A tan solo 15 kilómetros de la ciudad de Logroño, en La Rioja, se encuentra el Castillo de Clavijo, del siglo IX. Además de encontrarse ubicado en un impresionante paraje natural, cuenta con una curiosa e interesante historia.
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El Castillo de Clavijo
El Castillo, situado en lo alto de una colina, ocupa una superficie total de 1000 metros cuadrados. Es de origen árabe y está constituido por una muralla de unos 85 metros de largo, que cuenta con cuatro torreones.
Según la tradición, allí tuvo lugar una batalla en la que se apareció el apóstol Santiago a caballo para apoyar a las tropas cristianas. La contienda, dicen, fue planteada por Ramiro I para acabar con el Tributo de las Cien Doncellas, que obligaba a entregar cien jóvenes mujeres cada año al emir de Córdoba. La intervención de Santiago hizo posible la victoria cristiana y, como agradecimiento, los campesinos de la zona comenzaron a pagar un diezmo en forma de cereal a la Catedral de Santiago de Compostela.
El Castillo de Clavijo ha tenido numerosos dueños a lo largo de sus más de diez siglos de historia, y por él han pasado grandes personajes de la historia de España, como el Conde Fernán González, que estuvo preso entre sus muros.
El castillo, aunque conserva gran parte de su estructura, se encuentra cerca del estado de ruina, y solo se puede acceder aparte de su estructura. Para llegar hasta él de forma fácil, deberemos tomar una senda que asciende desde el oeste del pueblo de Clavijo.
En Clavijo, además del castillo, podemos visitar la Iglesia de la Asunción, del siglo XVI, la Real Basílica de Santiago, del XVIII, y el monasterio cluniacense de San Prudencio, construido en el siglo XII. También podemos practicar el senderismo, disfrutando de la naturaleza y pueblos de la zona, como Ribafrecha, Albelda de Iregua o Nalda, con sus populares palomares.
Alrededores: La ciudad de Logroño
Muy cerca del Castillo de Clavijo (a 15 kilómetros de distancia) se encuentra la ciudad de Logroño, capital de la Comunidad Autónoma de La Rioja.
Logroño se trata de una ciudad bañada por el Río Ebro que ha sido históricamente lugar de paso (parada del Camino de Santiago) y cruce de caminos y también de fronteras: Durante la Edad Media fue disputada por varios de los reinos hispanos de la época.
Entre las principales atracciones turísticas de la ciudad destacan la monumental Concatedral de Santa María de la Redonda, de estilo barroco; las iglesias de San Bartolomé, gótica del siglo XIII, la de Santiago y la de Palacio; así como el Paseo del Espolón y el Parque del Ebro.
Si queremos degustar la gastronomía más tradicional riojana, nos podemos acercar hasta la Calle Laurel, repleta de bares y restaurantes. Los platos más típicos de la zona son las “patatas a la riojana”, las chuletas de cordero “al sarmiento”, bonito con tomate “a la riojana”, el queso caporrano y los “caparrones”, que son una variedad de alubia roja.
Además, Logroño y toda la Comunidad de La Rioja en general, es conocido por sus vinos. Si visitamos la ciudad no deberíamos dejar pasar la oportunidad de visitar unos viñedos o unas bodegas, que nos ayudarán a comprender más sobre la gran tradición de enología en la zona.
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