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Alimentación en familia

El peligro de las bebidas energéticas para los niños y adolescentes

Bebidas energéticas adolescentes
Las bebidas energéticas pueden ocasionar enfermedades en los niños
Sapos y Princesas
Sapos y Princesas
Fecha de actualización: 17.12.20

Es un hecho demostrado que la popularidad de las bebidas energéticas entre los adolescentes y otros grupos vulnerables ha crecido enormemente en los últimos años. Como consecuencia, ha aumentado también la preocupación social por los evidentes efectos negativos que tienen sobre la salud de las personas. Además de estimular el sistema nervioso central y cardiovascular, estos productos se relacionan con el sobrepeso y la obesidad. Asimismo, su ingesta regular se vincula a sobredosis de cafeína, hipertensión y otras enfermedades cardiovasculares, pérdida de masa ósea y osteoporosis.

La Asociación Española de Pediatría (AEP), en un artículo de su web En Familia, hace referencia al último informe publicado por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), en el que se asegura que su uso ha experimentado un aumento sustancial durante las últimas décadas, y que en España ya alcanzan el 2 % del total de las bebidas refrescantes que se toman.

El problema en cifras

Según se recoge en el informe Patrones de consumo de bebidas energéticas y sus efectos adversos en la salud de adolescentes de la Revista Española de Salud Pública, dependiente del Ministerio de Sanidad y publicado a finales de 2022, la ingesta en adolescentes ha aumentado del 10 % a entre el 20 % y el 50 % en los últimos diez años. Ya en 2011, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) recogía un estudio según el cual hasta el 68 % de los adolescentes de 16 países europeos de entre 10 y 18 años, y el 18 % de los niños menores de 10 años, las tomaban. Otros informes indican que el consumo semanal promedio oscila entre menos de 0,5 litros en los niños y hasta 2 litros en los adolescentes.

El dictamen del Comité Científico de la AESAN es claro: las bebidas energéticas no están recomendadas en niños, mujeres embarazadas o en periodo de lactancia. Además, aconseja mejorar, en colaboración con la industria, la información que se ofrece en el etiquetado.

bebidas energéticas
Además de su elevado aporte de cafeína, contienen otras sustancias estimulantes | Fuente: Canva

Principales riesgos en los niños

Repasemos los efectos negativos y los peligros que tienen estos productos en los más jóvenes:

1. Cafeína y estimulantes

“Muchos niños confunden las bebidas deportivas con las energéticas. Los adolescentes con frecuencia no saben cuáles son las diferencias entre ambas”, asegura la especialista en nutrición Marcie Beth Schneider, de la Academia Americana de Pediatría (AAP).

Alex Ruani, investigador doctoral del University College de Londres y educador científico jefe de la Academia de Ciencias de la Salud, explica en un artículo de la revista norteamericana Wired que, aparte de una gran cantidad de cafeína, “las bebidas energéticas suelen contener otros estimulantes como vitamina B, L-carnitina, L-teanina y glucuronolactona. Cuando se combinan, los bebedores se enfrentan a un cóctel potencialmente peligroso que puede alterar varios sistemas del cuerpo, incluidos el cerebro y el corazón”. También existen riesgos de adicción “Tanto el azúcar como la cafeína tienen propiedades adictivas”, concluye Ruani.

2. Obesidad y diabetes

Debido a que contienen altas cantidades de azúcar, contribuyen a aumentar los problemas de obesidad infantil y adolescente. “La ingesta de azúcares libres, incluyendo los refrescos azucarados, es uno de los principales factores que está dando lugar a un aumento de la obesidad y la diabetes en el mundo”, explica el doctor Douglas Bettcher, director del Departamento de Prevención de Enfermedades No Transmisibles de la Organización Mundial de la Salud.

3. Mezcladas con alcohol

Combinar las bebidas energéticas con alcohol en las noches de fiesta es una práctica de riesgo que está bastante extendida entre adolescentes. Es un cóctel explosivo que puede generar taquicardia, aumento de la presión arterial, problemas de coordinación motora, confusión, intoxicación e incluso fallos cardíacos.

