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Lactancia materna y escolarización: cómo compatibilizarlas de manera adecuada

Lactancia materna y escolarización
Fuente: Canva
Sapos y Princesas
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Fecha de actualización: 30.01.24

La lactancia materna es uno de los aspectos más esenciales para un recién nacido y, a pesar de ser una práctica natural y beneficiosa tanto para la madre como para el bebé, un gran número de madres se plantean abandonarla cuando necesitan conciliar vida familiar y trabajo. Hoy abordamos este importante tema —lactancia materna y escolarización—, centrándonos en la preocupación de muchas familias sobre la compatibilidad entre esta forma de alimentación infantil y la inscripción de los niños en una escuela infantil.

Un protocolo específico

Existen formas de continuar con ella incluso cuando el niño asiste a la escuela infantil para que pueda seguir disfrutando de sus beneficios. Hay centros involucrados y que apoyan a las madres en este aspecto. Pregunta en los que estés barajando para tu hijo o hija si permiten llevar tu propia leche y si tienen algún protocolo sobre lactancia. Este conjunto de reglas debería incluir recomendaciones para los padres sobre cómo almacenarla de manera segura, así como para su transporte adecuado desde el hogar hasta el centro educativo. También tendría que incluir normas internas para las educadoras sobre el manejo y la administración de la leche, el desecho de los restos y la forma apropiada de calentarla sin que pierda sus propiedades nutricionales.

Hablamos en este artículo del caso concreto de las madres que desean continuar con lactancia materna en el centro escolar. Y, por supuesto, lo hacemos desde el respeto a cualquier otra opción que decida la familia en cuanto a la alimentación de su bebé.

Las claves del procedimiento apropiado

El procedimiento para que tu hijo o hija pueda seguir haciendo tomas con leche de su madre, incluso en la escuela, se basa en extraerla, almacenarla y administrarla en condiciones óptimas bajo las siguientes recomendaciones:

1. Extracción

Es necesario que la madre se extraiga suficiente leche para las horas en las que no estará con su hijo o hija. Para facilitar este proceso es fundamental que cuente con un buen sacaleches manual o eléctrico; este último suele ser más eficaz. La extracción puede realizarse en el lugar de trabajo, si hay un espacio adecuado, o en casa, entre tomas del bebé.

2. Almacenamiento

Es recomendable utilizar recipientes de almacenamiento aptos para alimentos, etiquetados con la fecha y hora de extracción, y guardarlos en el congelador o en el frigorífico, dependiendo de cuándo se vaya a utilizar. Recomendamos hacerlo con pequeñas cantidades, para ajustar mejor a las tomas y no desperdiciar el sobrante.

3. Transporte

Dependerá de la distancia de casa a la escuela, pero en general, es recomendable que el transporte se realice en una neverita o recipiente isotérmico que mantenga la temperatura de la leche desde que sale del congelador o el frigorífico hasta ser entregada en el centro.

4. Administración

Es imprescindible que el bebé esté acostumbrado al contacto con la tetina antes de comenzar la escolarización. Ten en cuenta que la tetina es muy diferente del pezón y la forma de transferirse la leche también lo es. Por tanto, unos días antes de que empiece a ir al centro, asegúrate de que toma la cantidad necesaria del biberón y no lo rechaza; de lo contrario, las educadoras no podrán administrársela bien, por más empeño que pongan.

En casa, volver al pecho

Tras la jornada laboral y escolar, es recomendable que la madre continúe con la alimentación complementaria y las tomas del bebé se realicen al pecho y a demanda. La lactancia materna no es solo nutrición, sino vínculo de apego seguro entre ambos. Por eso es muy importante que el pequeño pueda seguir sintiendo esa seguridad y reciba todo ese amor que siente al pecho tras su inicio en la escuela infantil, y que la mamá también pueda experimentar el placer de continuar amamantando con normalidad.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses de edad y su continuación, junto con alimentación complementaria, hasta al menos los 2 años. Su finalización no debería ser consecuencia ni de presiones externas, ni de situaciones como la incorporación al trabajo, sino resultado de la decisión personal de la madre o el hijo, en el momento que así lo decidan. Es posible que las escuelas infantiles estén al tanto de estas recomendaciones y las promuevan a través de la educación y la sensibilización.

En resumen, esta forma de alimentación constituye una práctica fundamental para el adecuado crecimiento y desarrollo del bebé. Lactancia materna y escolarización no deberían considerarse como opciones excluyentes. Con el imprescindible apoyo de los centros y el conocimiento de las mejores prácticas, las madres pueden continuar con ella mientras sus niños asisten a la escuela. Eso sí, es esencial que exista un protocolo claro para el tratamiento de la leche que brinde a las familias la tranquilidad de que sus hijos recibirán sus beneficios nutricionales durante su jornada escolar.

Marta Fernández Ramos
Directora de la Escuela infantil El bosque encantado
Centro de Educación Infantil asociado a ACADE