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Asfixia por atragantamiento: cómo prevenir que se produzca y de qué manera actuar para prestar auxilio a los niños

Los casos de asfixia por atragantamiento en niños son más frecuentes de lo que pensamos. Lamentablemente, en ocasiones se producen consecuencias trágicas a raíz de estos percances, un supuesto que otorga especial importancia al establecimiento de medidas de prevención por parte de los adultos. Además de repasar al detalle las recomendaciones de diferentes instituciones sanitarias al respecto, a continuación os explicaremos cómo detectar los principales síntomas. Por otro lado, nos centraremos en la manera de proceder con los primeros auxilios de la forma adecuada, un proceso esencial para minimizar el impacto de estos accidentes.

Causas y síntomas más habituales

Las señales más comunes con las que detectar estos sucesos, si no los hemos presenciado directamente, varían en función de la etapa de desarrollo de los menores. Por eso veremos, por separado, los síntomas propios antes de llegar al año de edad y los correspondientes a niños y niñas mayores. Según los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, son los siguientes:

Antes del primer año de edad

Por lo general, explican, la asfixia por atragantamiento en bebés viene motivada por la obstrucción de la vía por un objeto pequeño que se han llevado a la boca, como pueden ser botones, monedas, globos, pedazos de alimentos, partes de juguetes o piezas de otros objetos. Puede provocar un bloqueo parcial que, no obstante, conlleva el peligro de derivar en una situación potencialmente fatal. De igual modo, cuando la obstrucción es total, nos encontraremos ante una emergencia médica que exigirá una atención inmediata para evitar daños cerebrales permanentes o incluso el fallecimiento.

Los síntomas más indicativos de que algo está impidiendo la respiración a estas alturas de la infancia son los siguientes:

  • Color azulado de la piel.
  • Dificultad para respirar, reflejada en la retracción de las costillas y del pecho.
  • Pérdida del conocimiento si la obstrucción persiste con el paso de los segundos.
  • Incapacidad para llorar o para hacer mucho ruido.
  • Tos ineficaz y débil.
  • Sonidos suaves o pitidos al inhalar.
Asfixia por atragantamiento en bebés
Es importante saber detectar las señales de la asfixia por atragantamiento en bebés | Fuente: Canva

A partir de 1 año

Desde el primer año de edad, pasando por la niñez y la adolescencia y tras llegar a la etapa adulta, la asfixia por atragantamiento puede darse por cualquiera de las siguientes causas:

  • Comer demasiado rápido, no masticar bien los alimentos o comer con prótesis dentales que no estén bien ajustadas.
  • Consumir alcohol, incluso pequeñas cantidades.
  • Estar inconsciente y sufrir una broncoaspiración con vómito.
  • Inhalar objetos pequeños, sobre todo durante la niñez.
  • Lesionarse en la cabeza o la cara. Por ejemplo, la hinchazón, el sangrado o una deformidad pueden causarla.
  • Presentar problemas para tragar después de un accidente cerebrovascular.
  • Padecer un agrandamiento de las amígdalas o tumores en cuello y garganta.
  • Sufrir afecciones en el esófago.

Cuando un niño de más de un año o un adulto está experimentando estos escenarios, lo normal es que se agarre la garganta con la mano. Si no lo hace, existen diferentes signos indicativos del peligro:

  • La incapacidad para hablar.
  • La dificultad para respirar.
  • Una respiración ruidosa o los sonidos chillones muy agudos al inhalar.
  • La tos débil e improductiva.
  • El amoratamiento de la piel.
  • La pérdida del conocimiento si la obstrucción no se alivia tras un breve periodo.

Cómo prevenir la asfixia por atragantamiento

Por fortuna, gran parte de los casos de asfixia por atragantamiento se pueden prevenir. Como explica la Academia Americana de Pediatría, los alimentos provocan más del 50 % de dichos episodios. Por otro lado, hay muchos objetos pequeños que representan una seria amenaza para los menores en este sentido.

