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El cuidado del bebé en su primer año de vida

Desde la delicadeza del recién nacido hasta la gran fortaleza de los preescolares, los padres atraviesan junto a sus hijos muchas etapas, cada una de ellas con diferentes necesidades. Sin embargo, es el primer año de vida del bebé  es la etapa que plantea más dudas en relación a la higiene y cuidados.

La higiene del bebé

Hay que llevarla a cabo con mucho cuidado y hay algunas cuestiones que debes tener en cuenta:

  • Pelo: durante los primeros meses no es necesario que lo cortes. Cepíllalo a diario con un peine de cerdas blandas que no dañen su cuero cabelludo.
  • Uñas: Los primeros días se caerán por sí solas. A partir de los 15-20 días puedes cortárselas con una tijera de puntas redondeadas.
  • Ojos: Puedes limpiársele las legañas con una gasa empapada en suero fisiológico o agua templada hervida, utilizando una gasa para cada ojo.
  • Oídos: Ten en cuenta que deben tener un mínimo de cera para protegerlos y no es recomendable que utilices bastoncillos dado que pueden crear tapones.
  • Nariz: debe estar libre de mucosidades. El momento idóneo para que la limpies es después del baño porque el bebé está relajado y las fosas nasales húmedas.
  • Culete: Cambia su pañal con cierta frecuencia y, antes de aplicar el bálsamo, seca bien la zona para evitar irritaciones.
  • Región ano-genital: Lo mejor para limpiar esta zona es una toallita o gasa húmeda. En las niñas, la dirección de la limpieza debe ser de delante hacia atrás. A los niños debes lavarle bien los pliegues de los muslos y la base de los genitales y luego el pene, con cuidado para evitar irritaciones.

El baño del bebé

Preferiblemente tienes que dar el primer baño a tu bebé después de la caída del ombligo. A partir de ese momento, puedes bañarle una vez al día, y mejor antes del sueño nocturno dado que, no sólo es un momento que el niño disfrutará un montón, sino que también lo tranquilizará y lo relajará para el descanso.

Recuerda, antes de meter al niño en la bañera debes tener a mano la toalla, el jabón o el champú. No debes descuidarlo ni un segundo, ya que es peligroso.

  • La temperatura del agua debe tener entre 35º y 37º y en las tiendas de puericultura puedes encontrar termómetros que te ayudarán a regularla. Asegúrate que no quema metiendo tu codo en el agua.
  • Para la delicada piel del bebé usa un jabón con Ph neutro y un champú suave para no irritarle los ojos.
  • Al sacarlo del agua, envuélvelo en una toalla y sécalo poniendo especial atención en los pliegues.
  • Puedes hidratar la piel del bebé con alguna loción o aceite.

La sensación que tendrás con tu bebé en brazos después del baño la recordaras siempre. ¡Disfrútala!

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