¿Es adecuado que nuestros hijos vean ‘El juego del calamar’?

El éxito de El juego del calamar no ha pasado inadvertido para los niños. Buena parte de ellos, de hecho, ya han visto la primera temporada, algo que ha comenzado a hacerse patente en los centros educativos. Y es que son ya muchos los docentes que afirman haber observado a los alumnos reproduciendo lo acontecido en la obra de ficción incluso desde etapas tempranas, lo que nos lleva a formular una pregunta inevitable: ¿hasta qué edades es recomendable evitar que nuestros hijos vean esta serie?

De qué trata ‘El juego del calamar’

El argumento de la producción surcoreana es sencillo y gira en torno a la crítica social hacia un grupo de ricos que creen tener derecho a todo por el simple hecho de serlo. Consiguen reclutar a casi 500 personas con penosas situaciones económicas, cuya desesperación les sirve de aliada a la hora de convencerles de que compitan en diversos retos aparentemente inocentes por su trasfondo infantil.

Sin embargo, pronto empieza a quedar claro que la realidad es bien distinta. Tras la promesa de repartir unos 33 millones de euros entre los que consigan completar todos los juegos, se esconde un destino fatal para quienes pierden en cada desafío, que van siendo brutalmente asesinados de diferentes formas. La cruel iniciativa la ponen en marcha unos misteriosos organizadores, cuyos acaudalados y selectos clientes disfrutan presenciando todo lo que sucede mientras hacen gala de una absoluta indiferencia hacia la vida de los concursantes.

En qué plataforma se encuentra y a partir de qué edad está recomendada

Desde su estreno en Netflix el pasado 17 de septiembre, El juego del calamar ha ido escalando posiciones hasta convertirse en el contenido más seguido de la plataforma, superando ya los 100 millones de espectadores. Un fenómeno de masas que, como señalábamos al principio, no ha sido ajeno a un numeroso público infantil para el que no fue concebido.

Aunque la recomendación oficial advierte que no es apta para menores de 16 años, muchos niños han tenido la oportunidad de ver la serie en familia. Otros, al contar con un dispositivo móvil propio poco o nada sujeto al control parental, la han presenciado en solitario, algo incluso peor al no tener la posibilidad de recibir explicaciones complementarias que les ayuden a entender el verdadero significado del argumento.

Por qué ‘El juego del calamar’ no es una serie apropiada para los niños

Dicho lo anterior, si aún no es demasiado tarde, deberíamos evitar que nuestros hijos, en caso de no alcanzar la edad estipulada, vean los 9 capítulos que completan la afamada producción asiática. Cuando, por un motivo u otro, no hayamos podido impedirlo, sería adecuado intentar transmitirles la moraleja que esconde. Porque precisamente la ambición desmedida de los concursantes y la total desconsideración de quienes les ponen en esa situación representan valores negativos que en ningún caso deben tomar como modelo.

El problema reside en la inocencia propia de la infancia, que ha llevado a muchos niños, algunos aún en cursos de Primaria, a imitar la dinámica de las pruebas planteadas en la ficción. Iniciativas como el escondite inglés o juegos de canicas que, por sí solas, no representan riesgo alguno. Sin embargo, la introducción de penalizaciones adicionales para los perdedores sí puede derivar en sucesos dramáticos, por no hablar de la perjudicial enseñanza que supone dicho planteamiento a largo plazo.

Unos riesgos que ya han comenzado a intentar atajar en algunos colegios, donde, además de concienciar al alumnado, se han prohibido expresamente los disfraces relacionados con El juego del calamar para Halloween. Una buena medida con la que también se minimizará los efectos de diversas actitudes indeseadas que contiene esta serie como:

1. La violencia física

Muy presente no solo en las muertes de los participantes, a cuál más brutal, sino también en las agresiones entre ellos o en la crudeza de su día a día antes de enrolarse en el concurso.

2. Las faltas de respeto

Los insultos y las desconsideraciones que predominan en el lenguaje de los personajes tampoco representan un buen ejemplo para los niños que, ante el éxito global de la producción, pueden llegar a considerarlo como una manera normal de comunicarse.

3. Las traiciones

En su carrera hacia el sustancioso premio, algunos de los candidatos no muestran ningún reparo a la hora de engañarse entre sí, sin importarles el destino fatal que le espera a la otra parte.

4. Las conductas adictivas

La adicción al juego de uno de los protagonistas, que prácticamente termina por destrozar su vida y la de quienes le rodean, supone otro mensaje negativo para la audiencia infantil.

5. El maltrato y la discriminación hacia la mujer

Aunque no todos actúan así, una parte de los personajes masculinos muestran un absoluto desprecio por las mujeres, tanto en la manera de expresarse como en los maltratos físicos infligidos contra ellas.