El Real Monasterio de San Clemente de Sevilla se encuentra junto al río Guadalquivir y a un paso del centro histórico de la capital hispalense. Entre naranjos, damas de noche y jazmines, el monasterio guarda en la clausura de sus antiguos muros la historia de ocho siglos de la ciudad.
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Real Monasterio de San Clemente
El Real Monasterio de San Clemente se fundó luego de la reconquista de Sevilla por parte del rey San Fernando. Esto se debe a que las tropas castellanas entraron en la ciudad el 23 de noviembre de 1248, día de San Clemente. Así, el rey donó a la futura comunidad monástica unos palacios cercanos al río y resguardados por la muralla. Un enclave que se mantiene tras casi ocho siglos de vida.
Fue declarado Bien de Interés Cultural en 1971. Además de ser un monumento arquitectónico, cuenta con un importante legado patrimonial. Allí se encuentran obras exponentes de los estilos de sus ocho siglos de vida. Obras que, además, están ligadas a la historia y a las leyendas de la ciudad.
En este monasterio está el sepulcro de la reina María de Portugal, esposa de Alfonso XI de Castilla y madre del famoso Pedro I. También están sepultadas allí otras personalidades de la realeza castellana medieval, como doña Berenguela, primogénita del rey Alfonso X, El Sabio.
El arte del Real Monasterio de San Clemente
El Real Monasterio de San Clemente de Sevilla también atesora obras de gran valor artístico. Una de las más llamativas es el Retablo Mayor barroco de su iglesia. Pero también destaca la imagen de la Virgen de los Reyes, que data del siglo XIII.
La leyenda cuenta que Fernando III, El Santo, soñó con la Virgen y luego pidió a los imagineros de la corte que materializaran su sueño. La más parecida a la que soñó se encuentra en la Capilla Real de la Catedral de Sevilla, patrona de la Archidiócesis y de la ciudad. Y la segunda que más se le parece es la que acoge el Real Monasterio de San Clemente.
Otras representaciones artísticas muy importantes del monasterio son los frescos de la iglesia. De estos destaca el retrato de San Fernando pintado en el siglo XVII por Valdés Leal. Además, el convento de clausura cuenta con un espacio cedido al Ayuntamiento hispalense para usos culturales. Allí se encuentra el Centro Experimental y Tecnológico para la Cultura y las Artes de Sevilla.
Al mismo tiempo, en la visita al Real Monasterio de San Clemente de Sevilla podrás disfrutar de los sabores dulces. Sin duda te encantarán sus pastas para el té, mermeladas y mieles. Y antes de que te vayas, querrás volver por los almibarados Corazones de sus Tartas de Santa Gertrudis.
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