Dos manos y el universo de una canasta de costura. Vida tiene ternura, comicidad, emoción, inteligencia, ritmo, teatralidad, sentido de la oportunidad. Javier Aranda toma estos elementos y los convierte en materia viva sobre el escenario.

Las cosas hechas a mano tienen su propio carácter, las manos como parte de un ser, como protagonistas, como seres especiales que crean movimientos, emoción y vida.

Una canasta a la deriva, un viaje. De cualquier rincón, de cualquier canasta, emergen brotes de vida; vidas valiosas, particulares y únicas.