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Claves para que los niños sigan una dieta antiinflamatoria

Consejos para seguir dieta antiinflamatoria
Sapos y Princesas
Sapos y Princesas
Fecha de actualización: 11.07.22

El hecho de que un niño sufra una inflamación no es malo de por sí. De hecho, podría decirse todo lo contrario, ya que es una clara señal de que su organismo está luchando eficazmente contra una amenaza. Un claro ejemplo es el de las típicas infecciones que tan habituales son en edades tempranas, sobre todo por heridas que se hacen en zonas como las rodillas y los codos.

Si bien es cierto que la inflamación es positiva en este sentido porque es un proceso con el que se recuperan los tejidos presentes en el organismo, no siempre es así. Sin embargo, en muchas ocasiones el organismo arranca una respuesta inflamatoria desmedida, como sucede, por ejemplo, en los casos de asma o dermatitis atópica, tan prevalentes hoy día.

Lo mejor es acudir a un profesional de la salud que haga un correcto diagnóstico. En algunos casos, los especialistas recomiendan a las mamás y los papás que hagan todo lo posible con tal de que sus hijos sigan una dieta antiinflamatoria.

Pero, ¿cómo conseguir buenos resultados? No es complicado, bastando simplemente con aplicar las claves que leerás a continuación.

Antes de adentrarnos en las recomendaciones, tienes que saber exactamente qué es esta dieta. Básicamente estamos ante un tipo de dieta que contiene una cantidad más bien escasa de aquellos productos alimenticios que propician la inflamación de los tejidos. Como es de esperar, justo lo contrario sucede con los alimentos que se caracterizan precisamente por evitar dicho proceso.

Evita que el niño coma alimentos que favorecen la inflamación

Ahora que ya sabes qué es la dieta antiinflamatoria, llega el momento de averiguar las claves que dan pie a que tus hijos obtengan buenos resultados al seguirla. En primer lugar, has de restringir los productos alimenticios que, por unos u otros motivos, favorecen los procesos inflamatorios.

Si no sabes cuáles son, no te preocupes, ya que mencionaremos los que más habitualmente forman parte de las dietas de los niños. Unos de ellos son los que cuentan con un índice glucémico elevado. El pan blanco es un claro ejemplo, así como el puré de patatas o los cereales azucarados que acostumbran a desayunar acompañados de leche.

La lista de alimentos que favorecen la inflamación va mucho más allá, abarcando también las grasas. Concretamente nos referimos, sobre todo, a las que son trans, amén de aquellas que están hidrogenadas de manera parcial. En los dos casos, los procesos inflamatorios serán habituales en el niño si come regularmente este tipo de alimentos.

Lo mismo le pasará si, en su dieta, hay aceite de girasol o cualquier otro de origen vegetal que procede a cocinarse a una alta temperatura, además de productos alimenticios que se tuestan. Todos estos conviene evitarlos en la medida de lo posible. No se trata de prohibirlos, sino simplemente limitarlos mucho.

Aumenta la regularidad con la que ingiere estos productos alimenticios

Con tal de que la dieta antiinflamatoria sea efectiva y beneficie a los niños, quienes mejorarán su estado de salud en un tiempo récord, es fundamental que diariamente coman los alimentos que verás ahora. Empezamos por la cúrcuma, una especia con la que es aconsejable sazonar la mayor cantidad posible de recetas que elabores.

Más allá del buen sabor que otorga a los platos, la cúrcuma cuenta con un gran poder antiinflamatorio, sobre todo si la acompañas con otra especia: la pimienta negra. Esta última dará pie a que los intestinos absorban con mayor eficacia las propiedades de la cúrcuma.

Pero, ¿qué alimentos sazonar con cúrcuma y pimienta negra? La lista es extensa, así que tu hijo no se verá obligado a repetir constantemente los mismos platos. Por ejemplo, uno de los que más suelen gustar a los niños pequeños es la fruta, sobre todo ahora en verano. En plena estación veraniega, el melón y la sandía se convierten en los principales aliados de los peques que quieren refrescarse.

La fruta es un antiinflamatorio natural, así como el aceite de oliva, siempre y cuando sea virgen extra. Es innegable que este producto ha subido mucho de precio, pero merece la pena incorporarlo a la dieta antiinflamatoria.

Con las verduras, seguramente, lo tendrás más complicado. Y es que son ideales para evitar la inflamación, pero no suelen gustar a los niños. En este sentido, lo mejor que puedes hacer es acostumbrarles desde una edad muy temprana, evitando problemas con su ingesta en un futuro.

Por último, hay que decir que los frutos secos como las avellanas también conviene que formen parte de una dieta antiinflamatoria para niños pequeños. Eso sí, su edad ha de ser superior a los tres años para evitar los atragantamientos.

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