Extremar las precauciones con las comidas

Para empezar, es importante mantener fuera del alcance de nuestros hijos e hijas, especialmente si son menores de 4 años, todos los elementos comestibles susceptibles de causar tales accidentes. Entre los más peligrosos, se incluyen:

  • Los perritos calientes.
  • Las nueces y otros frutos secos, así como muchas legumbres y semillas.
  • Los pedazos pequeños de carne o de queso.
  • Las uvas enteras.
  • Los caramelos duros o pegajosos.
  • Las palomitas de maíz.
  • Los trozos de verduras crudas.
  • Los chicles.

Asimismo, es aconsejable tener en cuenta diversos procedimientos relacionados con la alimentación, gracias a los cuales podremos evitar muchas de estas situaciones indeseadas:

  • Cortar la comida en porciones que no excedan por mucho el centímetro de longitud.
  • Recordar lo importante que es masticar bien.
  • Supervisar a los niños y niñas en todo momento.
  • No dejarles correr, caminar, jugar o acostarse mientras comen.
  • Educar a los hermanos mayores para que no cometan ninguna imprudencia con los más pequeños.

Permanecer atentos a los objetos que pueden causar asfixia por atragantamiento

Antes de nada, resulta imprescindible asegurarse de que cualquier objeto peligroso se encuentra fuera del rango de acción de los menores. Los que suelen motivar un mayor número de accidentes son:

  • Monedas.
  • Botones.
  • Juguetes con piezas pequeñas o que puedan caber en su totalidad en la boca.
  • Pelotas, bolas pequeñas y canicas.
  • Globos.
  • Lazos, cintas pequeñas para el cabello, hebillas, pasadores y bandas elásticas o de caucho.
  • Tapas de bolígrafos, plumas estilográficas, rotuladores o marcadores.
  • Pequeñas baterías o pilas tipo botón.
  • Imanes para la nevera.
  • Llaveros.
  • Imperdibles.
  • Gomas de borrar.

Paralelamente, y con el fin de liberar de amenazas cada estancia de la casa, haríamos bien en proceder con las siguientes actuaciones:

  • Revisar debajo de los muebles y entre los cojines.
  • Comprobar que los juguetes están diseñados para la edad de nuestro hijo o hija.
  • Prestar especial atención a los globos de látex, uno de los artículos más letales.

El segurómetro, un recurso adicional para incrementar la seguridad en casa

La Asociación Española de Seguridad Infantil propone un efectivo y sencillo método complementario a las anteriores recomendaciones. Se trata de la construcción de un segurómetro, que básicamente es un pequeño recipiente en el que podemos introducir cualquier objeto potencialmente letal.

Posteriormente, solo hay que colocarlo a una altura que no resulte accesible o guardarlo en algún armario que solo nosotros podamos abrir. Así tendremos todas las amenazas controladas, lo que permitirá crear espacios carentes de ellas. No obstante, se trata de un recurso adicional y, en ningún caso, sustitutivo de nuestras labores de supervisión.

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Primeros auxilios ante un caso de asfixia por atragantamiento en bebés de menos de 1 año

Cuando, a pesar de haber intentado tomar las anteriores precauciones, se produzca un incidente, resulta crucial estar preparados para actuar de manera inmediata. En primer lugar, repasaremos las indicaciones de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos para auxiliar a bebés menores de 12 meses. En dichos supuestos, debemos considerar diversas situaciones en función de las que actuaremos de un modo u otro.

Si no están tosiendo con fuerza o no tienen un llanto claramente perceptible

  1. Acostar al bebé boca abajo, a lo largo de nuestro brazo.
  2. Utilizar nuestro regazo o el muslo como apoyo.
  3. Sostener su pecho en la mano y la mandíbula con los dedos.
  4. Mantener su cabeza del pequeño apuntando hacia abajo, a un nivel más bajo que el cuerpo.
  5. Propinar hasta cinco golpes secos y rápidos entre sus omóplatos con la base de la palma de la mano libre.

Si el objeto no sale de las vías respiratorias después de cinco golpes

  1. Voltear al bebé boca arriba.
  2. Utilizar el regazo o el muslo como soporte. Apoyarle la cabeza.
  3. Colocar dos dedos en la mitad del esternón, justo por debajo de las tetillas.
  4. Practicar hasta cinco compresiones rápidas hacia abajo, hundiendo el pecho hasta de un tercio a la mitad de su profundidad.
  5. Continuar con cinco golpes en la espalda seguidos de cinco compresiones pectorales hasta desalojar el objeto o hasta que el bebé pierda el conocimiento.

