El pueblo de Canejan se sitúa al norte del valle de Arán, cerca de los ríos Garona y Toran, en Lleida. Esta es una villa que los romanos consideraban como casa y puerta del valle de Toran. Antiguamente, se trataba de un lugar de gran importancia, ya que su situación geográfica permitía vigilar la entrada tanto por el norte como por el sur. Esto significa que desde allí podrás disfrutar de unas vistas espectaculares del valle.
Canejan
Canejan es un pueblo muy bonito, lleno de cuestas y de calles estrechas. Se trata de un lugar que fue rico durante la Edad Media, gracias a los bosques, la ganadería y las minas. Para llegar a la villa tendrás que acceder por un puente de estilo románico, y en la entrada podrás ver alguna bòrda, que es una construcción tradicional del valle.
Podrás visitar diversos edificios, como la iglesia de Sant Sernilh, que fue completamente reformada a principios del siglo XIX a partir de una base románica. Su interior, formado por una nave con bóveda cilíndrica, conserva una pila bautismal de mármol que data del siglo XVI. El campanario de la iglesia es de torre cuadrada y cubierta piramidal. Además, en el centro del templo podrás ver una escultura de Juana de Arco. Asimismo, al recorrer el pueblo te encontrarás con restos de edificios antiguos, como la casa de Sirat, que tenía una torre de defensa cuadrada del siglo XVI. También está la casa de Benosa, que cuenta con una pequeña capilla románica anexa al campanario de espadaña.
Otra cosa emblemática de Canejan es un árbol que está catalogado como monumento por la Generalitat de Catalunya. Se trata del Auet de Canejan, un abeto de más de veinte metros de altura y más de cinco metros de contorno de tronco, que tiene una enorme ramificación.
Alrededores
A quince minutos en coche desde Canejan se encuentra Sant Joan de Toran. Este es un pueblo con caminos y casas de piedra muy pintorescas que se cree que fue propiedad de frailes hospitalarios de San Juan de Jerusalén. Allí podrás visitar la iglesia de Sant Joan Baptista, que es una construcción románica de una sola planta. Una de las peculiaridades de esta iglesia es que conserva todos los objetos personales, como gafas, rosarios y pañuelos, que los visitantes han ido dejando como muestra de su paso por el templo.
Además, a menos de una hora en coche se ubica el pueblo de Garós, que es el primer pueblo del Alto Arán. Este es un pueblo montañero que tiene alrededor de cien habitantes. Allí podrás realizar turismo patrimonial y disfrutar de la naturaleza. Al pasear por sus calles descubrirás la arquitectura típica de la zona. También te encontrarás con la iglesia parroquial de San Julián, que data del siglo XII, aunque fue reformada durante el siglo XV. Esta construcción mezcla elementos del románico y del gótico, por lo que en su interior podrás ver un Cristo de talla, una imagen gótica de la Virgen y una cruz procesional de plata.
