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Las vidas de Marona

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Sapos y Princesas
Sapos y Princesas
Fecha de actualización: 12.03.20

Con una creatividad visual extraordinaria, la película de animación Las vidas de Marona narra la historia de Marona, una perrita que, víctima de un accidente, recuerda los diferentes propietarios que ha tenido y querido a lo largo de su vida. Su empatía inagotable y su recorrido vital se convierten en una lección de amor. Descubre la banda sonora.

A través de la historia de esta perrita que va de mano en mano llenando de luz los hogares en los que ha vivido, la directora explora nuevos medios de expresión cinematográfica que dan como resultado una experiencia visualmente única y formalmente desbordante en la que se mezclan las artes plásticas con la artesanía del cine y el concepto de espacio subjetivo. De esta manera, cada personaje secundario posee su propio tratamiento estético asociado a su personalidad.

Es una película para toda la familia porque, como dice la directora Anca Damian, “la animación me dio la libertad necesaria para construir un entorno visual único en el que sentir la comodidad de imaginar.”

Las vidas de Marona

Para la directora, la película es como un cuento de hadas moderno. El destino de Marona es a la vez sencillo y esencial, individual y universal. Vivir el instante presente, apreciar las pequeñas cosas, estar en una conexión profunda con los otros; estas son las lecciones de felicidad del cánido para los humanos. La canción del tema central del filme subraya este mensaje.

Dice Anca Damian que se reconoce en cada uno de los amos de Marona: Manole, el solitario, acróbata melancólico que busca desesperadamente un sentido poético a la vida; Istvan, el constructor amable, patoso y muy sentimental; Solange, princesa y vagabunda a la vez, a veces cargada de empatía y otras puramente egoísta. Estos personajes se corresponden con las diferentes edades de Marona – la infancia, la adolescencia y la madurez – que evoluciona, como todos, a lo largo de la vida. Todos los personajes secundarios son atractivos y complejos, buenos y malos a la vez.

Esta película de animación ofrece al público una experiencia visualmente única, la belleza de las artes mezclada con la artesanía del cine y el concepto de espacio subjetivo. De esta manera, cada personaje define su propio perímetro: cada uno posee su pequeño territorio, asociado a su personalidad. Ninguno de estos islotes está en armonía con el resto, pero constituye un tipo de familia.

Las vidas de Marona

La casa de Manole y su entorno son espacios totalmente subjetivos, inspirados en mundos poéticos soñados por los más pequeños, donde todo es posible. El apartamento de Istvan, en cambio, está regido por reglas estrictas, como aquellas a las que debemos doblegarnos en la adolescencia, cuando buscamos nuestro lugar en la sociedad y nos sentimos incomprendidos. A medio camino entre Manole e Istvan se encuentra el hogar de Solange en el que la regla base es “acepta las cosas como son”.

El filme es entretenido y divertido, en el que se entrecruzan el arte visual y la música. Mientras reímos y lloramos sentimos por fin y sin reservas, el amor y la ternura a los que aspiramos todos.

Desde sus inicios en 2011, la directora Anca Damian ha ido cosechando más de 20 premios entre sus 6 largometrajes y es la primera directora que recibió, en 2016, el Premio Audentia concedido por Eurimages. Este galardón distingue a las mujeres que han tenido el coraje de dedicarse a la dirección y han inspirado y abierto caminos a las nuevas generaciones futuras.

Edad recomendada: +7 años