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Flan casero de huevo

El flan casero de huevo es una receta de toda la vida sabrosa y sencilla. Para los niños constituye un postre estupendo porque es muy nutritivo. Puedes dárselo también en la merienda y, para completarlo, ponle una colorida macedonia de frutas alrededor.

Aquí lo hemos preparado en moldes individuales, porque queda mejor. Pero puedes usar uno grande si lo prefieres y te resulta más cómodo. En este caso, los de corona son más aconsejables, porque el calor se reparte de un modo más uniforme.

La leche que se emplea para hacer este flan casero se aromatiza con vainilla. Otra opción es recurrir a la cáscara de limón o de naranja, o a la canela en rama; también así quedan muy ricos.

Los ingredientes de la receta, aunque muy básicos, tienen que ser de calidad. Para obtener buenos resultados, no deben batirse demasiado. Y una cosa más: ten en cuenta que el flan sigue haciéndose después de sacarlo del horno y luego también en la nevera, por lo que no debemos pasarnos con la cocción.

Ingredientes

  • 1 litro de leche
  • 8 huevos enteros
  • 200 g de azúcar
  • 1 vaina de vainilla

 Para el caramelo

  • 200 g de azúcar

Preparación

  1. Vierte la leche en un cazo. Corta la vaina de vainilla por la mitad a lo largo y raspa las semillas con la punta de un cuchillo.  Pásalas al cazo de la leche y añade también la vaina. Caliéntala a fuego lento.
  2. Mientras tanto, prepara el caramelo. Pon el azúcar en una cacerola pequeña. Agrega ocho cucharadas de agua para humedecer el azúcar. Lleva a ebullición y cuece a fuego muy suave, para evitar que se queme, hasta que obtengas un caramelo dorado.
  3. Reparte el caramelo en el fondo de ocho moldes individuales y muévelos para que se reparta bien por el fondo mientras el caramelo aún está líquido. Déjalo reposar.
  4. Casca los huevos y ve dejándolos caer en un cuenco grande, añade el azúcar y bate con varillas hasta obtener una mezcla blanquecina y espumosa.
  5. Cuando la leche rompa a hervir, apaga en seguida el fuego y déjala templar. Luego, cuélala e incorpórala al cuenco con los huevos batidos mientras remueves para que todo quede bien integrado.
  6. Precalienta el horno a 180 °C, sin ventilador y con calor arriba y abajo. Reparte la preparación anterior en los moldes y colócalos en la fuente de horno amplia y profunda.
  7. Vierte agua caliente en el fondo, de modo que los moldes queden cubiertos hasta la mitad, más o menos, para hacer un baño María. Tápalos con papel de aluminio, para que el agua no penetre en el interior al calentarse.
  8. Introdúcelos en el horno y cuécelos durante cuarenta o cincuenta minutos, hasta que los flanes hayan cuajado. El tiempo dependerá mucho del horno. Antes de sacarlos, asegúrate de que la parte central del flan ya no está líquida; puedes pincharlo y comprobar si está sólido pero aún cremoso, porque tampoco conviene pasarse con la cocción.
  9. Retira entonces la fuente del horno, saca los moldes del baño María y espera a que se enfríen. Luego resérvalos en la nevera hasta el momento de servir.
  10. Antes de llevarlos a la mesa, pasa la punta de un cuchillo por todo el borde para despegar un poco el flan. Coloca un plato llano pequeño encima, dale la vuelta rápidamente y tira suavemente de la flanera hacia arriba. Repite el proceso con los flanes restantes.

 

Las cosas hechas en casa despacito y con cariño, como este flan casero, siempre saben mejor. Si quieres, prueba también con estas  mermeladas y estas  salsas, verás qué ricas.

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