ConsejosAlimentación en familia

La importancia de una merienda saludable para los niños

El ritmo de los niños es imparable y, por ello, necesitan reponer toda la energía que gastan a lo largo del día. En este sentido, la merienda juega un papel fundamental, ya que es el único almuerzo del que pueden disfrutar en el intervalo de tiempo entre la comida y la cena. Gracias a ella cogen fuerzas para las actividades extraescolares que tienen lugar a lo largo de la tarde o para hacer los deberes. De hecho, la ausencia de la misma puede llevar a una bajada en el rendimiento académico. Esto está directamente relacionado con el proceso de desarrollo y maduración de su sistema digestivo, ya que hasta los 12 años necesitan saciar su hambre, aunque más adelante tienden a controlarlo mejor.

La alimentación de nuestros hijos es crucial para determinar su futuro y debemos ser totalmente responsables en este sentido. Pero, ¿sabemos qué puntos hay que tener en cuenta para que sea totalmente saludable?

La dieta mediterránea es la que debemos elegir para nuestro menú. Preferiblemente, optaremos por un consumo ecológico, equilibrado y variado, intentando tomar verduras y cinco piezas de fruta al día. Debemos evitar la comida rápida, procesada, el elevado consumo de carnes rojas y otros alimentos con alto contenido de sal, zumos envasados o refrescos azucarados. Además, cabe destacar la relevancia de consumir productos naturales.

¿Qué opciones de merienda existen? 

Cada niño tiene diferentes necesidades alimenticias y no todas las dietas pueden ser iguales, por lo que tenemos que buscar el equilibrio. Por otro lado, el momento de la merienda, en muchas ocasiones, irrumpe la digestión. Por ello, debemos tener en cuenta el horario en el que se haya realizado el almuerzo y que esté lo suficientemente alejada de la comida y de la cena, es importante mantener, al menos, un intervalo de tres horas entre ambas.

Para una merienda saludable es conveniente que sea ligera y que complemente a los nutrientes que ya se han ingerido durante el día. Si el niño ha comido mucha verdura, o su menú ha estado protagonizado por hidratos de carbono, habría que apostar por una rica en proteínas.

¿Existe la merienda ideal?

Realmente un poco de todo sería idóneo, al igual que en cualquier otra comida. Si bien todos los alimentos pueden ser correctos, no solo tenemos que mirar el contenido, sino también la cantidad que se le da al niño y, en cualquier caso, llevar un control exhaustivo de todo lo que este ingiere para que no se produzcan excesos. El sentido común, una vez más, es la mejor opción para medir esto, independientemente, de si les gusta mucho o no lo que le ofrezcamos.

A nivel informativo:

  • Los cereales nos ayudan a dar energía al organismo, son una fuente rica en hidratos de carbono, minerales y proteínas. Músculos y cerebro.
  • Las frutas son ricas en fibra, vitaminas y un gran aporte de agua. Ideales para mantener activo el sistema inmunitario así como para regular el intestino.
  • Los lácteos y el crecimiento están muy relacionados, el gran contenido de calcio y proteínas son fundamentales.

En cualquier caso, hay que tener en cuenta que una buena merienda evita que los niños piquen entre horas y lleguen a la cena con mucha hambre.

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