La Cueva de Los Postes, El Caballo, Masero, Lamparilla y la Cueva del Agua son los nombres de las cinco grutas que conforman el Monumento Natural Cuevas de Fuentes de León, además de las 1.020 hectáreas del entorno que las rodea.
Actualmente, el complejo se encuentra en una situación de acondicionamiento, ya que se están habilitando los senderos que comunican los accesos a cada una de las grutas, y así adecuar las galerías para facilitar su recorrido. También están mejorando el sistema de iluminación en el interior de las mismas, así como otros elementos fundamentales para que se pueda disfrutar de este gran complejo geológico, que lleva de lleno al visitante al neolítico.
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Cueva de los Postes
La primera gruta que vamos a ver es la Cueva de los Postes, llamada así por las concreciones cristalizadas en forma de columna que franquean el pasadizo principal de la gruta. La temperatura en el interior, al igual que en el resto de las cuevas, es de unos 16 o 18 grados, por lo que recomendamos llevar una prenda de abrigo para no tener frío. No se sabe si es debido a que se trata de la cueva más conocida, también es la que ha sufrido un mayor deterioro geológico, sobre todo debido al desconocimiento de muchos de los visitantes.
La Cueva de los Postes, al igual que las demás grutas, excepto la Cueva del Agua, son concavidades pequeñas, con salas de hasta 40 metros cuadrados de escasa altura, aunque en algunas las excavaciones llevadas a cabo han permitido rebajar los niveles del suelo, para así ampliarlas y poder verlas con más facilidad.
Fue en el año 2011 cuando un grupo de geólogos descubren restos óseos junto a diferentes restos arqueológicos, un hallazgo que originó el comienzo de las excavaciones por un equipo de expertos, dirigidos por el arqueólogo Hipólito Collado. Los restos encontrados son estudiados en diferentes laboratorios para finalmente trasladarlos al Museo Arqueológico de Badajoz.
Los restos hallados
Las investigaciones de los restos que se hallaron desvelaron que se trataban de restos pertenecientes a una comunidad neolítica cuyas condiciones de vida eran extremas. Los estudios óseos describieron a niños muertos prematuramente, y a adultos que no superaban los 35 años de edad. En algunos de los huesos aparecieron también trazas de canibalismo, con raspaduras y fracturas. El desgaste de los molares hallados en los individuos más mayores también indicaban que morían por desnutrición.
Cueva del Caballo
A esta cueva se accede subiendo por un pequeño sendero con placas de pizarra, y se llama así por una formación rocosa que desde la antesala subterránea semeja una cabeza equina. Para algunos visitantes, la cabeza de caballo parece un león o un oso. Con imaginación, muchos incluso ven una mujer tumbada.
En el interior se pueden apreciar diferentes formaciones geológicas como agrupaciones estalactíticas, columnas, velos o coladas. También hay en su interior un altar o púlpito romano donde se han hallado lucernas y terracotas.
Cueva Masero
Esta cueva, también llamada “Bonita”, fue descubierta en el año 2001, aunque los vecinos de la zona ya tenían constancia de su existencia y había sido explorada con anterioridad. Es la más profunda de todas, con 68 metros de longitud.
Algunos sondeos indican que probablemente se comunique con la Cueva del Caballo. Es la única de todas que posee trazas arqueológicas, pero se diferencia también por sus formaciones geológicas. Esta cueva ha sufrido diferentes desprendimientos de roca originados, sobre todo, por movimientos sísmicos, dejando aisladas siete salas, por eso no se puede ver la cueva en su totalidad, tan solo una pequeñísima parte.
Cueva del Agua
Esta se encuentra a 800 metros de las grutas anteriores, atravesando el cauce seco de un arroyo. Esta aridez es la que contrasta con el verdor que rodea la entrada de esta ruta, abierta en la ladera de un monte. Desde este paraje se puede observar el entorno que rodea a las cuevas, lleno de vegetación que crece en las grietas de las estructuras rocosas.
Esta cueva es la más grande de todas, y se trata de un templo kárstico ocupado por un lago de 60 metros de longitud y una profundidad de 30 metros. Muchos animales la habitan, cerca de 2.000 animales, como el murciélago de herradura, el ratonero de cueva y el ratonero común. Esta cueva se visita de abril a noviembre, y permanece cerrada el resto del año para favorecer el ciclo reproductivo y la hibernación de la colonia que lo habita.
Visitas a las Cuevas de Fuentes de León
En la actualidad, las Cuevas de Fuentes de León reciben la visita de unas 45 o 60 personas aproximadamente. Siempre se les da preferencia a los grupos escolares, para los que también se les está habilitando una zona de recreo junto al Centro de Interpretación.
La visita se realiza mediante la solicitud previa en el Centro de Interpretación, donde también podemos visualizar la exposición permanente Monumento Natural de Fuentes de León, en la que podremos saber mucho más sobre las grutas. El centro tiene cuatro zonas temáticas diferentes: “Descubrir y conocer la Comarca”, “Las entrañas de la Sierra”, “Conservar la Comarca” y “Minerales y Fósiles”.
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