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Padres separados en vacaciones: ¿cómo organizar el reparto de la forma más beneficiosa para todos?

Cuando una relación sentimental llega a su fin y ambas personas tienen hijos en común, uno de los principales temas que se ven obligados a tratar tiene que ver con su custodia durante los periodos libres en el trabajo y la escuela. Con la llegada del verano, el reparto entre los padres separados en vacaciones debe ser, ante todo, beneficioso para los niños, una prioridad absoluta sobre la que deben girar todas y cada una de las decisiones.

Qué opciones existen para distribuir las estancias

En realidad, la mejor manera de dividir el tiempo que pasen con uno u otro dependerá de las particularidades de cada familia. Las alternativas al respecto pueden ser numerosas, siempre y cuando exista un consenso firme y no impliquen ningún perjuicio para los menores. Entre las opciones más habituales, se incluyen las siguientes maneras de distribuir las estancias:

1. Por días

Cuando ambos progenitores residan cerca, pueden acordar turnarse por jornadas. Una modalidad que, especialmente durante las primeras etapas de la infancia, puede no ser la ideal teniendo en cuenta que los niños necesitan experimentar cierta estabilidad. No obstante, se puede plantear de manera excepcional si el cambio no implica contrastes bruscos y favorece a todos los actores implicados.

2. Por semanas

Otros padres y madres se inclinan por un reparto por semanas a lo largo del curso, dinámica que mantienen durante las vacaciones para no modificar la rutina de sus hijos. Además, de esta forma no deben pasar una temporada excesivamente larga sin ver a una de las partes, una circunstancia que es preferible evitar durante sus primeros años de vida.

Conflictos entre padres separados en vacaciones
Uno de los objetivos de los padres separados en vacaciones es evitar los conflictos | Fuente: Canva

3. Por quincenas

La distribución por quincenas durante los meses de verano es quizá la más habitual. Sobre todo cuando existen viajes programados, puesto que permite alargar las estancias en el destino y evitar trayectos y gastos innecesarios.

4. Por meses

Ampliar los periodos hasta un mes puede ser ventajoso en los mismos términos que la anterior posibilidad. No obstante, si los niños son aún muy pequeños, es muy probable que resulte contraproducente alejarles del contacto directo con uno de los progenitores durante tanto tiempo.

Por otra parte, si nos enfrentamos a nuestras primeras vacaciones por separado, es probable que nos haga complicado programarlas y asumir los cuidados, sin la colaboración con la que habíamos contado hasta la fecha, por un periodo tan prolongado.

En cualquier caso, como comentábamos al principio, los únicos límites que deben considerarse coinciden con aquellos que marquen la frontera entre lo beneficioso y lo perjudicial para todas las partes.

Padres separados en vacaciones, ¿cómo llegar a acuerdos y evitar los conflictos?

Por muy pronunciadas que sean las diferencias con nuestra expareja, nunca deben impedir que alcancemos consensos satisfactorios en todo aquello que tenga que ver con nuestros hijos e hijas. Y el reparto de las vacaciones no es una excepción. Se trata de una temporada ideal para que se relajen, desconecten, disfruten y recarguen energías para rendir satisfactoriamente durante el próximo curso escolar. Con el fin de acercarles a tales objetivos, es recomendable que centremos nuestros esfuerzos en acciones como:

1. Priorizar el bienestar de los niños

Las disputas y los enfrentamientos entre los progenitores siempre terminan perjudicando, de una forma u otra, a los niños. Por eso es primordial minimizarlos y, en caso de producirse, mantenerlos en privado e intentar resolver el desacuerdo civilizadamente. Para alcanzar tal desenlace, es conveniente que nos aseguremos de priorizar el bienestar infantil sobre el de los adultos.

Acuerdos para organizar las vacaciones
Llegar a acuerdos civilizadamente es beneficioso para nuestros hijos | Fuente: Canva

2. Intentar establecer unas condiciones equitativas

Lo ideal es que el reparto se realice en periodos iguales con las dos partes, lo que impedirá que nuestros hijos perciban la ausencia de una de ellas. Sin embargo, las circunstancias personales o laborales pueden trastocar esa equidad, en cuyo caso deberemos esforzarnos por acordar las condiciones más justas para ambos.

3. Facilitar la adaptación de nuestros hijos

Adaptarse a la nueva situación no es solo tarea de los adultos. Sobre todo al principio, para los niños puede resultar una transición traumática si no nos esforzamos por evitarlo. Para ello, resulta conveniente normalizar la realidad y liberarla de cualquier dramatismo. Por muy difícil que nos resulte, debemos ayudarles a que se acostumbren a los cambios y resaltar los aspectos positivos de estos.

4. Reforzar sus vínculos con la otra parte

Uno de los errores más comunes de los padres separados es pretender atraer a sus hijos e hijas hacia su propio entorno. Se trata de una postura equivocada, dado que solo representa la mitad de su estructura familiar y, para gozar de una crianza saludable, necesitarán del cariño y el apoyo de todos los que la componen.

5. Dejar que los niños tomen parte en las decisiones

Aunque durante las primeras fases de la infancia seamos los adultos los que nos encarguemos de organizar los repartos, es conveniente implicar a los niños cuando tengan la edad y el criterio suficiente. Tener en cuenta su opinión, pese a que no la compartamos, e involucrarles en la decisión fortalecerá sus vínculos con los padres y, en definitiva, les ayudará a normalizar una situación con la que tendrán que vivir en el futuro.

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