La Ruta de los pueblos blancos de Cádiz es una de las maravillas de la provincia donde el blanco de la cal va enlazando un pueblo con otro en la ruta que al norte atraviesa la Sierra, un recorrido abrupto, verde y emocionante. Seleccionamos aquí los más bonitos que podréis encontrar de esta pintoresca ruta.
Hostal Rural El Mirador del Valle
El Hostal Rural El Mirador del Valle, de 2 estrellas y 1600 m², es un cortijo andaluz del año 1866 con un patio interior reformado hace unos años.
Cuenta con 20 habitaciones dobles y 1 de minusválidos, todas con baño propio y climatizadas, Wi-Fi y parking privado para los huéspedes.
Además, realizan todo tipo de celebraciones y eventos durante todo el año. Disponen de varios salones de restaurante con capacidad para 400 personas, salones privados con chimenea y amplia terraza exterior.
Por la zona, podréis hacer rutas de senderismo, paseos a caballo, degustaciones de vinos y quesos, kayak, pesca, caza, y mucho más.
Ideal para pasear y respirar aire puro de la sierra de Cádiz y estar en pleno contacto con la naturaleza.
Arcos de la Frontera
Hacia el Norte de la Sierra, el recorrido empieza por el distinguido pueblo Arcos de la Frontera, puerta de entrada a la ruta, y considerado como uno de los pueblos más bonitos de España, gracias a su gran belleza monumental y cultural, por lo que ha sido declarado monumento histórico-artístico.
Destacan sus iglesias, palacios y conventos creados durante la pujante época cristiana sin dejar de ver esas casas blancas dominando el horizonte andaluz. En el casco histórico podemos apreciar auténticas maravillas como la Cuesta de Belén, el Callejón de las Monjas y plazas como la del Cabildo, custodiada por monumentos como la basílica menor de Santa María de la Asunción, el ayuntamiento, el Castillo Ducal, el Convento de las Mercedarias Descalzas y el Parador Nacional.
Otra visita obligada es el Mirador de Arcos de la Frontera, desde donde podréis apreciar las maravillosas vistas al pueblo y al paisaje.
Bornos y Villamartín
Los siguientes pueblos que nos encontramos son Bornos y Villamartín. Bornos se encuentra a la orilla de un embalse, cuyo trazado urbanístico gira en torno a su joya monumental, el Castillo-palacio de los Ribera. Muy cerca se encuentra Villamartín, un caserío blanco, cuenta con un amplio legado patrimonial con monumentos como el Castillo de Matrera, la Iglesia de Nuestra Señora de las Virtudes, la Iglesia y el Convento de San Francisco y casas señoriales como el Palacio de los Ríos o el de los Topete.
El Gastor
El pequeño municipio de El Gastor se encuentra ubicado sobre un cerro muy cerca del río Guadalete. Conocido como el balcón de los pueblos blancos por las magníficas vistas que se pueden contemplar en las localidades vecinas. Entre sus lugares de interés están el museo José María el Tempranillo, de usos y costumbres populares, situado en la residencia de la novia del famoso bandolero, además ofrece la oportunidad de conocer el modo de vida en la sierra en el s. XIX.
Olvera
Dentro de la Sierra de Cádiz, cabe destacar también este municipio de gran belleza arquitectónica, su castillo, fortaleza musulmana del siglo XII y la iglesia Nuestra Señora de la Encarnación, una joya del neoclásico, se alzan a lo alto del pueblo, dejando a sus pies las típicas casas blancas.
Para disfrutar de esta zona, nada mejor que un recorrido a caballo, en bicicleta o a pie por la Vía Verde de la Sierra, antiguo trazado ferroviario que unía Olvera con Puerto Serrano, otro encantador pueblo.