Recordemos, en este sentido, que el pasado 16 de febrero hubo que lamentar la muerte de un chico de 14 años en la localidad madrileña de Getafe. Sufrió una intoxicación y se desplomó después de ingerir una lata de un popular producto energético con unos dos gramos de ‘tusi’, también conocida como ‘cocaína rosa’, que es una mezcla de sustancias psicoactivas entre las que figura la ketamina o el éxtasis. Los servicios de emergencias que acudieron al lugar no pudieron hacer nada para salvarle la vida.

Bebidas energéticas y alcohol
Mezcladas con alcohol multiplican sus riesgos

4. Otros efectos

Según el Hospital Infantil de Los Ángeles, la cafeína es más nociva en el sistema cardiovascular e inmunológico de niños y adolescentes. Les pueden ocasionar:

  • Trastornos del sueño.
  • Irritabilidad.
  • Inquietud.
  • Nerviosismo.
  • Aumento de la presión arterial.
  • Caries.
  • Diabetes.

Cuidado con la publicidad persuasiva

La nutricionista Mariana Ianni pide a los organismos reguladores que eviten que los niños se vean expuestos a los anuncios de estos refrescos en la televisión: “Se debería prohibir la publicidad de estos productos en los medios en horarios infantiles, ya que los más pequeños son muy sugestionables ante lo que ven y oyen”. Lo cierto es que, entre las campañas publicitarias y la promoción que hacen de ellos muchos influencers en redes sociales, han conquistado peligrosamente al público adolescente.

Iniciativa legal

En octubre de 2023, la Consellería de Sanidade de la Xunta de Galicia informó que estaba trabajando en un proyecto de ley de prevención de adicciones en menores en el que van a equiparar las bebidas energéticas con el alcohol, y limitar su venta y consumo a menores de 18 años.

Ante ese anuncio, el Comité de Nutrición y Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría hizo público un comunicado en el que explica sus efectos en la salud de niños y adolescentes, y que termina con un claro llamamiento a la sociedad: “Los padres, los pediatras, los profesores y los políticos, junto con el niño, el adolescente y toda la sociedad, luchemos unidos frente a las enfermedades derivadas de los malos hábitos de vida.”

Los consejos de nuestros médicos

Pero veamos ahora con detalle los argumentos de la AEP:

1. Consecuencias adversas

“El consumo de bebidas energéticas tiene consecuencias negativas para la salud en la edad pediátrica y en el adulto. Muchas de ellas se venden en envases de medio litro y la cantidad de cafeína que contienen equivale a más de dos cafés expresos, además de implicar un elevadísimo aporte de azúcares simples.”

Entre los efectos secundarios que originan destacan “irritabilidad, insomnio, cefaleas, ansiedad, falta de concentración y patologías metabólicas y cardiovasculares, como taquicardia o aumento de la presión arterial. Y, además de generar tolerancia si se toman de forma continuada, pueden producir adicción”.

2. Su vinculación con estilos de vida no saludables

“Las principales causas de morbimortalidad en el mundo guardan relación con estilos de vida no saludables”, aseguran, por lo que todos los esfuerzos deben ir encaminados a luchar contra el sobrepeso, la obesidad y otras patologías, particularmente en la infancia y la adolescencia.

3. Agua, mucha agua

Los pediatras españoles aconsejan que el agua sea siempre la bebida por excelencia de niños y adolescentes. Por el contrario, los refrescos azucarados, en general, se deben evitar, y solo tomar en cantidades muy pequeñas y esporádicamente. 

El agua como bebida principal
El agua debe ser la bebida principal de niños y adolescentes, y también de los adultos

4. Un correcto etiquetado nutricional

Piden que las etiquetas aporten información nutricional detallada para que las familias puedan hacer la elección más saludable para sus hijos e hijas. 

5. El camino hacia otras sustancias

Para terminar, el documento cita a la Sociedad Española de Medicina de la Adolescencia (SEMA), integrada en la AEP, para recordar que el consumo de estos productos, como hemos visto, “abre la puerta a la ingesta de otras sustancias tóxicas y a la promoción de adicciones, ya que es habitual que los adolescentes mezclen las bebidas energéticas con alcohol”.