexión y autocrítica, será más fácil establecer medidas acordes a la edad del niño y consecuencias derivadas de su acto.

Os dejamos algunos consejos de utilidad:

1. Niños menores de 6 años

pillar in fraganti a tu hijo pequeño
La primera infancia se caracteriza por una gran curiosidad | Fuente: Canva

La primera etapa de la infancia se caracteriza por una gran curiosidad por experimentar, explorar el entorno y descubrir cómo funcionan las cosas. Si a esto sumamos la inmadurez emocional y la falta de comprensión sobre los límites y consecuencias de los actos, es muy habitual que los padres pillen a sus hijos in fraganti en más de una ocasión.

Dibujar en las paredes con rotuladores, esconder comida bajo el sofá o jugar con el agua del grifo y provocar el caos en el cuarto de baño son solo algunos ejemplos de trastadas infantiles que los padres pueden percibir como un auténtico desastre.

¿Cómo actuar?

  • Explica a tu hijo de manera calmada y clara por qué ciertas acciones no son apropiadas.
  • Establece límites consistentes o repásalos de nuevo de forma clara (recuerda que los niños están aprendiendo y es normal que olviden las reglas, sobre todo si no están correctamente definidas).
  • Ayúdale a reparar su error de una forma positiva, sin criticar, enjuiciar o avergonzar (por ejemplo, ofrécele una bayeta e indícale cómo puede recoger el agua que ha vertido).
  • Ofrece alternativas apropiadas para canalizar su energía y curiosidad, como, por ejemplo, establecer un área en la que pueda dibujar libremente, o dejarle que experimente un rato con el agua en la terraza o con la manguera del jardín.

2. Niños de entre 6 y 12 años

A esta edad, los niños ya entienden perfectamente las consecuencias de sus actos, pero siguen siendo inmaduros y necesitan que sus padres los guíen. A medida que van creciendo, es normal que desafíen los límites para probar nuestra autoridad. o experimenten cierta curiosidad por temas adultos que los lleve a actuar de forma incorrecta en alguna ocasión.

También juega un papel importante el tipo de educación recibida; en este sentido, cuanto más autoritarios, controladores y exigentes sean los padres, más probabilidades existen de que el niño actúe a escondidas para evitar prohibiciones o castigos.

Mentir, eludir responsabilidades, ver en Internet contenido inapropiado o mostrar curiosidad acerca del sexo suelen ser algunas de las acciones más habituales en esta etapa.

¿Cómo actuar?

  • Establece consecuencias claras y consistentes para las mentiras o el comportamiento inapropiado, evitando los castigos y otras formas inadecuadas de corrección.
  • Habla con tu hijo sobre los riesgos y consecuencias de ciertas acciones, tanto para ellos, como para los demás.
  • Fomenta la comunicación abierta y la confianza para que puedan discutir sus preocupaciones, dudas o intereses sin miedo ni vergüenza.

3. Adolescentes a partir de 12 años

pillar a tu hijo adolescente in fraganti
Empatizar, conectar y reconducir la conducta, clave en la adolescencia | Fuente: Canva

Durante la adolescencia juegan un papel importante la presión de grupo, la búsqueda de independencia y autonomía y la experimentación de nuevas emociones y sensaciones. Por eso, en esta etapa de la vida las sorpresas en el acto podrían tener consecuencias más significativas.

Por ejemplo, podrías sorprender a tu hijo fumando o bebiendo alcohol, haciendo un uso inapropiado de las redes sociales, saliendo sin permiso durante la noche, o participando en algún reto viral peligroso.

¿Cómo actuar?

  • Establece límites claros y expectativas de comportamiento: sé flexible, negocia con tu hijo y llegad a acuerdos con los que ambas partes os sintáis cómodos.
  • Escucha su punto de vista, ten en cuenta sus intereses y opiniones.
  • Ofrece orientación y apoyo emocional mientras explora su identidad.
  • Proporciona información precisa y recursos para ayudarle a tomar decisiones saludables y seguras.

Pillar a tu hijo in fraganti es natural, lo importante es saber abordarlo

En definitiva, por un motivo u otro, es completamente normal y natural que en algún momento de la infancia o adolescencia sorprendamos a nuestros hijos haciendo algo indebido.

Recuerda que todo comportamiento humano tiene una motivación detrás, por lo que es necesario comprender las causas subyacentes, formular preguntas abiertas que fomenten la reflexión y actuar considerando su edad y madurez. Abordar la situación de una manera positiva y constructiva es crucial para que tu hijo se desarrolle de forma íntegra y responsable, y aprenda a responsabilizarse de sus actos desde temprana edad.