Torre Alháquime
Este municipio de la época nazarí conserva los restos de la muralla de su fortaleza medieval, con el arco de la Villa, que rodean el casco histórico. Perderse por las calles de trazado laberíntico caracterizadas por la blancura de sus casas, es otra de las maravillas que se pueden descubrir en Torre Alháquime. También debemos visitar el Castillo del Cementerio y el Conjunto de Murallas que conforman el monumento histórico y cultural más importante de la villa.
Setenil de las Bodegas
La singularidad y extrema belleza de su entramado urbano convierten a Setenil en uno de los principales destinos turísticos de la Sierra de Cádiz. El pueblo se ha desarrollado literalmente entre las rocas, las casas ubicadas bajo y sobre estas o en su interior dotan al pueblo de gran peculiaridad. Desde la calle Cuevas del Sol, atravesando dos pequeños puentes, se accede a la calle Cuevas de la Sombra. Ambas famosas por sus numerosos bares y restaurantes para comer y tapear.
Prado del Rey
Desde Arcos de la Frontera como punto de partida también podemos recorrer aquellos pueblos integrados en el parque natural de la Sierra de Grazalema. La primera parada la realizamos en Prado del Rey, que hunde sus raíces en la ciudad romana de Iptuci, un yacimiento arqueológico de gran interés declarado Bien de Interés Cultural. Sus monumentos más destacados son el Templo Parroquial de Nuestra Señora del Carmen, y el antiguo Pósito de Labradores, cuya estructura se mantiene intacta. Entre las tradicionales recetas de su gastronomía se hallan la alboronía de garbanzos y pimientos y las deliciosas torrijas con miel, sin olvidar su famoso Mosto de Pajarete.
El Bosque
Los orígenes de esta villa se remontan a la Edad Media, en plena Sierra de Albarracín y junto al río Majaceite, este pueblo está enclavado entre frondosos bosques y salpicado de manantiales de aguas medicinales, un entorno, pues, perfecto para realizar todo tipo de actividades en contacto con la naturaleza.
Ubrique
Rodeada de impresionantes montañas y entre los parques naturales de Grazalema y Los Alcornocales, este pueblo serrano combina tradición y nuevas tecnologías. Actualmente, perdura una de las industrias más tradicionales de España, la de la piel, reconocida internacionalmente en el sector marroquinería, firmas como Loewe tienen a este pueblo como proveedor.
Entre sus monumentos destacan el Convento de Capuchinos, que acoge la Exposición Permanente “Manos y Magia en la Piel”, la Ermita de San Juan de Letrán y la Ermita de San Antonio, con una de las mejores vistas dentro de la Ruta de los Miradores.
Villaluenga del Rosario
Es el pueblo más pequeño y también el más alto de toda la provincia, se encuentra en pleno corazón del Parque Natural Sierra de Grazalema, a los pies de un gran macizo rocoso. Sus orígenes musulmanes se pueden constatar en los restos de una calzada medieval bastante bien conservados. Esta localidad cuenta con la plaza de toros más antigua de la provincia (s. XVIII) que, además, es muy singular al no ser redonda sino poligonal, y tener un graderío realizado en piedra.
Grazalema
En pleno corazón de la Sierra de Grazalema, este diminuto pueblo blanco goza de un microclima especial que hace que nieve en invierno y que recoja el índice pluviométrico más alto de la península. Este municipio posee gran belleza a nivel paisajístico por su excelente ubicación a espaldas del Peñón Grande.
Zahara de la Sierra
En lo alto, el castillo de origen árabe preside el pueblo, dejando a sus pies una hilera de pequeñas casas blancas. Zahara de la Sierra celebra una de nuestras fiestas más importantes, el Corpus Christi, declarada de Interés turístico nacional, y durante la cual adorna sus con flores y plantas.
Y lo más curioso, ¡tiene playa!, en plena sierra encontramos una estupenda playa artificial en el área recreativa Arroyomolinos, gracias al embalse Zahara-El Gastor desde el que se contemplan maravillosas panorámicas y en el que se pueden practicar diferentes deportes náuticos.
