Horta de Sant Joan es un municipio español situado en la comarca de Terra Alta (provincia de Tarragona), dentro del Parque Natural de Els Ports. La poca industria y la concentración de la población en pequeños núcleos han facilitado la espléndida conservación de su marco monumental y del medio ambiente. Esta combinación de paisajes de gran belleza y patrimonio histórico, le valió la condecoración en 1997 como Bien Cultural de Interés Nacional.

Un poco de historia

La ubicación en una pequeña colina con un manantial natural, ha traído a Horta de Sant Joan muchas ventajas estratégicas, debido a que, durante los asedios medievales, sus habitantes no necesitaban salir de la ciudad para conseguir agua. Los primeros habitantes fueron los íberos, que vivieron en la zona hasta la llegada de los romanos. En el siglo VIII, Horta, como la mayor parte de España, estaba bajo dominio musulmán, siendo posteriormente reconquistada por los cristianos en el siglo XII. Todavía hay olivos que fueron originariamente plantados por los musulmanes durante su dominio.

Horta de Sant Joan

El pueblo que enamoró a Picasso

Horta de Sant Joan es la cuna de Manuel Pallarés, amigo y compañero de Pablo Picasso, motivo por el cual, el artista pasó algún tiempo en Horta durante su juventud, entre los años 1897 y 1898. De hecho, Picasso tiene citas refiriéndose a este pintoresco pueblo, como por ejemplo, “Todo lo que sé lo aprendí en Horta”. Una década más tarde, el pintor volvería al pueblo para desarrollar su proto-cubismo. Duurante ambas visitas realizó numerosas pinturas y dibujos; por ello, el Centro Picasso merece una visita. Este complejo organiza exposiciones, simposios y publicaciones sobre el artista.

Qué ver en Horta de Sant Joan

Centro Picasso

Como se mencionaba anteriormente, el Centro Picasso de Horta quiere ser un homenaje permanente a Picasso y reúne la reproducción, lo más fiel posible, de todas las obras que el artista compuso en Horta y con las que lo inmortalizó. Cada planta del edificio contiene diferentes partes de la vida de Picasso. En la planta baja se explican, mediante objetos, fotografías y palabras del propio Picasso, los fuertes lazos afectivos que se establecieron entre Horta y el pintor. En la primera planta se exponen las reproducciones facsímiles de las obras realizadas en la primera estancia (1898-1899) y las evocaciones de 1903. En la segunda planta, la obra cubista realizada en Horta el verano de 1909 y las evocaciones del mismo año hechas en Barcelona y París en la primavera del mismo año, antes de retornar a Horta.

Centro Picasso, en Horta de San Joan
Centro Picasso, en Horta de Sant Joan | Fuente: Ayuntamiento de Horta de Sant Joan

Iglesia de San Juan Bautista

Construida en el siglo XII, esta iglesia combina diferentes estilos arquitectónicos del románico y el gótico catalán. Se compone de una sola nave cubierta por bóveda de crucería, y el aspecto robusto de la fachada exterior, donde solo se abre una pequeña puerta y un ojo de buey, contrasta en el interior con los largos ventanales apuntados del ábside.

Ayuntamiento de la Villa

Se encuentra al lado de la Iglesia de San Juan Bautista, y fue edificada siguiendo el estilo renacentista del siglo XVI. Tiene una planta baja porticada con arcos de medio punto, una planta principal con grandes ventanas y, por último, una segunda planta con una galería de pequeños arcos de medio punto. En la parte baja del edificio se ubica la Antigua Prisión de Horta de Sant Joan, que se restauró y actualmente es sede de numerosas exposiciones.

Montaña de Santa Bárbara y Cueva de Sant Salvador

Si os gusta descubrir naturaleza en familia, y al mismo tiempo hacer algo de ejercicio, en el mismo municipio de Horta se encuentra la montaña de Santa Bárbara. Justo en el lateral del Convento de Sant Salvador comienza un sendero hacia la interesante cueva de Sant Salvador. Subiendo, llegaréis también a las ruinas de las antiguas capillas de Sant Antoni y Santa Bárbara.

Gastronomía

La comarca de Terra Alta es un núcleo importante de la tradicional gastronomía catalana. El conejo con alioli, los caracoles salteados, el jabalí, las habas a la catalana, la perdiz al cazador y «el ornit» con pimentón son algunos ejemplos. Destaca también la paella del huerto y, en repostería, la torta fina, las magdalenas y el coque de miel, entre otros. Pero por supuesto, los roditos y “las cajitas”, heredadas del paladar árabe, son los dulces más genuinos. No se deben olvidar los frutos secos, especialmente la avellana, ni tampoco el mostillo, un delicioso postre elaborado con mosto de uva y frutos secos.