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Qué son las metodologías activas y cómo aplicarlas

Metodologías activas qué son
Fuente: Canva
Sapos y Princesas
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Fecha de actualización: 23.09.23

Probablemente, recuerdes tus días de clases, en los que los profesores hablaban como si el aula fuera una sala de conferencias, mientras tu cabeza intentaba retener tanto como podía del tema del día. Este método pasivo de enseñanza es el más conocido y aplicado, pero no necesariamente el más efectivo. En la actualidad, se ha demostrado que las metodologías activas son mejores estrategias a la hora de enseñar, ya que sitúan al estudiante como protagonista, pero, ¿qué son exactamente, cómo deben aplicarse y por qué son tan buenas? 

¿Qué son exactamente las metodologías activas? 

Las metodologías activas de enseñanza son enfoques pedagógicos que ponen al alumno en el centro del proceso de aprendizaje. En dicho proceso, ellos no solo reciben información, sino que también la procesan y la aplican. Precisamente, una parte fundamental de estos métodos es fomentar el aprendizaje autodirigido, lo que significa que desarrollarán habilidades para gestionar su propia educación, evaluar su comprensión y resolver problemas de manera independiente.

Además, se enfocan en proporcionar contextos que se asemejen a situaciones del mundo real o de la práctica profesional, lo que les motiva y los prepara para enfrentarse a desafíos similares en el futuro.

Como mencionamos, para las metodologías activas, el estudiante es el personaje principal. Su objetivo es fomentar que los alumnos desarrollen la capacidad de absorber contenido de manera autónoma y participativa. Los expertos señalan que involucrarse proactivamente a la hora de formarse es la mejor forma de hacerlo. 

metodologias activas qué son y cuáles son sus beneficios
Las metodologías activas se enfocan en los estudiantes como protagonistas | Fuente: Canva

El psiquiatra estadounidense William Glasser, por ejemplo, elaboró una pirámide para explicar cómo asimilamos conceptos las personas en general y la eficacia de diversos métodos. La pirámide de aprendizaje de Glasser señala que:

  • Los estudiantes aprenden un 10 % a través de la lectura.
  • Un 20 % mediante la escritura.
  • Un 50 % observando y escuchando.
  • Un 70 % discutiendo con otras personas.
  • Un 80 % poniendo en práctica.
  • Un 95 % enseñando a otros.

Como puedes apreciar, las mejores formas de aprender se engloban en lo que se conoce como metodologías activas. Estas ayudan a mejorar la comprensión del contenido. Entre otras ventajas, por ejemplo, podemos mencionar que el interés de los estudiantes con relación a las materias aumenta, su abordaje es más lúdico y rápido, y mejora su capacidad de resolver problemas de forma colaborativa.

Hay que destacar que los distintos métodos son complementarios entre sí, es decir, se pueden utilizar varios durante el periodo de escolarización, ya que uno sus objetivos es formar individuos más críticos y proactivos durante la etapa escolar.

Metodologías activas: grupos de trabajo
Uno de los recursos de las metodologías activas es crear grupos de trabajo sobre proyectos | Fuente: Canva

Las metodologías activas más utilizadas

El aula invertida y el aprendizaje mixto

El ‘aula invertida’ tiene como objetivo reemplazar a las clases tradicionales, sumando contenido virtual y externo, y tornándolas semipresenciales o mixtas. De esta manera, los estudiantes tienen acceso a material en línea para optimizar los tiempos de la clase. Al contar con conocimientos previos, pueden hacer preguntas a sus profesores con los temas previamente vistos e interactuar con sus compañeros para realizar proyectos, resolver problemas o analizar en profundidad estos conceptos

Además, gozarán de una mejor planificación y un mayor empleo de diversos recursos, como videos, imágenes y textos en varios formatos. Después de todo, en casa cada uno tiene su propia forma y ritmo a la hora de aprender. De esta manera, es posible optimizar la concentración y la dedicación de los alumnos en las reuniones presenciales.

El sistema mixto combina actividades con y sin el profesor, y utiliza la tecnología como apoyo. 

Aprendizaje basado en proyectos 

Se basa en la formación de equipos de trabajo que se enfrentan a tareas individuales mientras investigan conjuntamente. Esto permite un enfoque integral en la resolución de un problema o situación de cierta envergadura elegida por el equipo.

Aprendizaje cooperativo

Requiere que los participantes establezcan metas individuales que estén relacionadas directa o indirectamente con los objetivos de los demás miembros del grupo. Esto fomenta la colaboración y la cooperación, ya que el logro individual contribuye al objetivo compartido al final de la actividad.

El método de casos

También conocido como ‘estudio de caso’, desafía a los jóvenes a formular sus propias preguntas en función de una situación presentada. Este sistema propicia el análisis crítico y el razonamiento lógico, lo que les permite desarrollar sus propias soluciones y respuestas.

La simulación

Es una técnica didáctica que se basa en la toma de decisiones y en supuestos. Consta de tres fases principales: establecer objetivos, simular situaciones y debatir escenarios diversos.

¿Cuáles son sus beneficios?

Son positivas tanto para los estudiantes como para los centros educativos. Por un lado, los primeros adquieren mayor autonomía y confianza, y ven el aprendizaje como algo alcanzable e incluso divertido y desafiante. Se vuelven capaces de resolver problemas y, con estos cimientos, construir una base sólida para los estudios superiores o trabajos del futuro. Por otro lado, para los centros, el uso de estos métodos aumenta la satisfacción y la participación de los alumnos. No solo se trata de tener buen contenido, sino de mejorar los procedimientos para educar.