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¿A partir de qué edad es seguro dejar a los niños solos en casa?

Cuando van haciéndose un poco mayores, a veces podemos vernos obligados a dejar a los niños solos en casa. Sin embargo, darles esa autonomía al principio puede preocuparnos y crearnos dudas acerca de cuál es la edad adecuada. Para Victoria Muñoz, profesora colaboradora del Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Sevilla, es fundamental que nuestros hijos e hijas aprendan a sentirse autosuficientes, ya que «vivimos en una sociedad dominada por los miedos y con ello estamos haciéndoles un flaco favor».

La edad, factor clave

Los niños son más propensos a sufrir accidentes cuando nadie los supervisa. Esta es una de las conclusiones, bastante lógicas, por cierto, a las que se llega en el informe Accidentes en la población infantil española elaborado por la Fundación Mapfre y la Asociación Española de Pediatría (AEP).

El estudio lo llevaron a cabo 204 pediatras de atención primaria de diversos centros de salud de diferentes comunidades autónomas. Los especialistas realizaron 1.726 cuestionaros a familias de todo el territorio nacional con niños que habían sufrido algún accidente en los 12 meses anteriores.

En él se determinó que el 9,1 % de los menores de 12 años se quedan solos en casa en algún momento. A medida que van haciéndose más mayores, aumenta la frecuencia con la que se produce esta situación, lo cual parece lógico. Sin embargo, llama la atención que el 5 % de los que se quedan sin la compañía de un adulto tienen menos de 4 años y que incluso hay padres que ‘se atreven’ con sus hijos de menos de 1 año, lo cual es, por supuesto, una auténtica temeridad. Los autores del informe aconsejan no dejar solos a los menores de 12 años.

Los percances más frecuentes

Entre los padres entrevistados, se descubrió que el 42,8 % de los accidentes de sus hijos e hijas habían ocurrido en el hogar, mientras que el 57,2 % se desencadenaron en escuelas, parques, jardines y vías públicas.

Cuando la emergencia fue en el hogar, el lugar donde más frecuentemente se produjo fue en el salón o la sala de estar (23,8 %), seguido por la habitación de los niños (10,2 %), el dormitorio de los padres (9,3 %) y la cocina (10 %).

No hay que dejar a los niños solos en casa cuando son pequeños
Los niños pequeños son más propensos a las caídas | Fuente: Canva

Tipos de accidentes en el hogar

Los hay de muchas clases y cada tipo y su frecuencia depende de la edad que tengan:

  • El ahogamiento, la asfixia y el aplastamiento se presentan con mayor regularidad entre los 2 y 4 años.
  • Las caídas son más habituales en los menores de 2 años.
  • El accidente por un cuerpo extraño es más usual a la edad de 2 y 4 años, pero se mantiene en frecuencias altas hasta los 11 años.
  • El riesgo mayor de daños por un objeto punzante se sitúa entre los 5 y los 11 años.
  • Los golpes fuertes suceden con mayor asiduidad a partir de los 5 años.
  • Los que tienen menos de 2 años son más propensos a intoxicarse.
  • Las mordeduras de animales se dan más entre los 5 y 7 años.
  • Los niños de entre 2 y 4 años suelen sufrir más quemaduras.

De acuerdo con el estudio de Detección de Accidentes Domésticos y de Ocio (DADO), publicado por el Ministerio de Sanidad, alrededor de medio millón de niños con edades comprendidas entre 0 y 14 años sufren algún tipo de accidente al año (excluyendo los de tráfico).

Por su parte, la European Child Safety Alliance destaca que en la Unión Europea mueren más niños por lesiones que por la suma de todas las enfermedades infantiles.

Cómo preparar a tu hijo para que se quede solo en casa

No hay ninguna ley en España que recoja la edad mínima a la que un niño puede quedarse en casa sin supervisión. Pero el Código Civil, en su artículo 172, sí contempla la protección de los menores en situación de desamparo. Y dice textualmente: “Se considera como situación de desamparo la que se produce de hecho a causa del incumplimiento, o del imposible o inadecuado ejercicio de los deberes de protección establecidos por las leyes para la guarda de los menores, cuando éstos queden privados de la necesaria asistencia moral o material.”

Para que estos supuestos no sucedan, hay que esperar a que los niños y niñas alcancen un grado suficiente de madurez y autonomía para estar sin adultos en el hogar. Antes de que llegue ese momento, que suele ser en torno a los 12 años, y después haríamos bien en recurrir a las valiosas herramientas que propone profesora Victoria Muñoz y que se concretan del siguiente modo: 

1. Motívale a hacer cosas por sí mismo

Conviene animarlos desde la infancia a hacer cosas por sí mismos, ya que es una buena manera de desarrollar su confianza y su autoestima. Eso sí, es importante que lo hagamos con tareas adaptadas a su edad

2. Hazlo de forma progresiva

También deben ‘ensayar’ los momentos de soledad. Es decir, un niño o niña que no sea capaz de quedarse media hora en su cuarto sin compañía difícilmente va a poder quedarse sin supervisión en casa. En cualquier caso, el tiempo que pasen solos dependerá de la edad, el apoyo que haya alrededor y las características de la vivienda.

En general, a los 6 o 7 años se puede probar a dejarlos solos en una habitación haciendo una actividad segura con la que estén entretenidos. Poco a poco podemos pedirles que hagan cosas por su cuenta. Por ejemplo, pedir algo a un vecino o bajar la basura. 

A partir de los 8 o 9 años, si hay apoyo y se les ve maduros, podrían probar ampliando poco a poco el tiempo, siempre sabiendo que van a estar ocupados en algo seguro y que tienen estrategias para responder si ocurriera algo. Ya con 10 años no debería haber ningún problema si los hemos entrenado bien anteriormente.

Dejar a los niÑos solos en casa: con hermanos, mejor
Los hermanos se hacen compañía cuando sus padres salen fuera | Fuente: Pexels

3. No empujarles a sentir miedo

Llenarles de temor con las cosas terribles que les pueden pasar no ayuda nada. Es mucho mejor enseñarles a confiar en ellos mismos y explicarles algunas estrategias para desenvolverse en el supuesto de que sucediera algo. Por ejemplo, transmitirles seguridad: «si la mayor parte del tiempo no pasa nada cuando estamos con alguien, tampoco tiene por qué ocurrir si estamos solos».

4. Enséñale las medidas básicas de seguridad

Lo que sí resulta positivo es enseñarles cuál es el protocolo de seguridad que deben seguir en caso de que suceda algo: salir de casa cogiendo la llave, buscar a un vecino, llamar a emergencias. Y una norma esencial: dejarles siempre anotados al menos dos números de teléfono a los que puedan llamar ante cualquier eventualidad.

De igual forma, si en algún momento tienen que salir a la calle solos, han de saber que, en general, la gente les va a ayudar si se ven en un apuro. Aunque les enseñemos a ser precavidos, no conviene meterles un miedo excesivo y hacerles creer que las personas son una amenaza.

Es importante recordarles que siempre deben estar muy atentos, por ejemplo, confirmar que el semáforo está verde, comprobar que los coches se detienen y conocer ciertas estrategias para reaccionar si ocurre algo.

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