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Alimentación en familia

No transmitas a tus hijos tu malestar con los complejos físicos o tus problemas con la alimentación

No transmitas a tus hijos tu malestar con los complejos físicos o tus problemas con la alimentación
Sapos y Princesas
Sapos y Princesas
Fecha de actualización: 29.06.20

“La investigación apunta a que lo que decimos es más importante que lo que hacemos”, dice Kendrin Sonneville, profesor asistente de Ciencias nutricionales en la Facultad de salud pública de la Universidad de Michigan, en Estados Unidos. Allí, un grupo de especialistas estudia la prevención del trastorno alimentario. En otras palabras, si estás a dieta o te sientes mal con tu cuerpo, es importante no incluir en ese tema a tus hijos. “No hables acerca de perder peso, no etiquetes la comida como buena o mala y no pases a tus hijos tus complejos físicos. Las palabras que usas realmente importan cuando se trata de problemas con la alimentación”.

Evita los problemas con la alimentación al hablar con tus hijos

Los investigadores del equipo del Dr. Sonneville realizaron una encuesta a 581 padres de niños de entre 9 y 15 años de edad sobre los diferentes tipos de conversaciones que tienen acerca de los problemas con la alimentación y su relación con la comida. Descubrieron que el 76 % de los padres denigraron sus propios cuerpos frente a sus hijos, el 51,5 % habló de manera general sobre los peligros de la obesidad, y el 43,6% hizo referencia al cuerpo de sus hijos y a las áreas afectadas, como por ejemplo, los brazos flácidos. Este último grupo es el que, según los especialistas, tiene más probabilidades de tener niños con trastornos alimentarios.

“Los padres no deben hacer comentarios sobre el cuerpo de sus hijos, y menos de manera despectiva”, puntualiza el Dr. Sonneville

Parece obvio, ya que nadie quiere herir a sus hijos, pero puede que lo hagas sin darte cuenta en caso de no estar contento con tu cuerpo o si observas ciertos cambios en el del niño. “Los padres a menudo quieren proteger a sus hijos de que pasen por lo que ellos pasaron”, explica Rachel Millner, terapeuta de trastornos alimentarios. “Sin embargo lo que deben hacer es evitar discutir sobre la pérdida de peso o el tamaño corporal de los niños, así como ponerlos a dieta sin la recomendación de un profesional de la salud”.

Cómo evitar que los niños tengan problemas con la alimentación

Un nuevo estudio publicado en Londres indica que el 15,3 % de 739 mujeres habrían tenido problemas con la alimentación o un trastorno alimentario en el momento en que se quedaron embarazadas. De ellas, 7,5% cumplía con el perfil de mala relación con la comida y manifestaban preocupación por su peso y forma corporal. Entonces, ¿cómo se puede alejar a los niños de crecer con estos problemas?

“No queremos que nuestros hijos aprendan a cambiarse a sí mismos cada vez que sientan que no encajan, escuchan algo o les dicen algo directamente” dice la Dra. Millner. “Queremos que se enfrenten a este tipo de estigmas”. Una de las maneras puede ser mostrar la diversidad del cuerpo en obras de arte famosas, en libros, entre otros.

“Cuanto más pequeño sea el niño al momento de ver los diferentes cuerpos, mejor será su consciencia sobre el valor del mismo”

Problemas con la alimentación
Fuente Unsplash

Incluso si tratas de ocultar tus problemas con la alimentación, es probable que tus hijos lo noten, por ejemplo si estás renunciando a determinados grupos de alimentos para perder peso. Una de las madres encuestadas, Kelly Nichols, contó que sus gemelas de seis años percibieron el rechazo que sentía por su cuerpo y desde ese momento ha trabajado más duro en sí misma. “Dije que no quería comer demasiadas uvas porque tenían mucha azúcar. No fue nada despectivo sobre mí, pero con mi tono mis hijas se dieron cuenta de que estaba rechazando la comida. Cuando les ofrecí, una me dijo: ‘¿estará bien si lo como? Dijiste que era mucha azúcar’. Pensé que tenía que hacer un mejor trabajo”.

Intenta solventar tus complicaciones con la comida

Lo que digas será clave no solo para tus hijos, sino también para tu relación con tu propio cuerpo. Evita declaraciones a amigos y familiares como “qué suerte tienes de poder comer pastel”, haciendo referencia a su bajo peso o su buena forma.

Si sientes que necesitas ocultar tu dieta a tu entorno, quizás lo mejor sería darle una vuelta a la situación. La nutricionista y dietista Rebecca Scritchfield asegura que “está bien estar disconforme con tu cuerpo y querer cambiarlo. No tienes que tener todas las respuestas, pero si quieres que tus hijos no vivan lo mismo que tú entonces debes trabajar tu relación interna. Debes preguntarte: ¿este plan me permitirá tener una conexión flexible, positiva y alegre con la comida?, ¿lo compartiría con mis hijos? Si la respuesta es no, podría ser el momento de replantear tus objetivos de salud con una guía más positiva”.

Olvídate de las calorías y enfócate en lo que es bueno para ti. Pide una opinión especializada.

Comunícate con tu familia y trabaja junto a ellos para lograr tener una relación sana y saludable con la comida. Busca nuevas recetas, actividades para ejercitarte y muchas conversaciones llenas de cariño.