Si se produce una pérdida de conocimiento, un cese de la respiración u observamos coloración azulada en la piel

  1. Pedir ayuda urgentemente.
  2. Practicar mientras una reanimación cardiopulmonar.
  3. Llamar a emergencias si la situación no mejora después de 1 minuto.
  4. Si el objeto que está obstruyendo las vías respiratorias es visible y está suelto, intentar extraerlo con el dedo.

Qué acciones debemos evitar en todos los casos

  • Realizar los primeros auxilios cuando el bebé esté tosiendo con fuerza, presente un llanto fuerte o está respirando lo suficiente. Sin embargo, debemos estar preparados para actuar si los síntomas empeoran.
  • Sujetar y sacar el objeto si está consciente.
  • Dar golpes en la espalda o practicar compresiones pectorales si deja de respirar por otras razones, como puede ser el asma, una infección, una hinchazón o un golpe en la cabeza. En su lugar, lo adecuado es proceder con la reanimación cardiopulmonar.
primeros auxilios por asfixia por atragantamiento
Ejercicios de primeros auxilios para casos de asfixia por atragantamiento en bebés | Fuente: Canva

Cómo asistir a los niños mayores de un año en una situación de peligro

Durante etapas posteriores, la manera de actuar cambia sustancialmente debido a la mayor capacidad de comunicación de los menores y a la evolución de su anatomía. Teniendo esto en cuenta, el protocolo que hay que seguir tendrá que ajustarse a las siguientes recomendaciones:

Para realizar los empujes abdominales o maniobra de Heimlich

  1. Colocarnos detrás de nuestro hijo o hija y rodear su cuerpo con los brazos, a la altura de la cintura, agachándonos si es necesario.
  2. Situar un puño, por el lado del pulgar, justo encima del ombligo, asegurándonos que queda por debajo del esternón.
  3. Agarrar esa mano firmemente con la otra.
  4. Aplicar una compresión rápida hacia arriba y hacia dentro.
  5. Verificar si el cuerpo extraño ha sido expulsado.
  6. Proseguir con las compresiones hasta que el objeto salga o se produzca una pérdida del conocimiento.

Para aplicar los golpes en la espalda

  1. Posicionarnos, como en el caso anterior, por la espalda del afectado.
  2. Envolver su organismo con un brazo para soportar su torso e inclinarlo hacia delante, hasta que el pecho quede paralelo al suelo.
  3. Usar la palma de la otra mano para dar un golpe firme entre los omóplatos.
  4. Comprobar si el elemento obstructor ha salido.
  5. Continuar con la misma maniobra hasta la expulsión definitiva o hasta que caiga en un estado de inconsciencia.

Para proceder simultáneamente con las dos prácticas anteriores, en series de cinco y cinco repeticiones

  1. Dar cinco golpes en la espalda.
  2. Si el objeto no ha salido, aplicar cinco empujes abdominales.
  3. Seguir con las series de cinco y cinco repeticiones hasta la salida del cuerpo extraño o la pérdida del conocimiento.

Cómo actuar si el niño se desmaya o pierde el conocimiento

  1. Colocándolo en el suelo.
  2. Llamando inmediatamente a emergencias o solicitando a alguien que lo haga.
  3. Administrando la reanimación cardiopulmonar.

Procedimientos que se deben evitar

  • Intentar manipular, en ningún momento, un objeto atorado en las vías respiratorias, pues podríamos introducirlo más y empeorar el bloqueo. Únicamente ha de hacerse si estamos seguros de que está suelto.
  • Intervenir si existe una tos fuerte, si se puede hablar o inhalar y exhalar adecuadamente. Aunque siempre permaneciendo atentos al posible empeoramiento de los síntomas.
  • Abrir la boca a la fuerza para intentar atrapar y sacar el elemento crítico si existe un estado de consciencia. En su lugar, se deben aplicar los mencionados empujes abdominales y golpes en la espalda.

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