Baeza fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 2.003. Conocer su historia, admirar sus monumentos y rincones renacentistas únicos, es una excusa perfecta para visitar y hacer turismo en la provincia de Jaén. Es una ciudad viva gracias a sus habitantes y a los numerosos servicios y actividades que ofrece al visitante.

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Baeza

Baeza está ubicada en el centro de la provincia de Jaén y es puerta de entrada a Andalucía. Desde ella podemos divisar su particular mar de olivos, uno de los paisajes más singulares de la comunidad. Su ubicación deja intuir su belleza a través de su monumental silueta, perfectamente coronada por la torre de la Catedral.

La ciudad es uno de los enclaves renacentistas más importantes de España, enriquecido por las huellas de la historia de Baeza. En la actualidad es conocida por su ingente producción olivarera, su abundante legado monumental​ y por ser sede universitaria desde el siglo XVI.

Fue denominada Nido Real de Gavilanes por el romancero, puesto que fue un punto clave durante la conquista de Al-Ándalus por parte de los reyes cristianos. El arte y la historia se dejan ver en las calles de una ciudad con remotos orígenes. Biatia, Bayyasa y Baeça, distintos nombres que aluden a un mismo lugar: el nido real de gavilanes.

Baeza
Ayuntamiento Baeza | Fuente: Web oficial Biblioteca Cervantes

Historia

Numerosas culturas han dejado su huella en Baeza; la ibérica, romana, visigoda y musulmana. Se puede hablar de una prehistoria relevante en Baeza por los muchos yacimientos arqueológicos que hay catalogados, como el de Los Horneros, Los Morales y Toya.

Durante la edad antigua la ciudad fue adscrita a Hispania Citerior. En el siglo I, la Baeza actual era conocida como Vivatia y jugó un papel fundamental en las vías de comunicación que dan paso a la plata que iban de Sierra Morena hacia la costa oriental. Al final del imperio romano Biatia o Beatia, recogió el testigo de capitalidad de la provincia. Durante el siglo V sufre algunas invasiones bárbaras, pero mantuvo una oligarquía hispanorromana que después pasó a ser visigoda. En la Hispania visigoda fue sede episcopal de la iglesia y de esta época se conservan algunos restos bajo algunos edificios.

Baeza
Universidad de Baeza | Fuente: Flickr Juan Pacheco Tirado

Con la llegada de los musulmanes fue llamada Bayyasa y convivieron hispanogodos, árabes y omeyas. Al caer el califato, en 1.147 es conquistada por Alfonso VII el Emperador. Diez años después los almohades la reconquistan. Sin embargo, el 16 de julio de 1212, las tropas cristianas comandadas por Alfonso VIII destruirán el Imperio Almohade casi por completo en la Batalla de las Navas de Tolosa. Fernando III es quien dota a Baeza de fuero y a partir de esa época las dos familias poderosas de la ciudad, Benavides y los Carvajales se enfrentan entre sí en la “guerra civil baezana”, cuyo fin fue determinado por Isabel la Católica, que decidió destruir el Alcázar de la ciudad.

En los siglos XV y XVI la economía baezana crece a merced de la gran producción cerealística, de harinas, maderas, azafranes, sedas, vid y olivo que daba la ciudad. Pero a partir del siglo XVII cae en una depresión constante a manos de los sucesores de Felipe II y que dura hasta el siglo XX con el franquismo. Baeza no ha dejado de ser una agrocuidad, pero en la actualidad y gracias a ser declarada Patrimonio de la Humanidad y a su Universidad ha aumentado el interés del sector turístico y el relanzamiento de la ciudad.

Durante siete años, el poeta Antonio Machado cruzó en incontables ocasiones el Arco de Barbudo para entrar en la antigua Universidad de Baeza, donde trabajaba como profesor de gramática francesa.

Lugares de interés 

Baeza es Patrimonio de la Humanidad por su arquitectura, y especialmente por la arquitectura renacentista que erigió a lo largo del siglo XVI, que pervive hoy intacta en el edificio de la Catedral, en la sede de la Universidad o en el actual Ayuntamiento, que fue primero cárcel. Estos edificios se añadieron al patrimonio gótico y románico que ya adornaba la ciudad.

En el conjunto histórico de Baeza destaca la Plaza del Paseo de la Constitución, antiguo foro público de la ciudad. Está rodeada de soportales y adornada por galerías como el Balcón del Concejo y la Alhóndiga. Muy cerca, dos puertas gemelas recuerdan las murallas que guardó la ciudad durante la ocupación musulmana y que dan paso al centro histórico baezano: la Puerta de Jaén y el Arco de Villalar, que enmarcan una de las plazas más emblemáticas de la ciudad, la Plaza de Pópulo. En ella encontramos el edificio de portada plateresca de las Antiguas Escribanías, hoy sede de la oficina de turismo de la Junta de Andalucía, las Antiguas Carnicerías y la Fuente de los Leones.

Baeza
Plaza del Pópulo y Fuente de los Leones | Fuente: Flickr santiago lopez-pastor

La Plaza de Santa María, corazón monumental de la ciudad, concentra el mayor número de monumentos: la Catedral, las Casas Consitoriales, la Fuente de Santa María; el Seminario de San Felipe Neri o la casa Palacio de Rubín de Ceballos.

Bajando la cuesta de San Felipe Neri, nos encontramos con el Palacio de Jabalquinto, ejemplo del gótico flamígero cuya fachada contrasta con la sencillez de la Iglesia de Santa Cruz, uno de los pocos exponentes del Románico andaluz, y la antigua Universidad, que conserva tanto el aula donde impartió clases Antonio Machado como el noble Paraninfo.

La Catedral, construida sobre la antigua mezquita, es de estilo renacentista. La fachada oeste contiene los elementos más antiguos del recinto, con la Puerta de la Luna, del gótico mudéjar y un rosetón gótico del siglo XIV. Su interior de tres naves corresponde al siglo XVI. Es de admirar el gran retablo barroco, la reja y la Custodia.

Baeza
Plaza Santa María | fuente: Flickr santiago lopez-pastor

En los alrededores de la Catedral nos transportaremos a la Edad Media gracias a sus espléndidos palacios y antiguas casas solariegas que tienen la huella del Renacimiento. Las huellas del románico tardío se mezclan con iglesias como la de San Pedro o la de San Juan Bautista, con casas nobiliarias de los siglos XVI, XVII y XVIII como la de los Ávila o la Casa de Gallego.

Los callejones y plazas de Baeza fueron recorridos por figuras como Jorge Manrique, Gaspar Becerra o Antonio Machado, entre otros, quienes dejaron su impronta en el carácter de la ciudad. Destaca el caso del poeta sevillano, a quien debe su nombre el Paseo de las Murallas, conocido como el Paseo Machadiano. Desde este podemos contemplar el valle del Guadalquivir y sus extensos campos de olivares.

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