El camino de San Julián, en Cuenca, es una ruta catalogada que te llevará hasta la ermita que se construyó junto a la gruta que era el sitio de retiro de quien fuera segundo obispo de Cuenca en el siglo XII. Este es un camino cotidiano para los habitantes de la zona y una ruta muy atractiva para los visitantes.

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Camino de San Julián

El camino de San Julián es una ruta circular que recorre una distancia aproximada de siete kilómetros. Se trata de una senda señalizada bastante simple, por lo que es ideal para principiantes y para disfrutar de un paseo con niños. Para hacer la ruta deberás seguir las indicaciones del sendero SL-C11. Esta se inicia en la zona baja de la ciudad, junto al Júcar. Podrás llegar allí directamente en coche y aparcar en el chiringuito Recreo Peral o bajar a pie desde el casco histórico de Cuenca.

El punto de partida es un puente pequeño. Luego, un camino asciende por el barranco hasta que se genera una panorámica sobre los rascacielos medievales del barrio de San Martín. Allí te encontrarás con un letrero que te cuenta que hace ochocientos años quizás te hubieras encontrado por este camino con San Julián y su leal sirviente Lesmes. Y es que esta es la ruta que hacía el segundo obispo de Cuenca para la práctica de sus ejercicios espirituales en una gruta natural de la Hoz del Júcar.

Hoz de Júcar, camino de San Julián, en Cuenca
Hoz del Júcar | Fuente: visitacuenca.es

Por el camino irás viendo numerosas marcas de cruces que te guiarán hasta la ermita de San Julián, que se construyó junto a la gruta. Además, en este lugar hay diversos miradores desde los cuales podrás disfrutar de unas vistas amplias y espectaculares. Uno de estos es el mirador de Emiliano, que se encuentra justo en el sitio por el cual deberás descender de retorno al punto de partida. 

Alrededores

Tanto en Cuenca como en los alrededores podrás disfrutar de muchos otros sitios y excursiones. En la misma ciudad es indispensable acercarse a recorrer el barrio de San Martín. Allí podrás ver un conjunto de viviendas populares que tienen una característica arquitectónica muy curiosa. Y es que los edificios están adheridos a las rocas de la Hoz del Huécar, de manera que estos crecen para arriba, pero también para abajo. Es decir, desde los portales podrás ver una escalera que sube y otra que baja. 

Las casas colgadas de Cuenca es otra de las paradas indispensables de la ciudad. Estas son tres casas palaciegas antiguas que combinan diversos estilos artísticos. Las casas cuentan con estancias de artesonados mudéjares, celosías esculpidas y algunas pinturas murales góticas y decoraciones renacentistas. En dos de estas casas se aloja el Museo de Arte Abstracto Español, pero las tres fueron completamente restauradas en la segunda década del siglo XX. 

Camino de San Julián, en Cuenca. Rascacielos medievales del barrio de San Martín
Rascacielos medievales del barrio de San Martín | Fuente: Facebook de Turismo. Ayuntamiento de Cuenca

Y para disfrutar de la naturaleza, en el Parque Natural de la Serranía de Cuenca existe la posibilidad de realizar rutas de senderismo. Todas las sendas se encuentran muy bien señalizadas y cuentan con distintos niveles de dificultad.

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