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Alimentación en familia

Comer mucho o comer poco: ¿qué opción es más beneficiosa para la salud infantil?

¿Es mejor comer mucho o comer poco?
Fuente: Canva
Sapos y Princesas
Sapos y Princesas
Fecha de actualización: 11.12.23

Muchos niños pasan por épocas en las que las comidas se convierten en un auténtico suplicio. En una lucha constante por conseguir que su alimentación no resulte insuficiente. Por el contrario, en otros casos es necesario que los padres evitemos que hagan ingestas excesivas, sobre todo cuando estas se componen de productos y elaboraciones poco saludables. Pero, ¿qué es mejor para nuestros hijos? ¿Comer mucho o comer poco? La respuesta, como veremos, no es tan sencilla, sino que incorpora una serie de matices imprescindibles para asegurarnos de que su salud no se vea afectada.

Moderación en el consumo de calorías, una práctica que alarga la vida según la ciencia

Desde hace décadas, se sabe que el consumo moderado de alimentos puede incrementar el tiempo de vida en algunos animales. Concretamente, en roedores y varios tipos de insectos que se emplearon en el pasado como objeto de estudio. La incógnita sobre si dicha regla también puede aplicarse a las personas ha permanecido sin resolver hasta hace poco.

Ahí es precisamente donde arroja luz una reciente investigación de la Universidad de Yale. Tras dos años de ensayos clínicos en los que se ha examinado la evolución de doscientos participantes, la conclusión es que una simple reducción en el aporte calórico resulta beneficiosa para la salud humana. No obstante, aún falta por determinar detalles relativos a la manera de llevar a cabo la alimentación, ya hablemos del número y la periodicidad de las comidas o de su composición.

Restricción calórica para aumentar la longevidad
La restricción en el consumo de calorías alarga la vida | Fuente: Canva

La calidad, un factor más relevante que la cantidad

Pese a que los excesos en la ingesta calórica sean contraproducentes para la salud, no hay que olvidar la importancia del tipo de nutrientes que se consume. Especialmente, si hablamos de los niños y de su necesidad de alimentarse equilibradamente para experimentar un desarrollo físico y mental saludable. Y es que, de poco valdrá moderar las cantidades si no tenemos en cuenta la clase de productos en los que basamos su dieta.

Por un lado, como indican los expertos de la Clínica Mayo, es conveniente que las comidas de nuestros hijos e hijas se compongan, sobre todo, de:

  • Proteínas procedentes de pescados, mariscos, carnes poco grasas y de aves, huevos, alubias, guisantes, derivados de la soja, frutos secos y semillas.
  • Frutas y verduras variadas, ya sean frescas, congeladas, secas o en conserva, en este último supuesto siempre y cuando estén envasadas en su propio jugo o en un almíbar ligero.
  • Granos o cereales, preferiblemente integrales.
  • Lácteos desnatados o con bajo contenido en grasa, como leche, yogur, queso o, en su defecto, bebidas de soja fortificadas con calcio.

En el lado opuesto, se recomienda minimizar el consumo de productos con azúcares añadidos, como los presentes en los refrescos, los zumos procesados y algunos cereales y salsas, entre otros. Asimismo, las grasas saturadas presentes en muchas elaboraciones industriales, en frituras y en ciertas variedades de carnes también deben excluirse todo lo posible de la dieta infantil. Por último, es importante que controlemos el volumen de sal que ingieren nuestros hijos. No solo la que añadimos a los alimentos al cocinar, sino también la presente en diferentes snacks y platos de comida preparada.

Las dietas equilibradas contribuyen a una buena salud
El equilibrio en la dieta, más importante que comer mucho o comer poco | Fuente: Canva

Cuánto deben comer los niños para crecer sanos

En primer lugar, hay que tener claro que no existe una regla exacta en cuanto a las cantidades de cada nutriente que deben consumir los niños. La frontera entre comer mucho o comer poco vendrá determinada, en buena parte, de su nivel de crecimiento y de la intensidad de la actividad física que realicen de manera cotidiana. No obstante, desde la Clínica Mayo aportan unas pautas orientativas diarias en cada tramo de edad que, en cada caso específico, convendría que fueran contrastadas por un profesional cualificado.

De 2 a 4 años

  • Calorías: de 1.000 a 1.400 las niñas y de 1.000 a 1.600 los niños.
  • Proteínas: entre 56 y 113 gramos las niñas y entre 56 y 141 gramos los niños.
  • Frutas: de 1 a 1 ½ taza.
  • Verduras: de 1 a 1 ½ taza las niñas y de 1 a 2 tazas los niños.
  • Granos o cereales: entre 85 y 141 gramos.
  • Lácteos: de 2 a 2 ½ tazas.

De 5 a 8 años

  • Calorías: de 1.200 a 1.800 las niñas y de 1.200 a 2.000 los niños.
  • Proteínas: entre 85 y 141 gramos las niñas y entre 85 y 155 gramos los niños.
  • Frutas: de 1 a 1 ½ taza las niñas y de 1 a 2 tazas los niños.
  • Verduras: de 1 ½ taza a 2 ½ tazas.
  • Granos o cereales: entre 113 y 170 gramos.
  • Lácteos: 2 ½ tazas.

De 9 a 13 años

  • Calorías: de 1.400 a 2.200 las niñas y de 1.600 a 2.600 los niños.
  • Proteínas: entre 113 y 170 gramos las niñas y entre 141 y 184 gramos los niños.
  • Frutas: de 1 ½ taza a 2 tazas.
  • Verduras: de 1 ½ taza a 3 tazas las niñas y de 2 a 3 ½ tazas los niños.
  • Granos o cereales: entre 141 y 198 gramos las niñas y entre 141 y 255 gramos los niños.
  • Lácteos: alrededor de 3 tazas.

De 14 a 18 años

  • Calorías: de 1.800 a 2.400 las niñas y de 2.000 a 3.200 los niños.
  • Proteínas: entre 141 y 184 gramos las niñas y entre 155 y 198 los niños.
  • Frutas: de 1 ½ taza a 2 tazas las niñas y de 2 a 2 ½ tazas los niños.
  • Verduras: de 2 ½ a 3 tazas las niñas y de 2 ½ a 4 tazas los niños.
  • Granos o cereales: entre 170 y 226 gramos las niñas y entre 170 y 283 los niños.
  • Lácteos: aproximadamente 3 tazas.