El Pozo de las Calcosas es mucho más que una piscina natural, es un lugar único que merece la pena visitar y conocer.
Este charco está ubicado en la isla del Hierro, en las islas afortunadas, y permite al visitante no solo deleitarse con un refrescante baño en sus aguas cristalinas, sino también conocer uno de los lugares más antiguos de la zona.
Si te apetece disfrutar de la cultura y gastronomía de El Hierro y descansar unos días en familia rodeado de naturaleza, reserva ya aquí.
Pozo de las Calcosas
La zona cuenta con una piscina natural de aguas tranquilas, un charco más pequeñito e incluso una zona de mar semiprotegida por las rocas.
Se trata de una pequeña bahía natural cerrada por un acantilado donde poder conocer el tipo de construcción ancestral de las casas de la zona. Según sea el oleaje, estará permitido o no bañarse en mar abierto.
Llegar hasta el Pozo de las Calcosas no tiene mucha dificultad. Eso sí, es necesario disponer de coche. El vehículo se debe dejar en la parte alta del acantilado, un área donde el visitante también se topará con dos restaurantes que proporcionan comida típica canaria. Para bajar a las piscinas naturales se debe dar un agradable paseo por entre las casas de los pescadores.
Si se va con niños muy pequeños, es preferible optar por la mochila de porteo antes que por el carrito de bebés, ya que muchos de los senderos son de piedra, y el traqueteo se puede complicar un poco en la subida.
Las recomendaciones de uso para estas piscinas naturales son las mismas que para las del resto de las de las islas: con marea alta o mar bravío se aconseja no bañarse o hacerlo con muchísima precaución, ya que las olas pueden entrar en las piscinas y dar un buen susto. El suelo, al ser rocoso, puede hacer daño en los pies, por lo que se aconseja ir con calzado tipo escarpín o cangrejera.
Otros datos de interés
Esta pequeña y maravillosa isla, un microcosmos geológico donde el 58% de su superficie está protegida, atrapa al visitante por completo entre sus tierras volcánicas como los Laijales, el color verde de sus bosques como el de Monteverde, sus aguas transparentes como la reserva marina de La Restinga y por el ritmo de vida tranquilo de los lugareños.
Hay zonas realmente asombrosas como las áreas despobladas de La Llanía o el Sabinar, donde la brisa del viento y el canto de los pájaros te dejará sin palabras.
Los amaneceres y atardeceres en la isla son realmente famosos debido a su belleza inigualable. Hoy en día, esta isla es un auténtico símbolo de sostenibilidad, capaz de abastecerse con energía totalmente renovable sin ninguna dificultad. Es muy diferente, pero realmente única.
Dentro de los tres municipios de El Hierro, Valverde, Frontera y El Pinar, hay numerosos pueblos muy significativos. Todos siguen la misma línea y estructura arquitectónica típica herreña y tradicional. Tienen un encanto muy especial, ya que suelen ser pequeños, muy artesanos y repletos de gente estupenda.
Los herreños viven a un ritmo muy pausado, marcado por la calma de la isla y el buen clima. Los pueblos siempre acogen a los visitantes con los brazos abiertos, y en general, están dispersos por todo el territorio, aunque están más aglomerados en la zona de la costa.
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